Mostrando entradas con la etiqueta Nº 55. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nº 55. Mostrar todas las entradas

Tapa - Diciembre 1º


La muerte de Peter Pan - Diciembre 1º



Por Mariano Fernández
marionoobservador@gmail.com

Pero jamás volvió a ver a Peter Pan... Y ahora yo les cuento sus cuentos a mis hijos, y ellos se los contarán a los suyos… y así a través de los tiempos... Porque todos los niños crecen... menos uno.

Svarog, dios eslavo del cielo, es el protector de los viajeros. Desde que la mujer me dio el prendedor, con la representación de la deidad surcando el cielo en un carro tirado por caballos, y me dijo en un castellano tan malo como simpático: “desde ahora te protegerá”, siempre lo llevé conmigo. Varios meses antes de viajar y de este episodio, hablé con un tipo que me dio muy buena información sobre los lugares que iba a visitar. Me apuntó la estatua de Peter Pan, el líder de los niños perdidos, el que nunca envejeció y podía volar con sólo pensar cosas agradables. A este tipo, me lo presentó el Viejo.
Unas horas antes de partir, caminé ese par de cuadras para contrabandear un atado de puchos y despedirme de él. “Que te pasen cosas”, me dijo. En eso resumía todo. La vida era eso. Lo bueno, lo malo. Mientras cosas sucedan, estás vivo.
Le decíamos así, Viejo o Jefe. Ambas en señal de respeto, que se había ganado. Eso es algo que nunca entendieron los demás adultos: por qué lo respetábamos y apreciábamos tanto. Es más simple de lo que algunos piensan. Para empezar, te daba la mano fuerte, apretando, mientras te miraba a los ojos y sonreía. Siempre. Cada vez que sacaba los Derby del bolsillo, sacudía el atado para bajar el tabaco, y con unos golpecitos, extendiéndotelo, sin decir nada, te invitaba. Repetía este ritual cada vez que iba a encender uno para él, que a decir verdad, era a cada rato. Tenía la habilidad de maldecir de una manera muy ingeniosa, y de cada blasfemia, lograr sonrisas. Amaba lo que amábamos los pibes. La música, la libertad, las motos, la bohemia. Y odiaba lo mismo también. Podía hablar de Marley, citar al Che, comentar el último disco de Pantera o la compresión de una Husqvarna. ¿Cómo pretender entonces, que no lo quisiéramos? Él era la prueba viviente de que la rebeldía no necesariamente tiene que terminar con la madurez. Nosotros lo queríamos porque de grandes, queríamos ser como él. No es que se llevara mal con las personas de su misma edad, pero la franqueza brutal del Viejo era y es, algo que no todos resisten. Sólo con un par, protagonizaba épicas partidas de ajedrez, con insultos a viva voz, y apelativos que pretendían intimidar al rival.
Algunos otros, que nunca lo conocieron, veían en el Viejo a una mala influencia. A esos, les deseo que tengan la mitad del corazón del Jefe. Y la virtud de decir la verdad, como él la tuvo. El joven que fui, jamás se molestaría en escribir un homenaje a alguno de esos fantoches. Él era uno de los pocos adultos a quien le podíamos creer cada palabra. Por eso podías verlo en  cualquier bar, en cualquier mesa, rodeado de la gente más dispar, de voz siempre disfónica y entrecanos dreadlocks, riendo y haciendo reír. Odiaba la violencia que rodeaba el fútbol y logró lo que nadie más pudo, reunir chicos de todos los colores. Me parece verlo, mil madrugadas, en algún vehículo exótico, dando vueltas y parando para llevarnos a casa, a mí y a mi novia.
Cuando enfermó y se recluyó, la tenía muy clara, tanto como para saber que se acababa el carretel. Estaba muriendo.
Se fumó los últimos Derby en el hospital mismo y creo que lo enviaron a su casa un poco por eso, y otro poco porque nada había para hacer. Pocos fueron a verlo, a sabiendas de que no quería ser visto. Se tomó muy en serio lo de vivir rápido y morir joven, y lo respetó a rajatablas. Siempre fue así de consecuente. Había montado la leyenda, había vivido como pensaba, había desafiado lo que había que desafiar, había cargado su corona de espinas, pero con la muerte es otra cosa.
El día del funeral, los pibes de todos los barrios, de todas las edades, de todas las tribus y de todos los clubes, fuimos en procesión a despedirlo y a presentarles nuestras condolencias a su compañera y a su hermano. Vi muchas lágrimas jóvenes. Le llevé el prendedor de Svarog y se lo dejé en el féretro. Ni se me cruzaba por la mente que el Viejo iba a necesitar protección divina, al contrario, si había un paraíso, allí iban a empezar las travesuras y los dioses deberían estar precavidos. Pero quería que él lo tenga. Para presentar credenciales, por si era necesario. Porque esa consigna, “que te pasen cosas”,  había marcado mi vida desde hacía casi 15 años y quería agradecerle.
Mil cosas me habían pasado, así viví. Y les voy a contar a mis hijos, las historias del Viejo. No creo en que la muerte redima, pero si así fuera, no sería necesario en este caso. Me avergüenzan aquellos que no se han atrevido a vivir su vida por ocuparla en juzgar la de los otros.
Una caravana de motos lo acompañó hasta el cementerio. Así despedimos los niños perdidos a nuestro Peter Pan, de la tierra de nunca jamás. El que nunca envejeció, que podía volar con sólo pensarlo, y a quien con cariño y respeto -dos enormes sentimientos muy difíciles de lograr-, le decíamos Jefe. 

Verano / Fotos Leo Malizia - Diciembre 1º


Noche y día - Diciembre 1º



LOS ALFILES

Por Garry

El ajedrez es el juego más rico que conozco. Ocupa la mente de los jóvenes y canaliza su natural empuje, eso que llamamos inquietud, alboroto o mala conducta. Las figuras de las piezas seducen a los jugadores y la trama de una partida invita a perderse tras la suerte de ambos Reyes. Exige voluntad, tenacidad, concentración, preparación y experiencia; excluye la suerte o los privilegios. Un niño de contextura media puede luchar contra uno mayor: la fuerza de este deporte radica un tanto más arriba que los músculos. Los invito a aprender este juego y a practicarlo. Ganarán en él a un amigo para toda la vida, a una compañía y excusa para distraerse cuando aquella los golpee.
Hoy les contaré una historia que explica el movimiento de los Alfiles, piezas estilizadas, sensuales, que en oriente significó a los oficiales del ejército y en la Europa de la edad media a los clérigos u obispos, “Bishops”, tal su nombre inglés.
Al comienzo de la partida hay dos alfiles por bando. En la antigüedad los Alfiles eran hermanos y vagaban juntos por su mundo, el tablero. Eran muy unidos. Allí donde uno iba, iba el otro. Mellizos habían nacido y en todo se parecían. Pero un día la discordia zanjó entre ellos.
Todos los hermanos pelean ¿quién no lo sabe? Pero estos hermanos, más allá de pelearse, se insultaron con ferocidad y mala estrella porque, su Dios los observaba.
Sintió ese Dios el mutuo insulto como si a él mismo le hubiera sido proferido y, como todos los dioses, se encolerizó. Se presentó entonces ante los hermanos y dijo:
-       ¡Insensatos! Osaron insultarse y me insultaron al hacerlo. ¡Ahora los condeno a no verse ya nunca! ¡Tú! -dijo y señaló a uno de los mellizos- ¡Tú sólo vivirás de día, y tú! –al otro- ¡Tú sólo vivirás de noche!
Desde entonces, los hermanos deambulan por el tablero sin hallarse nunca, pues uno camina por las casas blancas, que son los días, y el otro camina por las casas negras, que son las noches, y por mucho que se acerquen ya no pueden encontrarse.
Los Alfiles corren por las Diagonales del tablero, es decir, por las casas de un mismo color. Son dos al inicio de la partida, el llamado alfil “blanco” y el alfil “negro”. Así, estas piezas son ejemplo de cooperación, pues cuando de uno careces, quedan débiles sus casas.
Alfil significa “hueso de elefante”. Todos los que hayan visto una película ambientada en Arabia, habrán visto esas torres delicadas. El estilo árabe contrasta con el europeo, pues aquellos eran por naturaleza lúbricos mientras que los nórdicos y latinos eran un tanto… ¿toscos?
Si te fijas, hermosas palabras árabes yacen en nuestra lengua: aljibe, ojalá, alumbra, aldaba, etc. etc. Las heredamos de esos nobles que vivieron en Andalucía o Al Andalus.
De hecho, a los pueblos de la arena les debemos el ajedrez y su notación, el álgebra, la astronomía, la filosofía, la cartografía, la medicina y todo lo que imagines, pues ellos guardaron el saber antiguo durante la llamada edad oscura, la cual se inició con la quema de la Biblioteca de Alejandría (360 d.C.) y se entronizó hasta el Renacimiento (1500 d.C.).
Como ves, el ajedrez acompañó siempre a los hombres en logros y penurias, y por ello dije que este juego, era un amigo.

El árbol de Navidad - Diciembre 1º



Por Verónica Ojeda / Téc. en Parquización Urbana y Rural
veronicaojeda48@hotmail.com

Caminando por las calles, ya se dejan ver los primeros indicios de la llegada de las fiestas, luces destellando, las avenidas esplendorosas repletas de estrellas, el Papa Noel que como todos los años, te deja sacarte una foto con él y de paso se hace un extra para llegar a fin de mes; rojos, verdes, nieve. ¿Nieve?... Pero si acá es verano… Bueno, es una costumbre prestada y queda lindo, ¿o quién acaso no tuvo un árbol de Navidad nevado?
Recuerdo mi primer pinito, hermoso, tupido y verde, delicadamente nevado, lleno de esferas de todos colores, al igual que las luces, porque antes se usaba así. Un pico alto remataba la punta, el cual si mal no recuerdo era plateado. Guirnaldas doradas, azul metalizado. Lo tuvimos muchísimos años, hasta que un día, como a muchos les pasaba, empezó a torcerse y fue reemplazado por otro.
Qué lindos recuerdos de la infancia… Caminar por el barrio y ver los adornos que los vecinos con entusiasmo preparaban en torno a la Nochebuena. Todos los arbolitos encendidos. Y los chicos esperando con ansiedad los fuegos artificiales y la llegada de las doce, para poder abrir los regalos.
La reunión familiar, los parientes venidos de no sé dónde; a algunos incluso los conocías esa noche… Pero se lo vivía con alegría. Las abuelas trayendo las bandejas a la mesa, pidiendo que todos se ubiquen en sus lugares. El parrillero firme prestando la voz de listo el pollo… La mesa larga, varias conversaciones superpuestas, los chicos correteando, todos disponiéndose a comenzar la cena.
Después venia lo más rico: turrones, pan dulce, las bananitas de colores que las tías sacaban de esos bolsos raros que se usaban para esas ocasiones, y el infaltable clericó.
La sobremesa se prolongaba por horas, se hablaba de política, de fútbol, de los hijos, hasta que se oía el descorchar de las botellas, las nuestras y las de los vecinos que se reunían en malón a comer en la calle. El choque de las copas como símbolo más elocuente de que la Navidad por fin había llegado, con nuestras caritas delatando las ganas incontenibles de salir corriendo a abrir los regalos.
Eran otras épocas, como se suele decir. Hoy vestimos el árbol a puro diseño, con colores y texturas de las más impensadas fantasías, telas, luces, acrílicos, cintas, leds, objetos reciclados. El mismo arbolito puede tener su propio estilo, minimalista, extravagante, de vinilo, temático, y un sin fin de otras posibilidades. No está mal, cada uno lo interpreta de la manera que mejor le plazca.
Lo interesante y lo que más importa, es el propósito que cada uno tenga al armarlo, porque todos guardamos para ese día un secreto, una intención desde el mismo momento en que desempolvamos el árbol hasta el instante en que ponemos nuestro toque final.
La esperanza de cada año, un revoltijo de sentimientos encontrados, esa mezcla de nostalgia por los que ya no están, lo que está por venir con las nuevas generaciones, y el intento por celebrar siempre y de la mejor manera. Todo ello se halla presente en estas fechas, y nos espera a la sombra de cada árbol de Navidad.
Celebremos señores, de la forma que nos haga feliz, con el árbol que más nos guste, aprovechando la ocasión para ponerle el corazón y llenarla de luz. Preparándonos para recibir, pasar y disfrutar, una Nochebuena más.

130º Aniversario - Diciembre 1º



DEL FRANCÉS, A DE FRANCESCO

Por Alejandra Tenaglia

Chabás cumplió en noviembre 130 años. Una rápida y somera síntesis de sus principales datos, los nombres de quienes estuvieron al frente del gobierno local y los festejos puntuales que tuvieron lugar recientemente, más allá de todo aquello que se vino realizando en el marco de dicho aniversario. Ofrecemos además, entrevistas callejeras sobre lo mejor y lo peor que tiene el cumpleañero, es decir, el pueblo. Traslade la pregunta a sus familiares y que se arme el debate nomás.

Con 7.939 habitantes (según el Censo Nacional 2010), de los cuales 3.597 son hombres y 3.772 mujeres, la localidad de Chabás se encuentra ubicada en el kilómetro 714 de la Ruta Nacional Nº 33, en el sur de la provincia de Santa Fe.
Entre los tantos inmigrantes que arribaron al país en el siglo XIX, se encontraba el francés Pascual Chabás, quien llegó a puerto rosarino en el año 1867 y antes de que el calendario cambiara a 1900, se había convertido en propietario de 3.775 hectáreas sobre las que hoy vivimos.
La fecha de fundación de la localidad, por el señor que la bautizó con su apellido, no se conoce con exactitud. No obstante se tomó como tal el 7 de noviembre de 1883, porque esa fecha es la registrada en el primer mapa de la colonia.
Las vías de ferrocarril surcaron el paisaje de la pampa, para, a través de ellas, encaminar los granos producidos en suelo argentino, hacia el exterior. Permitieron a su vez, conectar entre sí a las localidades que fueron surgiendo a la vera de esos ramales. Ramales cuyo dibujo en cualquier mapa, refleja el destino que no tardará en llegar: un país centralista con un modelo económico agroexportador.
En aquellos inicios el gobierno comunal estuvo dado por una Comisión de Fomento, la primera de las cuales se constituyó el 2 de febrero de 1892 y estuvo integrada por Isidro García, José Rouby y Pablo Gianola. Al poco tiempo fue destituída, recién dos años después volvería a conformarse, consolidándose definitivamente.

Presidentes Comunales
De 1894 a 1913 las Comisiones de Fomento encabezadas por un Presidente Comunal fueron, conforme a la reglamentación vigente, designadas por el Poder Ejecutivo provincial. Dichos Presidentes fueron: Jaime Prats (1894-96, 1899-1900 y 1905-09), Leopoldo Constant (1896-99), Víctor Bigand (1900-03), Juan Bazet (1903), Pío Bruno (1903-04), Carlos Mattos (1904-05), Lucio Galarza (1909-12), Ernesto J. Cano (1912-13), José Zabaleta / Ignacio Garimaldi (1913-14).
Con la sanción de la Ley Sáenz Peña, fueron los ciudadanos los que comenzaron a elegir a sus gobernantes. No obstante, las numerosas interrupciones del orden constitucional se ven reflejadas también aquí, a través de Intervenciones Federales (IF) que designaban comisionados comunales. Aquellos que figuran a continuación, con la sigla de su partido, es porque su mandato fue resultante de una elección que ganaron con el mismo. Hay también casos en los cuales un mismo mandatario fue electo por sus pares y luego, intervenida la comuna, designado a la vez por dicha intervención como comisionado comunal a cargo.
1914–22: Carlos Mattos (Liga del Sur – PDP)
1922-24: Alejandro Antognazzi (PDP)
1924-25: Pedro C. Mottino / Francisco Monasterolo (PDP)
1926-27: Leopoldo Marrot (PDP)
1927: Juan Traverso (IF)
1927-28: Eliseo Quigliotti (IF)
1928-30: Ignacio Garimaldi (UCR)
1930-31: Valeriano Nuñez (IF)
1931: Arnaldo Lagazzo (IF)
1931-32: Eliseo Quigliotti (IF)
1932-35: Antonio Ominetti (PDP)
1935-37: Santiago Fassano (IF)
1937-38: Isidoro Del Polino (IF)
1938: Alberto Pinchetti (IF)
1938-40: Ruperto Vilche
1940-44: Santiago Fassano (PDP-IF)
1944-45: Carlos Bazet (IF)
1945: Pedro Pereyra (IF)
1945-47: José R. Vilche (IF)
1947-48: Erasmo Bartorelli (IF)
1948-52: José R. Vilche (PJ)
1952-55: Henzi Pallotta (PJ)
1955: Daniel De Francesco (IF)
1955-57: Emilio Lavezzary (IF)
1958: Pedro R. Pereyra (IF)
1958-60: Juan Bruzzo (UCR Intransigente)
1960-1971: Antonio Huljich (PDP-IF)
1971: Juan Carlos Vitali (IF)
1971-73: Salvador Pistacchia (IF)
1973-76: José Busilacchi (PJ)
1976: Juan Carlos Vitali (IF)
1976-77: José Busilacchi (IF)
1977: Juan Carlos Vitali (IF)
1977-83: Eduardo Domínguez (IF)
1983-85: Alberto Bouvier (PJ)
1985-87: Héctor Lesgart (UCR)
1987-89: Juan Sarraquigne (PJ)
1989-93: Arturo Ciccarelli (PJ)
1993-99: Néstor Araya (PJ)
1999-11: Osvaldo Salomón (PJ – Vecinal)
2011-13: Cecilia De Francesco (Vecinal)

Festejos
El domingo 24 de noviembre, casi llegando a las 19.30 hs se realizó el acto protocolar por los festejos del 130º aniversario de Chabás, en las vías del ferrocarril, frente a la Secretaría de Cultura y Deportes.
En el mismo la historiadora Evangelina Tumini refirió al contexto en el cual se produjo la fundación de la localidad. Luego, la Presidente Comunal Cecilia De Francesco hizo un resumen de las actividades realizadas a lo largo de todo el 2013, en el marco del aniversario, encontrándose entre ellas: la determinación de nominar calles del pueblo con los nombres de quienes fueron presidentes comunales en los últimos 30 años de democracia, a lo que se sumó el nombre de dos artistas locales (sugerencia de la gente de Biblioteca Popular Chabás); también refirió a la cesión de terreno para que Lalcec pueda tener su edificio propio; la edición de un libro con textos de escritores locales; la grabación de un CD que recopila el trabajo de alumnos de canto e instrumentos del profesor Enrique Ferragutti; la participación de figuras locales en el “Querer, Creer, Crear” en Carcarañá, en donde además se presentó a la Sra. Mary Torviso como “maestra de la vida”, nombrándose en el acto, también, a las otras personas que habían sido propuestas por las instituciones para ocupar ese rol. Y por último De Francesco, en la que señaló será su última alocución al pueblo de Chabás, agradeció el que se le haya permitido ser la primera presidente comunal mujer en la historia local.
Fue un emotivo momento aquel en el que los familiares de quienes fueron mandatarios, se acercaron a recibir una placa recordatoria y el decreto por el cual se instituye a calles de Chabás, los nombres de: Antonio Huljich, Héctor Lesgart, Juan Sarraquigne, Alberto Bouvier, Arturo Cicarelli, así como el de los artistas Guillermo Llul y Casildo Mottino.
Hubo feria de artesanos, buffet, exposición de fotos antiguas, música en vivo y fuegos artificiales anticipados porque la lluvia apuró el paso de estos festejos que, saludablemente, reunieron a mucho público en esas vías que supieron ser la razón principal de distintos asentamientos urbanos en su derredor.



¿QUÉ ES LO MEJOR Y LO PEOR DE CHABÁS?

En el marco del 130º aniversario, nos propusimos averiguar qué es lo que a los chabasenses les gusta más del pueblo en el que viven, y qué es lo que consideran malo. Sin llegar a las proyecciones a las que puede dar lugar una encuesta basada en determinada metodología, arribamos igualmente a lo que piensan los pobladores, en un paneo parcial, pero no por ello menos verdadero.

Entrevistas Carlos Bonino

MARÍA CRISTINA URRESTARAZU
Del pueblo me gusta la paz, que los chicos pueden salir en bici y está todo tranquilo. Yo hace varios años que vivo en Rosario y hay una gran diferencia en esas cosas, allá no te dejo afuera ni un par de zapatillas viejas.
Dentro de lo malo, para mí que viajo todas las semanas, es el tema de los colectivos. Parece que a Chabás lo pasan por arriba y hacen lo que quieren.

DAIANA GREGORIO
Lo que me gusta de Chabás es el orden y la limpieza que tiene. Algo que no me gusta son los tres semáforos en la ruta, cuando venís circulando por la ruta parece que no llegás nunca.

NICOLÁS ESCALADA
Lo mejor del pueblo son las plazas y los parques, hay muchos espacios verdes para disfrutar. También me gustan los boliches.
Dentro de lo malo, podría poner la falta de iluminación en las plazas. Además podrían poner música los fines de semana en las plazas, buscar cosas que incentiven a que la gente se junte y se quede. Porque los jóvenes nos juntamos, pero llega un momento que al no haber nada, nos vamos todos.

BEATRIZ Y GLADIS SÁNCHEZ
Nos gusta la tranquilidad, esperemos que no se pierda eso. Ya hemos perdido algo de paz, ahora se ven todas las casas con rejas, eso antes no pasaba.
Otra cosa fea, es que en el pueblo hay muchos vicios. Mucha gente sabe y nadie hace nada.

NORBERTO  ESTEPA
Lo que más me gusta de Chabás, es la gente, mis amigos.
Dentro de las cosas que no me gustan está la falta de limpieza, últimamente se lo ve más limpio pero ojalá sea así siempre y no sólo en épocas de elecciones.

VIRGINIA TORELLI
Me gusta el orden que hay en el pueblo. Otra cosa linda son las actividades que hay para los chicos, o el teatro que hay varios grupos que hacen obras, también hay mucha gente que hace música.
Algo que no me gustó este año, fueron las divisiones que se generaron por la política. Creo que deberíamos estar más unidos.

RAUL RIBA
Lo mejor de Chabás es la gente, es muy macanuda y solidaria. Cuando alguien necesita algo, el pueblo está.
Algo que habría que mejorar es el tránsito, ahora hay más autos y se pone difícil. También me preocupa la inseguridad y las drogas, son temas sobre los que hay que trabajar mucho.

ANA LUCIANI
Yo nací acá y acá me quiero morir, así que hay muchísimas cosas que me gustan. Mis raíces, mi familia, la gente en general es lo mejor del pueblo.
Aunque parezca contradictorio, algo feo es que últimamente la gente no es tan buena como antes. Ese cambio en algunas personas no me gusta.