FUENTES
Por Verónica Ojeda de Razzini
En la Antigüedad las fuentes de agua, a las que se le llamaban pilones, eran colocadas en lugares públicos y céntricos como plazas y se utilizaban para abastecer de agua a los habitantes y también a sus animales. Solían ser hitos o lugares de encuentro para la sociedad.
En la Edad Media se construyeron las primeras en edificios privados y públicos pero dándole un carácter ornamental, la cultura islámica las pregonó haciendo esculturales diseños que embellecían mezquitas y plazas. El Renacimiento y el Barroco fueron los que les dieron mayor esplendor y complejidad a los diseños.
Actualmente podemos fácilmente improvisarlas colocando varios objetos, haciendo un rebalse o bien darle movimiento a través de bombas de presión.
Pero también la tecnología ha alcanzado su lugar para contemplar las necesidades combinando la funcionalidad y el diseño junto a lo estético.
En España, más precisamente en Madrid y Zaragoza, se han construido fuentes a modo de cortina de agua, diseños digitalizados siempre ubicados en lugares públicos, también las hay en 3D que implica un gran avance, estas fuentes son interactivas ya que implican la participación de los espectadores durante su funcionamiento, se abren como cortinas al paso del hombre, recrean el sonido y movimiento de las olas y también las hay con leds incorporados que dan color a los espectáculos nocturnos en donde el agua surge desde la superficie a las que llaman fuentes transitables, y permite también a los habitantes de la ciudad refrescarse en las tardes de verano.
Otros diseños incluyen música, se imaginan el ballet acuático, así se llama, al son de New York New York en la voz del gran Frank Sinatra, un espectáculo indescriptible.
El ballet acuático integra los movimientos del agua con el color y la música. Las coreografías desarrolladas por los músicos e informáticos utilizando un software específico, sincronizan las evoluciones de los juegos acuáticos.
Las fuentes de agua además de funcionar como elemento estético en el paisaje, provocan diferentes sensaciones, la frescura al tacto, el impacto visual, el sonido de las aguas haciendo que se comporten como verdaderas esculturas.
Para mi sorpresa también encontré durante esta investigación que existe una fuente musical instalada en medio de un gran estadio de fútbol, esta incluye un espectáculo acuático multimedia que sirve para animar a la afición del equipo local o también puede convertirse en un escenario de lujo para conciertos y otros acontecimientos multitudinarios celebrados en ese recinto.
Hay para todos los gustos.
Para mí tienen un significado especial, recuerdo la primera fuente que conocí durante mi infancia en la plaza de mi pueblo, no era muy grande ni con tanta tecnología -apenas unas luces y unos cuantos pececitos-, pero para mí era hermosa y hasta tenía algo de magia. Ya no está, los tiempos modernos han cambiado su estructura pero sigue en el recuerdo de aquellos niños que fuimos a la plaza a andar en bici y a ver los pececitos.
Muchas de las fuentes de los paseos públicos de nuestros pueblos han quedado olvidadas, se han convertido en enormes canteros poblados de especies que ni siquiera reclaman el agua; sólo se ven en viviendas particulares las tradicionales cabezas de leones o alguna escultura erosionada por el paso del tiempo, pero lo bueno es que siguen vigentes. Sería interesante poder recuperarlas para que todos pudiéramos disfrutarlas, detenernos, sí, detenernos a escuchar el sonido, respirar la frescura que emana de sus entrañas y por qué no, pedir un deseo…
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