PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Por Marina Moya*
La aparición de nuevas listas de precandidatos a presidente y comisión comunal, el auge de las redes sociales y su uso masivo como medio de comunicación e información, la consolidación de los programas que ofrecen los medios de comunicación de Chabás, la generación de nuevos espacios grupales de intereses sectoriales, son algunas de las razones o causas locales que hacen que en el contexto actual, aparezca renovado un sujeto social que había quedado algo en desuso o mirando para otro lado: el ciudadano.
Los hombres y mujeres comunes comienzan a apropiarse de espacios que no son los habitualmente instalados para la participación, como siempre fueron las instituciones o los partidos políticos. Los jóvenes principalmente, haciendo uso de la tecnología, empujan las demandas al contexto de lo público.
El concepto de ciudadano surge etimológicamente con la aparición de las ciudades, allá en la Grecia Antigua. El ciudadano es aquel habitante de una comunidad entendida como jurisdicción político – administrativa –hoy Estado-. En su condición de ser miembro de la “ciudad”, el sujeto es portador de “ciudadanía”, es decir de una particular capacidad de ejercer derechos y contraer obligaciones en lo relativo a la ciudad y con miras al bienestar general.
A partir de la planificación de un capitalismo transnacional y globalizado, el concepto de ciudadano y su referencia a un lugar territorialmente delimitado quedó para muchos desdibujado o sin eficacia en su referencia simbólica (por eso hablan de ciudadano del mundo o de transnacionalizados, como si las fronteras fueran virtuales solamente). No es sin embargo el punto de vista de los movimientos sociales, que lo referencian en cambio a conceptos tales como: territorio, costumbres y creencias, pertenencia, participación, hábitat, bien común.
Hoy las circunstancias juegan a favor de la participación del ciudadano. En nuestra localidad las listas se completan con jóvenes que aparecen en los medios y defienden las plataformas y propuestas de sus partidos. Los medios dan lugar a las preguntas, al intercambio con la audiencia, al debate y la puesta en cuestión de los lugares y cargos ocupados o a ocupar. Intereses públicos y/o privados dan lugar al riesgo de buscar la alternativa. Los candidatos salen a los barrios también para acercarse a la gente y escuchar sus necesidades.
Para los que me llevan años, lo que planteo debe ser parte de un círculo continuo de movimientos en el protagonismo de la gente y deben pensar que siempre fue igual.
Hoy en nuestra localidad, entra en escena un mecanismo donde la participación desde uno u otro lugar se vuelve imprescindible para hacer traccionar la rueda de la democracia. Es parte de un aprendizaje, el de transformar las diferencias en aportes para la construcción de algo nuevo, el de integrar lo distinto para “sumar” un nuevo punto de vista. Es el ejercicio de un valor como la tolerancia que promueve una modalidad de interacción entre los ciudadanos en el “como si” fuéramos y pensáramos todos iguales, pero teniendo bien en claro las diferencias.
El ciudadano como protagonista. Con responsabilidad siendo parte de su historia, para no dejar que la escriban los otros y para sentirse parte de la construcción de un futuro colectivo. El ciudadano implicado en lo que sucede a su alrededor, que quiere “saber” no por “chismoso” sino porque está convencido de que las decisiones lo afectan también. El ciudadano apropiado de lo público, poniendo en acto lo que piensa y preparándose –espero- responsablemente para dejar de lado la retórica sinsentido y ponerse a pensar en la práctica y en cómo resolver, modificar, contribuir a mejorar las situaciones que le son adversas a la comunidad.
El ciudadano, haciendo honor a su definición de ser aquel sujeto capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones, en lo relativo a la ciudad y con miras al interés general.
* Lic. en Trabajo Social Mat. 710
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