“PRIMICIA
MORTAL”
Por Lorena Bellesi
bellesi_lorena@hotmail.com
La
historia de Primicia mortal (Nightcrawler) transcurre en la ciudad de
Los Angeles, una metrópoli siempre resplandeciente, ya sea gracias al intenso sol
del día o al extenso neón multicolor de la noche. El novato director Dan Gilroy
elige la efervescencia nocturna, restringe su mirada a ese momento particular
donde el delito, los excesos y el desorden se multiplican considerablemente. Es
allí donde opera la gran transformación del protagonista, como espectador somos
testigos de un intimidante proceso evolutivo personal bastante perturbador,
polémico, quizá para la mayoría, indignante.
El
actor Jake Gyllenhaal compone de manera sensacional a un personaje
irresistiblemente despreciable, un inescrupuloso que sin querer encuentra su
“vocación”. Louis Bloom es un
insignificante ladrón, se dedica a robar cables, tapas de alcantarilla, para
luego venderlos a muy poco valor a industrias locales. Repentinamente, una
noche se topa con un accidente en plena autopista, policías intentan ayudar a
una joven atrapada en un auto incendiado; en medio de la desesperación un
hombre filma la escena, ajeno al dramatismo, sin intervenir, todo lo contrario,
molestando, obstaculizando la tarea de los agentes. Lou observa en trance la escena, sus expresivos ojos azules dan
cuenta de una febril actividad cerebral, especulativa. Inmediatamente se acerca
al camarógrafo a interrogarlo, quiere saberlo todo. Cuando al día siguiente ve en
el noticiero las imágenes captadas la noche anterior, bulle en su conciencia
una próspera solución a su desempleo. Consigue, irregularmente, una cámara de
video rudimentaria; contrata a un ayudante, a quien conforma con unos
poquísimos dólares, y se sumerge en la noche de Los Angeles con la esperanza de
recolectar sensacionales tomas, mejor dicho, sensacionalistas, para luego
venderlas a cables de noticias interesados. Una carrera demencial, da comienzo contra
reloj, se trata de llegar primero.
Louis Bloom es un solitario, se podría decir, un misántropo
autodidacta, sus parlamentos reproducen maquinalmente frases hechas leídas en
internet, pero, sobre todo, es desmedidamente ambicioso. A diferencia de otros freelance su material se destaca por la
crudeza, en sus planos predomina la sangre, el dolor, el mal gusto. Así
concebido, su trabajo no tendría sentido si no se visibiliza, en este punto, la
otra parte fundamental de la historia, que es la directora del canal de noticias KWLA, Nina (Rene Russo, impecable), quien no tiene reparos morales en
sacar al aire imágenes extremas, chocantes, algunas hasta de dudosa
procedencia. Es innegable que muchas veces la suba del rating depende de la
calidad morbosa de ciertas imágenes difundidas, la mujer lo sabe y Lou también, por eso es de esperar
punzantes negociaciones o una apuesta cada vez mayor a lo excesivo o
desagradable.
Primicia mortal dispara sin piedad contra el
periodismo falto de ética, efectista, aunque al mismo tiempo cuestiona el
perfil mórbido de un público apetente por consumir lo más despreciable de la
realidad. Una bella fotografía, brumosa, casi mágica, desacelera el fuerte
contenido de una trama que se irá complejizando, dejando atrás cualquier
moraleja.
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