ESTA NOCHE NO
LA RUTINA Y EL DESEO SEXUAL EN LA PAREJA
Las consultas por la falta de deseo sexual se han incrementado en los últimos años, y no es una problemática que atañe sólo a las parejas mayores de 40 años, sino que cada vez, son más las parejas jóvenes que consultan al respecto.
Aunque las parejas afectadas afirman quererse mucho, compartir intereses y llevarse bien entre ellos, reportan una escasa o nula vida sexual; o bien, sostienen que sus esporádicas relaciones sexuales son de baja calidad y que no logran una sensación de conexión.
Son múltiples los factores que influyen en nuestra sexualidad, tanto individual como en pareja.
Si bien en este artículo nos centraremos en la RUTINA como generadora de la disminución o inhibición del deseo, queremos al menos mencionar otras de sus causas: depresión; estrés crónico (debido a diversos factores, ej. laboral); medicación; estrés agudo por una situación actual que se encuentra atravesando alguna de las personas; violencia o maltrato; situaciones traumáticas; alcoholismo, adicciones.
¿Somos iguales hombre y mujeres?
En 1966, el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson, describieron por primera vez el ciclo de la Respuesta Sexual Humana (RSH):
1) excitación;
2) meseta;
3) orgasmo;
4) resolución.
Masters y Johnson se centraron en sus estudios exclusivamente en los aspectos fisiológicos de la RSH.
En 1974, Helen Singer Kaplan, en su libro "La nueva terapia sexual", añade un elemento: el deseo, etapa que precede a la excitación sexual en la RSH.
La primera de las fases se inicia en forma previa al contacto sexual en sí mismo, ante un estímulo adecuado, enfatizando la importancia de las fantasías en nuestra experiencia sexual. El cerebro es el principal órgano sexual (el motor).
Kaplan fue la primera que definió el Deseo Sexual Hipoactivo: bajo nivel de interés sexual que se manifiesta en la dificultad para iniciar o responder a una actividad sexual (relaciones sexuales o conductas sexuales; en pareja o no); ocasionando que las relaciones sexuales disminuyan considerablemente o desaparezcan.
A finales de los 80, la Dra. Rosemary Basson revisa los modelos propuestos y desarrolla una nueva conceptualización de la respuesta sexual femenina.
Tradicionalmente la respuesta sexual femenina y masculina había sido entendida en una línea recta que iba desde el deseo hasta el orgasmo, pero la Dra. Basson encontró que en la práctica esto raramente ocurría.
De acuerdo con Basson, las diferencias entre cómo los hombres y las mujeres experimentan la sexualidad se puede expresar del siguiente modo:
- Ellos: Generalmente la progresión de la respuesta sexual en los hombres es lineal, sin excesivos matices; es decir, del deseo, pasan a la excitación y, de ahí, al orgasmo.
- Ellas: Basson planteó que la mayoría de las mujeres experimentan el sexo como un ciclo circular. Su progresión sexual es circular; las fases se sobreponen unas a otras en un orden variable.
Explica Basson que la mujer se parece más al hombre sólo en los inicios de las relaciones sentimentales, durante los roles de nuevos amantes, pero luego necesita mucho mayor estímulo. Y eso es natural, no anómalo.
El modelo alternativo de respuesta sexual femenina propuesto por Basson está en la evidencia de que el deseo significa cosas muy diferentes para las mujeres y para los hombres.
Para la Dra. Basson, no es frecuente que las mujeres, en relaciones de pareja estable, experimenten inicialmente el deseo sexual. Una mujer comienza con frecuencia un encuentro sexual en un estado neutral y, por razones “basadas en la intimidad”, busca o se muestra receptiva a estímulos sexuales que pueden llevarla potencialmente a un estado de excitación sexual.
En el modelo de Basson, la excitación se experimenta antes del deseo. Es la excitación sexual lo que desencadena el deseo y la necesidad de continuar con la experiencia para liberar la tensión sexual.
Este nuevo enfoque se aleja del deseo espontáneo o inicial y se acerca al deseo provocado acompañado de excitación.
Vemos que Basson pone especial énfasis es la necesidad, para la mujer, de cercanía emocional. Por tanto, una pareja disfuncional o una relación emocionalmente distante puede reducir el deseo de intimidad con la pareja.
Rutina, pareja y deseo
Si cada uno de nosotros realizara una agenda semanal que incluya todos nuestros horarios, ¿cuánto tiempo nos queda para nuestra recreación, nuestro descanso?
Si comparamos nuestra agenda semanal con la de nuestra pareja, ¿cuánto tiempo de intimidad “real” nos queda para compartir?
El compartir la casa, la vida, proyectos o el tiempo no es garantía de éxito en una pareja, es sólo tiempo; pero aquello que nos garantiza el éxito está asociado a mantener la intimidad, la comunicación y el compromiso con quien elijo para compartir mi vida.
Nos referimos a intimidad como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
En la gran mayoría de las parejas, al principio de la relación, cada uno de sus miembros experimenta un fuerte deseo de estar con el otro. A menudo surge un fuerte deseo de intimidad, que permite la actividad sexual.
La etapa del romanticismo es la etapa del aparente no esfuerzo, pero en verdad si volvemos a imaginarnos la agenda, cómo sería en esa etapa, veríamos que la mayor frecuencia sexual se correlaciona con mayor intimidad y a su vez con mayores actitudes, pensamientos, sensaciones y acciones por y para el otro; por y para mí.
Es muy probable que la rutina nos lleve a que nuestras prioridades cambien y que tengamos otras cosas en la cabeza (el trabajo, los niños, las preocupaciones económicas).
Las circunstancias domésticas, laborales y sociales cotidianas llevan a falta de tiempo, de de intimidad emocional y física para la pareja.
Ante la rutina y la cotidianidad, los encuentros íntimos (tanto físicos como emocionales) tienden a desaparecer rápidamente y esto lleva a que los individuos que componen la pareja tiendan a aislarse.
El erotismo en la pareja suele estar influido fuertemente por la rutina.
Una buena manera de sostener el deseo es aprender a reservar un tiempo preferencial, tiempo para la intimidad no sexual (teniendo en cuenta lo establecido por R. Basson), lo que mejoraría la cercanía y el deseo sexual.
Revivir el amor y el deseo es tarea de cada uno de los miembros de la pareja.
Algunos tips a tener en cuenta para recuperar la intimidad y salir de la rutina:
· Comunicación, reencuentro, intimidad.
· Armar un día de la semana una actividad para los dos y agendarlo.
· Hacer algo sólo por y para el otro, por el simple placer de dar.
· Comprometerse cada uno para mejorar el vínculo de pareja y dejar de esperar soluciones mágicas.
· Buscar culpables implica no hacerse cargo de buscar soluciones.
· Tomarse unos minutos al final del día para conversar (sin chicos, teléfonos o interrupciones), no es momento para hablar de problemas sino para hacerlo sólo amena e íntimamente.
· Aprender a negociar.
· Borrar el no automático, el no tengo ganas, antes de al menos intentar entrar en clima.
· Tener creatividad, tiempo y privacidad.
LA CONSTRUCCION DEL DESEO ES UNA TAREA DE A DOS.
Lorena Anmuth
Psicóloga, Sexóloga Clínica. Mat. 2612
Presidenta de A.R.E.S.S. (Asociación Rosarina de Educación Sexual y Sexología)
0341 155500982 / pslorena72@gmail.com
Melina Villalonga
Psicóloga, Sexóloga Clínica. Mat. 4027
Presidenta de A.R.E.A.P. (Asociación Rosarina de Estudios y Asistencia Psicológica)
0341 155063931 / melinavillalonga@hotmail.com
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