El amor, ¿brota?
Por
Alejandra Tenaglia
A las 5 de la mañana, el sonido de los propios
pasos cobra una relevancia que, en el resto de
la jornada, desaparecerá entre
el bullicio de la rutina.
El pueblo entero parece un animal dormido, con
la respiración calma y apenas algunos movimientos dispares. El ladrido lejano
de un perro, y otro que a la distancia busca contestarle. El chirrido de una
bicicleta apurada, presta por cumplir el horario de entrada en un cambio de
turno de madrugada. El acelerar de un auto al doblar una esquina, dándose
ímpetu para llegar allí, donde nadie lo espera. Cual soplido de búfalo, el
freno de un camión que transita por la principal arteria de esta región; la
ruta que como una herida abre el cuerpo del pueblo en dos mitades desiguales.
El ferrocarril, matriz del trazado de la 33, duerme a su lado el triste sueño
de los olvidados. Aquí, tan solo en este pequeño tramo, el mapa de las vías de
comunicación señala desde y hacia dónde se desangran los esfuerzos del sempiterno
obreraje, sostén de todo desarrollo, como el asta lo es de la bandera, que sólo
así logra llegar a la altura donde tan libremente flamea.
La claridad empieza a disolver la noche, los
pájaros festejan con sus trinos vivaces. Se oye una persiana levantándose, y el
eco de otras detrás; un portón arrastrado con decisión; el encendido de un auto
y su marcha constante por un rato, para que el motor se ponga a tono con el
andar que deberá brindar. Grupitos de niños con sus risotadas y sus empujones y
sus útiles escolares, avanzan por veredas y calles hacia este o aquel enorme
edificio, en el que la portera espera el tic tac exacto que la llevará a cerrar
con llave la puerta principal.
El silencio es pasado. Ya no se escuchan los
pasos. Todo es movimiento con sus roces y sonidos, tragándose lo mínimo y sutil.
La yerba del mate, que cuando aún la noche imperaba con su mudez cargada,
crujió sin pudor al perder su virginidad con el primer chorro de agua caliente,
ahora se ha convertido en selva de troncos desnudos y dudoso pantano musgo a
sus pies.
Con sus flores a pleno, el jazmín paraguayo
domina el fondo del patio. Sí que sabe la primavera hacer su trabajo. El césped
bien verde. Las casas coloridas por brotes apretaditos que comienzan a extender
sus pétalos. Y ese aroma que invisible y sin requerimiento previo, nos alcanza,
arrancando al caminante una sonrisa de placer; es que la belleza no permite
escapatoria, y se cuela por un sentido cualquiera, incluso de aquel que navega
en la indiferencia de palabras definitorias o conceptos conscientes. Pura
teoría. Vence la fuerza de la realidad. Y aquí llega mi perorata al punto que
pretendía tratar desde el comienzo de las 5 de la mañana: es mentira que la
estación que da comienzo en septiembre, esté enlazada con el amor. Ninguna
revolución hormonal, ya lo han dicho los académicos. Simple invento de los
publicistas y el marketing. ¿O no es ocasión el frío con su crudeza, para
avivar fuegos incipientes? ¿Y las tardes grises de otoños, no animan las
confesiones? ¿Qué decir del verano con su desnudez manifiesta, sus atardeceres
lentos y sus noches punteadas de estrellas como mantos sagrados labrados con
refulgencias? El mito, limita, encuadra la creencia dentro de márgenes rígidos
que hasta seguramente predispondrán almas hacia ese determinismo mágico
establecido. Entiendo, todos tenemos la imperiosa y perenne necesidad, de
querer y ser queridos; en eso no hay discrepancias. Ahora, hablemos florido
pero claro y en base a hechos, ¿cuántos amores ha iniciado usted en primavera? Le
dejo la inquietud, piense tranquilo. Ya es avanzada la mañana y llega mi
horario de caminata diaria, porque lo que sí es ciencia cierta, es que después
de la primavera llega el verano. Y verano implica calor - calor implica pileta
- pileta implica malla; y malla implica recordar que ya no se tiene 15 años y
que para que el espejo luego no nos haga muy mal (a la mirada ajena no la voy
ni a mencionar), hay que intentar acomodar un poco el continente. De paso se queman
toxinas, que como bien lo dice la misma palabra, es algo que hace peor que el
espejo. Desde aquí, lo que el “Negro” Dolina llamaría, una “Refutadora de Leyendas”
más.
4 manos / 1 texto
La novela
Espuma de Mar, escrita a 4 manos por Sebastián Muape y Alejandra
Tenaglia, tiene ahora su propio blog, donde cada día encontrarás un
nuevo capítulo.
¡Andá allá!
Los niños comprenden antes de expresarse
APRENDER EL LENGUAJE
Por Carla D. Dardini / Lic. en Fonoaudiología
El lenguaje es un fenómeno cultural y social instalado sobre el desarrollo de funciones neurológicas y psíquicas que permiten, a través de signos y símbolos adquiridos, la comunicación con nosotros mismos y con los demás. Aprender el lenguaje es aprender a comunicarse con efectividad, es saber transmitir a los demás nuestros pensamientos y es lograr comprender los de nuestros semejantes. Veamos las etapas en que ese aprendizaje se produce.
Etapa pre lingüística
La etapa pre lingüística va de 1 a 12-15 meses, y es donde se establecen los primeros recursos comunicativos del niño, en especial con la madre.
-
1º mes: Aparece el llanto, con él logra
comunicar sus necesidades con entonación, intensidad y ritmo.
-
2º mes: Se evidencia un juego vocal: balbuceo
– laleo.
Primera etapa del juego vocal es propioceptiva, hay vocalizaciones y
sonidos guturales, por ejemplo “ga-ga”,”nga-nga”. El bebé es capaz de imitar un
sonido producido por la madre “aaaaagggggg”.
La segunda etapa es propioceptiva - auditiva: va hasta los
10/11 meses. Aquí lo auditivo es reforzador, es decir, escucha más sonidos y
los reproduce. Repite sonidos del adulto y aparecen algunas vocales y consonantes,
como la /a/e/,/oe/ y “b”, “p”,”d”,”t”, /da…da/, /ba…ba/,/ta...ta. Estas
vocalizaciones son próximas a las palabras. Aparece la palabra señal, es decir,
palabras emitidas por la madre a las que el niño le da sentido representativo;
por ejemplo mamadera, para comer.
Luego se asocia precariamente la
palabra a la imagen, el niño comprende aquellas palabras relacionadas con sus
actividades vitales como alimentación, sueño, el juego, por ejemplo
“ppa-pa-pppa-pa-pa” dirigiendo la vista al padre o a la comida. Hay un
reforzamiento de los sonidos de la lengua que se habla en el ambiente.
Aparecen las primeras vocales /a/
junto con consonantes como la /p/t/m,n/ y luego se incorporan la /i/e/ y así
sucesivamente hasta adquirir todos los fonemas.
La totalidad
de los fonemas no se adquiere hasta los 3, 4 ó 5 años.
Etapa
Lingüística
El Primer
Nivel Lingüístico que va del año a los 5 años. El niño de 11 meses
suele decir sus primeras palabras de dos sílabas, por ejemplo: “mama”, “papa”,
“tata”.
Etapa
del monosílabo intencional: de 1 año a 1 y medio. Las sílabas
adquieren función denominativa durante el juego, o sea, denomina a través de
sílabas los objetos y también los utiliza como pedido, combinados con gestos y
entonaciones.
Etapa
de palabra frase: de 1 a 2 años. Se trata de una fusión entre
dos palabras o más (frase) en una,
acompañada de gestos para realizar un pedido o comunicar algo. Ejemplo: “meme”
por “quiero tomar la mamadera” o “pan” por “quiero más pan”. Utiliza el nombre
de las personas de su familia y emplea palabras que sirven de reclamo o llamada,
por ejemplo “mía, mía” por mira.
Etapa
de palabra yuxtapuesta: de 2 a 3 años. En este caso se fusionan dos
palabras en una, o coordinadas entre sí. Por ejemplo “ota nene”, “la pelota es
del nene”; y “¿o ta?”, “¿dónde está?”
Etapa
de la frase simple: más de 2 años. El niño a esta edad formula preguntas,
desea conocer el nombre de las cosas. Utiliza oraciones de dos a tres palabras.
Incorpora artículos como la, él; género, número, pronombres personales como yo,
tú, él, ella. Comprende y cuenta situaciones relacionadas con sus intereses.
Desde lo articulatorio cada vez se le va entendiendo mejor sus palabras, aunque
pueden percibirse errores.
Lenguaje
Interior:
2-3 años a los 7-8 años. Entre los 2 y 3 años se da comienzo al monólogo
infantil durante el juego, quien da lugar a la “interiorización del lenguaje”.
La formación del lenguaje interior se da por el significado de las palabras. El
lenguaje interior es la actividad discursiva del pensamiento. A medida que el
niño va incorporando nuevas palabras junto a su significado, se van
multiplicando las relaciones entre ellas y da lugar a la interiorización del
lenguaje. Esto se da hasta los 7-8 años de edad.
Tercera
etapa
Aquí nos
encontramos con el Segundo Nivel lingüístico.
1º
sub-etapa:
5-7 años. Los niños en esta etapa tienen un lenguaje similar al del adulto, con
utilización de oraciones más complejas, dominio más perfeccionado de adjetivos
y adverbios.
2º
sub-etapa:
7-12 años. El lenguaje ha sido completamente interiorizado, el pensamiento es
operacional, el cual es la base para el aprendizaje del cálculo y las nociones
matemáticas así como del código lectográfico.
El
ámbito familiar
Para finalizar, recordar que los
padres cumplen un rol fundamental y deben impulsar el desarrollo del lenguaje
de sus hijos a través de la interacción comunicativa en el ámbito familiar. Se
les debe hablar con un lenguaje claro, con oraciones simples y cortas,
acompañadas con gesticulaciones y entonación en los momentos de juego,
alimentación, baño, etc.
Es conveniente siempre llamar por su
nombre a las cosas y las actividades que realiza, así empezará a entender las
palabras y su significado para luego poder expresarlas. Los niños comprenden
antes de expresarse.
La madre
Por Carina
Sicardi / Psicóloga
casicardi@hotmail.com
La
lluvia cae sin piedad sobre los vidrios que parecen querer ganar la batalla tan
sólo con resistir la embestida.
Implacable,
de repente el agua cambia el color del día, volviéndolo gris, despuntando
nostalgias, convenciéndonos con su golpeteo rítmico que aquí está, y que eso es
bueno.
El
agua aparece casi como una bienaventuranza, aunque nos moje y nos haga
desviarnos del rumbo elegido, nos lleva a buscar el refugio más cercano o a
permitir que nos alcance, en una actitud mezcla de resignación y oculto placer
infantil.
“Llego desde el centro de tu
vientre a esta vida, con el llanto y la ceguera que ella misma impone”, nos dice Pastoral en una
canción. Ese vientre que nos cobija durante nueve meses sumergidos en líquido
que nos protege y acuna, en un equilibrio que nos permite empezar a ser con el
cuerpo.
Mucho
tuvo que pasar para que ese vientre se transforme en posibilitador de vida,
porque ese “tu” de que habla la canción, corresponde al lugar de la madre. Es
ella la que acepta transformaciones en su cuerpo, algo de lo que ni siquiera
puede dar cuenta de cómo será, si como lo soñamos, como nos cuentan los libros
o como las malintencionadas mujeres dicen de las complicaciones de algunos casos…
Pero no importa, nada importa más en esos meses que la posibilidad de ayudar a
crecer a ese ser que va tomando fuerza… y forma. “Sé que respirando solo viviré durando hasta que mi cuerpo tome forma
verdadera”, sigue la canción.
Es
que mucho antes de poder ser mamá con el cuerpo, también lo social instaura
desde el juego simbólico, casi un mandato para la mujer: se la insta a ser
madre, comenzando con las hermosas muñecas que, de poder “hablar”, la llamarán
mamá; y llegando a los bebotes casi perfectos en forma y textura, que deberían
ir generando el deseo de serlo. Cochecitos, pañales, chupetes y mamaderas cada
vez más similares a lo real, parecerían querer ir marcando un camino ineludible.
La
madre es el primer objeto de amor del bebé, ella es quien lo alimenta, lo
cuida, lo toca, lo higieniza, es ella quien lo nombra y lo cobija. Es ella
quien, desde su cuerpo podrá alimentar a ese bebé que se está constituyendo…
Aquella
que el tango inmortalizó, la misma que la inconfundible voz de Pappo hizo
eterna en los oídos: “Nadie se atreva a
tocar a mi vieja, porque mi vieja, es lo más grande que hay”. Aquella que
amamos con locura y por momentos “detestamos” con la misma intensidad. Aquella
que tan perfectamente retrató el famoso “cuento de la lechuza”, que ve a los
hijos como a los más bellos del bosque y que salvaría de cualquier peligro que
acechara al retoño de su sangre…
“Y
sentir mis huesos quietos no querer quedarse y
querer que mi nombre suene impresionante y
abrir mis ojos que nunca supe que estaban, para
atrapar las luces con solo mirarlas. Hoy que fácil nos es crecer cuando no queremos mirar que vivir no es sólo respirar”, la letra de la canción de Pastoral,
sigue resonando en mis oídos, como dictándome desde los recuerdos peñeros, el
relato pasaje a la vida, donde dejamos el medio perfectamente acuoso del
vientre materno para “pagar” el precio de estar vivos, que se hace más fácil
cuando reconforta la dulce melodía que va mucho más allá de cualquier
pretendida afinación, el arrullo inconfundible de la madre que acuna…
“Y
pasar por el colegio y la secundaria y
cerrar mi mente a todo lo que sea farsa, ver sangrar mi cara por haber gritado fuerte y saber más tarde que siempre algo se
aprende. Hoy el ayer me queda
lejos y veo que estoy creciendo cuando atrás va quedando atrás tan atrás...”
Así
termina el tema, el de la canción que tomé prestada, y el del texto, cuando
todo se va transformando, cuando el crecimiento nos aleja de la infancia en
donde todo parece doler menos porque tenemos la opción de correr hacia los
brazos inconmensurablemente abiertos de mamá, a la que aprendemos a amar más
allá de cualquier diferencia…
El
calor de ese abrazo que seguimos buscando toda la vida, como al “soplido
curador” de cualquier herida infligida, como a esas cosas que nunca se
alcanzan, nos lleva a encontrar refugio en la tristeza y dolor, volviendo a la
posición fetal en el “útero de trapo” que representa la cama.
Pero
todavía te tengo acá, mami, con el reclamo de que nunca te nombré en mis textos.
Así crecida, siendo yo hoy la mamá de tu primer nieto, aprendiendo a ser madre
e hija todos los días, aceptando que el tiempo pasa, y no se queda quieto,
transformando cada día vivencias y saberes. Así te acepto y te quiero, desde lo
mejor de cada una.
Sigo
robando letra hoy, ahora a Los Nocheros, y desde ellos a todas las madres de mi
vida, Nenecha, Elisa, ángeles-madres que fui encontrando; y a vos: “Aún siento tu mano aquí sobre mi frente, para
calmar mi pena y cualquier dolor, cuando
te necesito siempre estás presente, mi
mundo se transforma al oír tu voz… Mamá,
mamá, es tanto lo que tú me das, es una deuda tierna, amorosa, eterna, imposible de
pagar”.
Creencias erróneas
SEXUALIDAD
Por Laura Diaz / Psicóloga - Sexóloga
www.psicosexualidad.com
A lo largo
de la historia se han ido estableciendo distintas creencias en torno a la
sexualidad. Algunas se fueron desestimando con los avances científicos pero
otros supuestos han quedado fuertemente instalados en la cultura, provocando
malestar, angustia, disfunciones sexuales y problemas de pareja, entre otros.
No es posible en este espacio abordar todas las
creencias falsas, por lo tanto, en esta selección se tendrán en cuenta las que
se encuentran más firmemente arraigadas:
* La
masturbación solo se relaciona con hombres y hombres solteros: el placer de
la autoestimulación es un factor importante de la sexualidad de las personas y
un punto fundamental de aprendizaje, aprender cómo llegar al orgasmo y qué le
gusta a uno mismo para poder transmitirlo a la pareja. Tanto disfrutan de la
masturbación los niños como los adultos, hombres y mujeres, en etapa de
soltería como en pareja.
* El orgasmo
femenino debe darse mediante la penetración: el punto de mayor placer y
terminaciones nerviosas con respecto al sexo es el clítoris, no la vagina. La
antigua creencia de que existen dos orgasmos, clitoriano y vaginal, produce en
muchos casos preorgasmia (dificultad de llegar al orgasmo) en las mujeres. Por
cuestiones anatómicas es necesario en el 75% de las mujeres que haya, además de
la penetración, estimulación en el clítoris para llegar al orgasmo.
* El tamaño del
pene importa: relacionada a la creencia falsa anterior, en este mismo
sentido es más importante una buena estimulación, besos y caricias en el lugar
indicado. El tamaño del pene no es proporcional al placer sexual.
* Sacar el pene
de la vagina antes de eyacular impide la fecundación: creencia errónea, ya
que el líquido pre-seminal que se libera en la excitación masculina posee
espermatozoides que son factibles de producir la fecundación. No sólo se puede
quedar embarazada, sino que también es posible la infección de enfermedades de
transmisión sexual si no se usa el preservativo correctamente desde el
principio de la relación sexual.
* Es necesaria
la erección para poder disfrutar una relación sexual: que en algunos casos,
por cansancio o stress no haya una erección adecuada para la penetración no
tiene por qué ser vivido como un problema. Una buena relación sexual va más
allá que un par de centímetros, tenemos todo nuestro cuerpo y mente para
disfrutar con el otro ¿si no hay erección ocasional, con qué otra cosa podemos
ser creativos?
* La relación
sexual se debe dar naturalmente: en el momento que creemos que debemos
saberlo todo, nos limitamos un aspecto fundamental como es la capacidad de
aprendizaje y el poder comunicar nuestros gustos y deseos al otro. No somos
todas las mujeres iguales, ni a todos los hombres les gusta lo mismo, es
importante permitirnos explorar y sorprendernos con lo que le gusta a nuestro
compañero/a y con lo que nos gusta a nosotros.
* Una buena
relación sexual implica que los parteners lleguen al orgasmo al mismo tiempo:
Una vez más, la exigencia por querer acomodar el orgasmo a un parámetro puede
hacer que se interrumpa el fluir de la experiencia sexual y se escape el
placer.
Sostener creencias falsas con respecto a la sexualidad
genera múltiples consecuencias o manifestaciones, una de las principales tiene
que ver con las disfunciones sexuales. Generarse exigencias desde estos
supuestos falsos produce que la persona esté más pendiente de su performance
que de sentir placer y conectarse con el otro, se encuentra observándose y
exigiéndose hacer o lograr como “cree” que deben darse las cosas. Esto nos
puede llevar a no vivir la sexualidad como placentera, vivirla con culpa,
ansiedad y malestar como consecuencia de los mitos que circulan, los cuales no
siempre imparten valores positivos.
Así mismo, frente al desconocimiento la persona queda
más expuesta a enfermedades de trasmisión sexual o embarazos no deseados, ya
que en muchos casos la información que circula entre los pares no es correcta y
eso lleva a la confusión y poco cuidado de uno mismo y del otro.
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