Acné



FITOTERAPIA Y CUIDADOS

Por Romina Bianchini / Farmacéutica – Dra. en Cs. Químicas
El acné es una de las patologías dermatológicas más frecuentes, se calcula que afecta a más del 90 % de la población en algún momento de su vida, y que lo padecen aproximadamente un 80 % de los adolescentes.

Esta enfermedad de la piel, inflamatoria y crónica, se produce por la obstrucción de un folículo pilosebáceo. Hay millones de folículos pilosebáceos, y la mayoría se encuentran en la cara, pecho y espalda; por eso, estos son los principales sitios afectados por acné.
Su aparición depende de varios factores. Se cree que existe una predisposición genética sobre la cual influyen además: exceso en la producción de sebo, sobreinfección bacteriana del folículo afectado, formación de comedones, inflamación. 
El tratamiento del acné es fundamental debido a que afecta negativamente el desarrollo psicosocial de la persona y puede causar importantes problemas emocionales.
La principal función de la fitoterapia aquí, supone la utilización de una serie de plantas cuya tarea consiste en: depurar al organismo; eliminar gérmenes que causan infección de los poros; ayudar a limpiar la zona afectada, eliminando grasa y partículas; reducir la producción de grasa.

Hierbas medicinales  de  uso interno
Contribuyen a la eliminación de toxinas, cumpliendo una función depurativa.
Diuréticas: colaboran en la eliminación de residuos tóxicos a través de la orina. Al utilizar estas plantas deberá aumentar la ingestión de agua para obtener mejores resultados. Una de las más utilizadas es la Cola de caballo.
Desintoxicantes y depurativas: poseen estas propiedades el Diente de león, la Alcachofa, la Ortiga y el Cardo mariano.

Hierbas medicinales de uso externo
Avena: por sus propiedades astringentes resulta beneficiosa para eliminar granitos, espinillas, acné y otras imperfecciones de la piel.
Caléndula: las cremas de caléndula se han constituido en un típico producto dermatológico, dada su comprobada utilidad en casos de grietas de pezón, quemaduras leves y dermatitis de pañal. Las flores de caléndula además, han demostrado proveer alivio sintomático y cicatrización de las lesiones de acné.
Árbol de té: inhibe el crecimiento bacteriano, por ello resulta muy efectivo en el tratamiento de las lesiones de acné.
Diente de león: sus hojas resultan útiles en algunos cuadros de acné. Debido a su alto contenido en zinc y de ácidos grasos insaturados, contribuye a mantener el estado de salud de la piel.
Bardana: desde hace casi un siglo se conocen sus virtudes en problemas infecciosos de piel. Presenta actividad antibacteriana, antiinflamatoria y antioxidante. Los extractos de  bardana  se pueden aplicar por vía externa (efecto emoliente y antiinflamatorio), o por vía interna (efecto depurador, inmunoestimulante, antioxidante y antibiótico).
Jojoba: se ha podido comprobar la acción emoliente y lubricante del aceite de jojoba, útil para la piel y el cabello. Algunos estudios han demostrado su utilidad en la remoción del sebo de los comedones acneicos.
Fenogreco: tiene capacidad de limpiar la piel, favorece la eliminación de pus y la cicatrización del acné.
Aloe vera: la  droga vegetal está representada por el gel contenido en la hoja de aloe; reduce la frecuencia de contaminaciones bacterianas, la posibilidad de formación de queloides, la fase inflamatoria, y ayuda a cicatrizar.

Sumar cuidados
Para obtener mejores resultados se debería además:
- Mantener la piel limpia: se puede usar jabón antibacterial suave, sin fragancia, o loción limpiadora con ácido salicílico.
- Remover células muertas exfoliando la piel: el exfoliado pule la piel, limpia los poros y los abre correctamente.
- Rociar la piel con un tónico astringente.
- Mantener el pelo limpio y recogido: evitar usar acondicionadores con vaselina o aceite mineral.
- Usar ropa limpia y, en la medida de lo posible, de algodón.

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