EL OBSERVADOR DEL CIELO
Por Sergio Galarza
A través de El Observador, Proyecto Sagitario ofrece a sus lectores un Curso de Introducción a la Astronomía, una guía para observar y disfrutar el cielo. En breves y sucesivas notas, podrás aprender historias, conceptos y rarezas de nuestro firmamento, de nuestro techo de soles que muchos olvidamos, opaco tras las luces del pueblo.
Nuestro deseo es despertar en los vecinos el gusto por la contemplación y el saber de una ciencia que nos formó como sociedad, pues la astronomía fue la primera manifestación científica. Es decir, la primera disciplina que pudo prever hechos, que fue verificable por medio de sus métodos y postulados. Ninguno de nosotros sabe qué pasará mañana pero todos tenemos certeza científica que el sol se alzará más o menos por el este, trepará inclinándose hacia el norte -en el hemisferio sur- y descenderá majestuoso sobre el oeste. Esto que ahora suena obvio, llevó a descubrimientos notables, hace miles y miles de años. Descubrimientos y saberes que ignoramos la mayoría de los que hemos tenido la suerte de estudiar, y aún de aquellos que contamos con el verdadero fuego y motor de la mente: la curiosidad.
Intentaremos informarlo, entusiasmarlo y -por supuesto- divertirlo porque tal vez la alegría sea el camino más corto hacia la comprensión. Si quiere, ya nos acompaña.
Curso de astronomía
Introducción:
La astronomía es la primera de las ciencias. El hombre se afianza y se desarrolla de su mano. Cuando nada sabíamos, cuando aun éramos hordas de peludos que forrajeábamos por el sustento, cuando nos ocultábamos en cavernas de los predadores, la noche era parte de nuestros días. Las pinturas rupestres de diversas cavernas muestran imágenes de animales y otras figuras. Hay una famosa, en España: muestra a un toro y, sobre él, unas pocas manchas claras. En un principio se creyó que esas imágenes eran animismo, es decir, una invocación mágica de aquello que nos daba calor y alimento. Bastó que un astrónomo observara esas paredes: el toro es Tauro y las manchas claras, Híades, el cúmulo de estrellas que acompaña en el cielo a dicha casa del zoodíaco (un cúmulo es un montón de estrellas; los astros suelen viajar en grupo o conjunto por el universo; nuestro sol está solo, pero el común no, viaja en compañía).
En la imagen rupestre de la caverna ibérica se esconden dos claves, pruebas de desarrollo de las estrategias del hombre para perpetuarse. Aquello que creímos religión, en verdad es un almanaque, una época del año colgada en la pared: la época de la lluvias, acaso, tal una de las etimologías de Híades. Además, no hay en el zoodíaco ninguna figura que haga mención a plantas o herramientas de labranza. Es decir, en el viejo cielo no hay agricultura. Luego, la astronomía es anterior a ella (la agricultura nace en Anatolia, Turquía, hace 10.000 años).
En el zoodíaco, en el disco de los seres vivos (zoon es vivo, en griego) sólo hay una mujer, Virgo, que representa a la diosa naturaleza, el resurgir de la misma, la sucesión de las estaciones (recuerden que los primeros dioses fueron femeninos; el monoteísmo masculino es posterior).
Con el nacimiento de la agricultura, Virgo tuvo varios nombres: primero fue diosa, después princesa, al fin, casta. En el Asia imperial, esta figura fue asociada a hombres de estado o reyes. Con el paso de milenios, las estrellas que la forman tomaron diversos nombres y lo que fue un solo tributo, se fraccionó. Veamos los significados de sus soles más brillantes: Spica, la espiga; Vendimiátrix, la vendimia; Pórrima, diosa de los partos (aquí su lazo con las creencias más antiguas); otras estrellas recuerdan a las culturas machistas al incorporar nombres como Héroe, Jefe de estado, Toga y otros.
Le hemos contado un inicio, un comienzo de notas y de la historia de los hombres. Espero sus comentarios, correcciones y aportes. Hay en Chabás dos talleres de astronomía, uno en la escuela Bernardo Monteagudo, se llama Una estrella Azul; el otro depende de Silvana Busilacchi y se llama Urania. De seguro surgirán nuevos. Pueden acercarse y compartir con nosotros.
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