Tapa Octubre


El amor, ¿brota?




Por Alejandra Tenaglia

A las 5 de la mañana, el sonido de los propios pasos cobra una relevancia que, en el resto de 
la jornada, desaparecerá entre el bullicio de la rutina.
El pueblo entero parece un animal dormido, con la respiración calma y apenas algunos movimientos dispares. El ladrido lejano de un perro, y otro que a la distancia busca contestarle. El chirrido de una bicicleta apurada, presta por cumplir el horario de entrada en un cambio de turno de madrugada. El acelerar de un auto al doblar una esquina, dándose ímpetu para llegar allí, donde nadie lo espera. Cual soplido de búfalo, el freno de un camión que transita por la principal arteria de esta región; la ruta que como una herida abre el cuerpo del pueblo en dos mitades desiguales. El ferrocarril, matriz del trazado de la 33, duerme a su lado el triste sueño de los olvidados. Aquí, tan solo en este pequeño tramo, el mapa de las vías de comunicación señala desde y hacia dónde se desangran los esfuerzos del sempiterno obreraje, sostén de todo desarrollo, como el asta lo es de la bandera, que sólo así logra llegar a la altura donde tan libremente flamea.
La claridad empieza a disolver la noche, los pájaros festejan con sus trinos vivaces. Se oye una persiana levantándose, y el eco de otras detrás; un portón arrastrado con decisión; el encendido de un auto y su marcha constante por un rato, para que el motor se ponga a tono con el andar que deberá brindar. Grupitos de niños con sus risotadas y sus empujones y sus útiles escolares, avanzan por veredas y calles hacia este o aquel enorme edificio, en el que la portera espera el tic tac exacto que la llevará a cerrar con llave la puerta principal.
El silencio es pasado. Ya no se escuchan los pasos. Todo es movimiento con sus roces y sonidos, tragándose lo mínimo y sutil. La yerba del mate, que cuando aún la noche imperaba con su mudez cargada, crujió sin pudor al perder su virginidad con el primer chorro de agua caliente, ahora se ha convertido en selva de troncos desnudos y dudoso pantano musgo a sus pies.
Con sus flores a pleno, el jazmín paraguayo domina el fondo del patio. Sí que sabe la primavera hacer su trabajo. El césped bien verde. Las casas coloridas por brotes apretaditos que comienzan a extender sus pétalos. Y ese aroma que invisible y sin requerimiento previo, nos alcanza, arrancando al caminante una sonrisa de placer; es que la belleza no permite escapatoria, y se cuela por un sentido cualquiera, incluso de aquel que navega en la indiferencia de palabras definitorias o conceptos conscientes. Pura teoría. Vence la fuerza de la realidad. Y aquí llega mi perorata al punto que pretendía tratar desde el comienzo de las 5 de la mañana: es mentira que la estación que da comienzo en septiembre, esté enlazada con el amor. Ninguna revolución hormonal, ya lo han dicho los académicos. Simple invento de los publicistas y el marketing. ¿O no es ocasión el frío con su crudeza, para avivar fuegos incipientes? ¿Y las tardes grises de otoños, no animan las confesiones? ¿Qué decir del verano con su desnudez manifiesta, sus atardeceres lentos y sus noches punteadas de estrellas como mantos sagrados labrados con refulgencias? El mito, limita, encuadra la creencia dentro de márgenes rígidos que hasta seguramente predispondrán almas hacia ese determinismo mágico establecido. Entiendo, todos tenemos la imperiosa y perenne necesidad, de querer y ser queridos; en eso no hay discrepancias. Ahora, hablemos florido pero claro y en base a hechos, ¿cuántos amores ha iniciado usted en primavera? Le dejo la inquietud, piense tranquilo. Ya es avanzada la mañana y llega mi horario de caminata diaria, porque lo que sí es ciencia cierta, es que después de la primavera llega el verano. Y verano implica calor - calor implica pileta - pileta implica malla; y malla implica recordar que ya no se tiene 15 años y que para que el espejo luego no nos haga muy mal (a la mirada ajena no la voy ni a mencionar), hay que intentar acomodar un poco el continente. De paso se queman toxinas, que como bien lo dice la misma palabra, es algo que hace peor que el espejo. Desde aquí, lo que el “Negro” Dolina llamaría, una “Refutadora de Leyendas” más.


4 manos / 1 texto

La novela Espuma de Mar, escrita a 4 manos por Sebastián Muape y Alejandra Tenaglia, tiene ahora su propio blog, donde cada día encontrarás un nuevo capítulo. 
¡Andá allá!
http://novelaespumademar.blogspot.com.ar/

Los niños comprenden antes de expresarse



APRENDER EL LENGUAJE


Por Carla D. Dardini / Lic. en Fonoaudiología

El lenguaje es un fenómeno cultural y social instalado sobre el desarrollo de funciones neurológicas y psíquicas que permiten, a través de signos y símbolos adquiridos, la comunicación con nosotros mismos y con los demás. Aprender el lenguaje es aprender a comunicarse con efectividad, es saber transmitir a los demás nuestros pensamientos y es lograr comprender los de nuestros semejantes. Veamos las etapas en que ese aprendizaje se produce.

 

Etapa pre lingüística 

La etapa pre lingüística va de 1 a 12-15 meses, y es donde se establecen los primeros recursos comunicativos del niño, en especial con la madre.

-       1º mes: Aparece el llanto, con él logra comunicar sus necesidades con entonación, intensidad y ritmo.
-       2º mes: Se evidencia un juego vocal: balbuceo – laleo.
Primera etapa del juego vocal es propioceptiva, hay vocalizaciones y sonidos guturales, por ejemplo “ga-ga”,”nga-nga”. El bebé es capaz de imitar un sonido producido por la madre “aaaaagggggg”.
La segunda etapa es propioceptiva - auditiva: va hasta los 10/11 meses. Aquí lo auditivo es reforzador, es decir, escucha más sonidos y los reproduce. Repite sonidos del adulto y aparecen algunas vocales y consonantes, como la /a/e/,/oe/ y “b”, “p”,”d”,”t”, /da…da/, /ba…ba/,/ta...ta. Estas vocalizaciones son próximas a las palabras. Aparece la palabra señal, es decir, palabras emitidas por la madre a las que el niño le da sentido representativo; por ejemplo mamadera, para comer.
Luego se asocia precariamente la palabra a la imagen, el niño comprende aquellas palabras relacionadas con sus actividades vitales como alimentación, sueño, el juego, por ejemplo “ppa-pa-pppa-pa-pa” dirigiendo la vista al padre o a la comida. Hay un reforzamiento de los sonidos de la lengua que se habla en el ambiente.
Aparecen las primeras vocales /a/ junto con consonantes como la /p/t/m,n/ y luego se incorporan la /i/e/ y así sucesivamente hasta adquirir todos los fonemas.
La totalidad de los fonemas no se adquiere hasta los 3, 4 ó 5 años.

Etapa Lingüística
El Primer Nivel Lingüístico que va del año a los 5 años. El niño de 11 meses suele decir sus primeras palabras de dos sílabas, por ejemplo: “mama”, “papa”, “tata”.
Etapa del monosílabo intencional: de 1 año a 1 y medio. Las sílabas adquieren función denominativa durante el juego, o sea, denomina a través de sílabas los objetos y también los utiliza como pedido, combinados con gestos y entonaciones.
Etapa de palabra frase: de 1 a 2 años. Se trata de una fusión entre dos  palabras o más (frase) en una, acompañada de gestos para realizar un pedido o comunicar algo. Ejemplo: “meme” por “quiero tomar la mamadera” o “pan” por “quiero más pan”. Utiliza el nombre de las personas de su familia y emplea palabras que sirven de reclamo o llamada, por ejemplo “mía, mía” por mira.
Etapa de palabra yuxtapuesta: de 2 a 3 años. En este caso se fusionan dos palabras en una, o coordinadas entre sí. Por ejemplo “ota nene”, “la pelota es del nene”; y “¿o ta?”, “¿dónde está?”
Etapa de la frase simple: más de 2 años. El niño a esta edad formula preguntas, desea conocer el nombre de las cosas. Utiliza oraciones de dos a tres palabras. Incorpora artículos como la, él; género, número, pronombres personales como yo, tú, él, ella. Comprende y cuenta situaciones relacionadas con sus intereses. Desde lo articulatorio cada vez se le va entendiendo mejor sus palabras, aunque pueden percibirse errores.
Lenguaje Interior: 2-3 años a los 7-8 años. Entre los 2 y 3 años se da comienzo al monólogo infantil durante el juego, quien da lugar a la “interiorización del lenguaje”. La formación del lenguaje interior se da por el significado de las palabras. El lenguaje interior es la actividad discursiva del pensamiento. A medida que el niño va incorporando nuevas palabras junto a su significado, se van multiplicando las relaciones entre ellas y da lugar a la interiorización del lenguaje. Esto se da hasta los 7-8 años de edad.

Tercera etapa
Aquí nos encontramos con el Segundo Nivel lingüístico.
1º sub-etapa: 5-7 años. Los niños en esta etapa tienen un lenguaje similar al del adulto, con utilización de oraciones más complejas, dominio más perfeccionado de adjetivos y adverbios.
2º sub-etapa: 7-12 años. El lenguaje ha sido completamente interiorizado, el pensamiento es operacional, el cual es la base para el aprendizaje del cálculo y las nociones matemáticas así como del código lectográfico.

El ámbito familiar
Para finalizar, recordar que los padres cumplen un rol fundamental y deben impulsar el desarrollo del lenguaje de sus hijos a través de la interacción comunicativa en el ámbito familiar. Se les debe hablar con un lenguaje claro, con oraciones simples y cortas, acompañadas con gesticulaciones y entonación en los momentos de juego, alimentación, baño, etc.
Es conveniente siempre llamar por su nombre a las cosas y las actividades que realiza, así empezará a entender las palabras y su significado para luego poder expresarlas. Los niños comprenden antes de expresarse.





La madre



Por Carina Sicardi / Psicóloga
casicardi@hotmail.com

La lluvia cae sin piedad sobre los vidrios que parecen querer ganar la batalla tan sólo con resistir la embestida.
Implacable, de repente el agua cambia el color del día, volviéndolo gris, despuntando nostalgias, convenciéndonos con su golpeteo rítmico que aquí está, y que eso es bueno.
El agua aparece casi como una bienaventuranza, aunque nos moje y nos haga desviarnos del rumbo elegido, nos lleva a buscar el refugio más cercano o a permitir que nos alcance, en una actitud mezcla de resignación y oculto placer infantil.
“Llego desde el centro de tu vientre a esta vida, con el llanto y la ceguera que ella misma impone”, nos dice Pastoral en una canción. Ese vientre que nos cobija durante nueve meses sumergidos en líquido que nos protege y acuna, en un equilibrio que nos permite empezar a ser con el cuerpo.
Mucho tuvo que pasar para que ese vientre se transforme en posibilitador de vida, porque ese “tu” de que habla la canción, corresponde al lugar de la madre. Es ella la que acepta transformaciones en su cuerpo, algo de lo que ni siquiera puede dar cuenta de cómo será, si como lo soñamos, como nos cuentan los libros o como las malintencionadas mujeres dicen de las complicaciones de algunos casos… Pero no importa, nada importa más en esos meses que la posibilidad de ayudar a crecer a ese ser que va tomando fuerza… y forma. “Sé que respirando solo viviré durando hasta que mi cuerpo tome forma verdadera”, sigue la canción.
Es que mucho antes de poder ser mamá con el cuerpo, también lo social instaura desde el juego simbólico, casi un mandato para la mujer: se la insta a ser madre, comenzando con las hermosas muñecas que, de poder “hablar”, la llamarán mamá; y llegando a los bebotes casi perfectos en forma y textura, que deberían ir generando el deseo de serlo. Cochecitos, pañales, chupetes y mamaderas cada vez más similares a lo real, parecerían querer ir marcando un camino ineludible.
La madre es el primer objeto de amor del bebé, ella es quien lo alimenta, lo cuida, lo toca, lo higieniza, es ella quien lo nombra y lo cobija. Es ella quien, desde su cuerpo podrá alimentar a ese bebé que se está constituyendo…
Aquella que el tango inmortalizó, la misma que la inconfundible voz de Pappo hizo eterna en los oídos: “Nadie se atreva a tocar a mi vieja, porque mi vieja, es lo más grande que hay”. Aquella que amamos con locura y por momentos “detestamos” con la misma intensidad. Aquella que tan perfectamente retrató el famoso “cuento de la lechuza”, que ve a los hijos como a los más bellos del bosque y que salvaría de cualquier peligro que acechara al retoño de su sangre…
“Y sentir mis huesos quietos no querer quedarse y querer que mi nombre suene impresionante y abrir mis ojos que nunca supe que estaban, para atrapar las luces con solo mirarlas. Hoy que fácil nos es crecer cuando no queremos mirar que vivir no es sólo respirar, la letra de la canción de Pastoral, sigue resonando en mis oídos, como dictándome desde los recuerdos peñeros, el relato pasaje a la vida, donde dejamos el medio perfectamente acuoso del vientre materno para “pagar” el precio de estar vivos, que se hace más fácil cuando reconforta la dulce melodía que va mucho más allá de cualquier pretendida afinación, el arrullo inconfundible de la madre que acuna…
“Y pasar por el colegio y la secundaria y cerrar mi mente a todo lo que sea farsa, ver sangrar mi cara por haber gritado fuerte y saber más tarde que siempre algo se aprende. Hoy el ayer me queda lejos y veo que estoy creciendo cuando atrás va quedando atrás tan atrás...
Así termina el tema, el de la canción que tomé prestada, y el del texto, cuando todo se va transformando, cuando el crecimiento nos aleja de la infancia en donde todo parece doler menos porque tenemos la opción de correr hacia los brazos inconmensurablemente abiertos de mamá, a la que aprendemos a amar más allá de cualquier diferencia…
El calor de ese abrazo que seguimos buscando toda la vida, como al “soplido curador” de cualquier herida infligida, como a esas cosas que nunca se alcanzan, nos lleva a encontrar refugio en la tristeza y dolor, volviendo a la posición fetal en el “útero de trapo” que representa la cama.
Pero todavía te tengo acá, mami, con el reclamo de que nunca te nombré en mis textos. Así crecida, siendo yo hoy la mamá de tu primer nieto, aprendiendo a ser madre e hija todos los días, aceptando que el tiempo pasa, y no se queda quieto, transformando cada día vivencias y saberes. Así te acepto y te quiero, desde lo mejor de cada una.
Sigo robando letra hoy, ahora a Los Nocheros, y desde ellos a todas las madres de mi vida, Nenecha, Elisa, ángeles-madres que fui encontrando; y a vos: “Aún siento tu mano aquí sobre mi frente, para calmar mi pena y cualquier dolor, cuando te necesito siempre estás presente, mi mundo se transforma al oír tu vozMamá, mamá, es tanto lo que tú me das, es una deuda tierna, amorosa, eterna, imposible de pagar”. 

Creencias erróneas



SEXUALIDAD

Por Laura Diaz / Psicóloga - Sexóloga
www.psicosexualidad.com


A lo largo de la historia se han ido estableciendo distintas creencias en torno a la sexualidad. Algunas se fueron desestimando con los avances científicos pero otros supuestos han quedado fuertemente instalados en la cultura, provocando malestar, angustia, disfunciones sexuales y problemas de pareja, entre otros.

No es posible en este espacio abordar todas las creencias falsas, por lo tanto, en esta selección se tendrán en cuenta las que se encuentran más firmemente arraigadas:
* La masturbación solo se relaciona con hombres y hombres solteros: el placer de la autoestimulación es un factor importante de la sexualidad de las personas y un punto fundamental de aprendizaje, aprender cómo llegar al orgasmo y qué le gusta a uno mismo para poder transmitirlo a la pareja. Tanto disfrutan de la masturbación los niños como los adultos, hombres y mujeres, en etapa de soltería como en pareja.
* El orgasmo femenino debe darse mediante la penetración: el punto de mayor placer y terminaciones nerviosas con respecto al sexo es el clítoris, no la vagina. La antigua creencia de que existen dos orgasmos, clitoriano y vaginal, produce en muchos casos preorgasmia (dificultad de llegar al orgasmo) en las mujeres. Por cuestiones anatómicas es necesario en el 75% de las mujeres que haya, además de la penetración, estimulación en el clítoris para llegar al orgasmo.
* El tamaño del pene importa: relacionada a la creencia falsa anterior, en este mismo sentido es más importante una buena estimulación, besos y caricias en el lugar indicado. El tamaño del pene no es proporcional al placer sexual.
* Sacar el pene de la vagina antes de eyacular impide la fecundación: creencia errónea, ya que el líquido pre-seminal que se libera en la excitación masculina posee espermatozoides que son factibles de producir la fecundación. No sólo se puede quedar embarazada, sino que también es posible la infección de enfermedades de transmisión sexual si no se usa el preservativo correctamente desde el principio de la relación sexual.
* Es necesaria la erección para poder disfrutar una relación sexual: que en algunos casos, por cansancio o stress no haya una erección adecuada para la penetración no tiene por qué ser vivido como un problema. Una buena relación sexual va más allá que un par de centímetros, tenemos todo nuestro cuerpo y mente para disfrutar con el otro ¿si no hay erección ocasional, con qué otra cosa podemos ser creativos?
* La relación sexual se debe dar naturalmente: en el momento que creemos que debemos saberlo todo, nos limitamos un aspecto fundamental como es la capacidad de aprendizaje y el poder comunicar nuestros gustos y deseos al otro. No somos todas las mujeres iguales, ni a todos los hombres les gusta lo mismo, es importante permitirnos explorar y sorprendernos con lo que le gusta a nuestro compañero/a y con lo que nos gusta a nosotros.
* Una buena relación sexual implica que los parteners lleguen al orgasmo al mismo tiempo: Una vez más, la exigencia por querer acomodar el orgasmo a un parámetro puede hacer que se interrumpa el fluir de la experiencia sexual y se escape el placer.  

Sostener creencias falsas con respecto a la sexualidad genera múltiples consecuencias o manifestaciones, una de las principales tiene que ver con las disfunciones sexuales. Generarse exigencias desde estos supuestos falsos produce que la persona esté más pendiente de su performance que de sentir placer y conectarse con el otro, se encuentra observándose y exigiéndose hacer o lograr como “cree” que deben darse las cosas. Esto nos puede llevar a no vivir la sexualidad como placentera, vivirla con culpa, ansiedad y malestar como consecuencia de los mitos que circulan, los cuales no siempre imparten valores positivos.
Así mismo, frente al desconocimiento la persona queda más expuesta a enfermedades de trasmisión sexual o embarazos no deseados, ya que en muchos casos la información que circula entre los pares no es correcta y eso lleva a la confusión y poco cuidado de uno mismo y del otro.