ENTREVISTA
CON UN REY MAGO
Por Carlos Bonino
Le
voy a contar una novedad editorial del 2015. Durante este año, habrá muchas
entrevistas en El Observador. Pero
ojo que no van a ser solamente los políticos nuestros entrevistados, sino principalmente
usted. Sí, no mire para atrás, le estoy hablando a cada uno de los lectores de
este periódico. Vamos a charlar con niños, jóvenes y adultos de la localidad.
Así que prepárese, porque le podemos tocar el timbre en
cualquier momento.
Para
ir arrancando, tenemos una entrevista exclusiva. Luego de una ardua jornada de
trabajo, logramos hablar con Gaspar,
el rey mago del medio.
¿Cómo
fue el reparto de juguetes este año?
Teniendo
en cuenta las circunstancias de todos los años, puedo decir que fue una tarea
satisfactoria.
Disculpe, pero no entiendo qué quiere
decir con “tener en cuenta las circunstancias”.
Cuando
hablo de circunstancias, me refiero a la degradación que venimos sufriendo los
Reyes Magos desde que apareció el gordo cocacolero. A partir de ese momento,
nosotros quedamos en un segundo plano, los chicos no nos escriben cartitas, ni
nos mandan un Whats App. Además, no tenemos quién nos auspicie, como a él; y
nuestro presupuesto sólo da para autitos de plástico, muñecas imitación de
Barbie, y medias.
¿Usted se está refiriendo a Papá Noel?,
pensé que había buena relación entre ustedes…
No.
Buena relación había con el niño Jesús, porque antes en Navidad, era ese bebé
hermoso el que regalaba cosas a los niños. Pero un día se metió el marketing y
desplazaron al hijo de Dios por una botella de gaseosa con barba.
Nosotros
intentamos hablar con la gente de Pepsi, pero habían gastado todo el
presupuesto en contratar a Messi, que todos sabemos que es uno de los duendes
del canoso del Polo Norte. Y no me pregunte nada más, porque si no voy a contar
la verdad sobre los renos y se pudre todo.
Espere un momento, yo entiendo sus
celos, ¿pero qué tienen que ver unos simples renos? Además, ustedes tienen la
ayuda de los camellos…
Ah
bueno, no va a comparar a nuestros sanos animalitos caminadores, por los
adictos cornudos voladores. Nosotros tenemos que hacer todo a lomo de camello y
él volando. ¿Sabe cómo me queda el lado oscuro de cuerpo? Mejor no le cuento, sólo
le digo que hasta las Pascuas no nos volvemos a sentar.
¿No
pensaron en alguna alternativa para revalorizar el Día de Reyes?
Sí,
pensamos en varias. La última fue hablar con el Comandante Hugo Chávez. Le
hicimos ver que la Navidad se había transformado en una fiesta imperialista,
donde el capitalismo se apoderó de la conducta humana.
Él
estaba entusiasmado con el hecho de boicotear al señor de la bolsa. Incluso,
consiguió una entrevista con Fidel y entre los cinco ideamos un plan para
ponerle laxante al agua de los renos. Pero el destino quiso que Chávez no nos
pueda ayudar y cuando hablamos con Maduro, nos dijo que los reyes eran los
padres. Una vez más, fuimos ninguneados.
Y
ahora, ¿tienen pensada alguna estrategia
para ganar importancia?
Te
voy a contar algo, ultasecreto. Desde hace un tiempo estamos hablando con el
jefe. Él no quiere lío, está con eso del amor y paz. Imaginate que nosotros
tampoco lo podemos contradecir. Por eso estamos pensando en modificar la fecha
de reyes. Pensamos que si la alejamos de la Navidad, los chicos van a volver a
tenernos en cuenta. Incluso, hasta la familia se puede reunir a comer cordero y
tomar lemon-champ.
¡Qué
buena noticia! ¿Y para cuándo sería la fecha?
De
eso, todavía no podemos hablar. Pero seguro que no va a ser el cuarto domingo
de agosto. No vamos a cometer el error de hacerlo después del Día del Niño,
jajajaja. Esa es una risa, y no la pavada del jojojo.
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