PARA REFRESCARNOS
Por
Romina Bianchini / Farmacéutica – Dra. en Cs. Químicas
Habitualmente
se piensa en el té como una bebida para el invierno. Probablemente, esta
impronta haya quedado grabada desde sus inmemoriales orígenes. Pero puede también
ser preparado como refresco, disfrutado en verano, y seguir aprovechando de
este modo, sus propiedades.
Orígenes
Cuenta la historia, que un famoso Emperador
chino del siglo III a.C., llamado Shen Nung, mientras hacía un alto en su
peregrinar por el sur de China se sentó debajo de un árbol a beber su tazón con
agua caliente. Mientras descansaba, algunas hojas de este árbol (Camelia sinensis) cayeron dentro de su
taza. Shen Nung bebió el líquido obtenido y descubrió que su sabor era muy
agradable; además para su sorpresa, generó sorprendentes efectos en él: su
fatiga desapareció y su mente se serenó. Se inició así la antigua tradición de
tomar té.
Antes de mediados de 1800, los únicos
registros del té frío hacen referencia al llamado Ponche de té. Dicha bebida contenía
algo de alcohol.
Posteriormente, la historia nos traslada a
1904, momento en el cual el té helado se hace famoso. En este año, durante la Exposición Mundial
de Saint Louis, Richard Blechynden (dueño de una plantación de té) introduce el
“Ice Tea” (té con hielo o té helado) para refrescar a quienes asistían a la
feria. El señor Blechynden ofrecía su té a los visitantes, pero éstos
rechazaban la bebida debido a las altísimas temperaturas de ese año. Cómo
último intento, Richard Blechynden añadió un cubito de hielo en el té caliente
y lo convirtió en "Ice Tea" refrescando así a los invitados y
asociando a sí mismo esta bebida innovadora. Fue tan grande el éxito, que
vendió casi 3500 litros de té helado.
De esta manera, los países en donde reinaba
el calor o aquellos que poseían períodos estivales prolongados e intensos,
comenzaron a inclinar su preferencia hacia el té, dado que a partir de ese
momento, lo incorporaron como refresco.
¿Cómo
preparar un té helado?
Su preparación es muy simple. Puede hacerse
en frío o en caliente.
EN FRÍO: Deben colocarse 7 cucharadas del
tamaño de té conteniendo hebras de té en un recipiente o jarra preferentemente
de vidrio y luego adicionar ¾ litros de agua de red o mineral (1/4 litro menos
que si se fuera a beber en caliente). Esta preparación se debe dejar reposar por
espacio de 4 a 5 horas y posteriormente llevar a la heladera. Luego se retira
del refrigerador, se filtra, se agrega hielo y el té helado está listo para
consumir. Cabe destacar que esta receta, que se hace en base a un método de
infusión en frío, toma mucho más tiempo de elaboración de la infusión en
caliente (para la cual se requieren sólo algunos minutos).
EN CALIENTE: Se debe colocar la misma
cantidad de hierba en un recipiente adecuado, agregar agua hirviendo, tapar,
dejar reposar 5-10 minutos y colar. Es preferible dejarlo enfriar a la
temperatura ambiente antes de llevar a la heladera. Al momento de servir, se le
puede adicionar hielo.
Para el té helado siempre se utiliza ¾ partes
de agua de lo normal. Luego de elaborarlo se agrega hielo entero o picado; se
puede endulzar con azúcar, miel o con stevia (Stevia rebaudiana, conocida como hierba dulce); se pueden agregar
frutas troceadas, aromatizar con menta o rodajas de limón.
Para preparar té helado no hay normas ni
reglas, lo mejor es aplicar creatividad e ir probando diferentes posibilidades
y sabores utilizando como principio básico agua, hierbas en remojo y su consumo
frío.
Propiedades
del té helado
Correctamente preparado, el té helado conserva
las propiedades del té caliente. En un principio se elaboraba a partir de té
negro y en la actualidad es más empleado el té verde.
El té, cultivado casi exclusivamente para su
uso como bebida, es quizá la planta medicinal más infravalorada. Numerosos estudios
demuestran las propiedades curativas de sus hojas, sobre todo del té verde, que
contiene altos niveles de polifenoles, y por lo tanto es un potente
antioxidante.
Usualmente, las personas tienden a consumir
más líquidos en verano que en invierno. La enorme cantidad de antioxidantes que
contiene esta bebida, la hacen una opción única, ya que además de ofrecer un
refresco exquisito y versátil, es altamente saludable. Este dato es significativamente
importante para aquellas personas que están buscando un estilo de vida asociado
con el cuidado de su organismo y su salud.
- El té es rico en
potasio, ácido fólico, niacina, manganeso, vitamina C y vitaminas del complejo
B.
- El té frío, debido a sus propiedades
depurativas, se utiliza en dietas desintoxicantes, para adelgazar o en dietas
depurativas. El té tiene propiedades adelgazantes demostradas, y es rico en
minerales diuréticos como el potasio, que aumenta la micción y ayuda a eliminar
toxinas del organismo. Las propiedades adelgazantes son debidas a la cafeína y
las catequinas del té. La cafeína es un estimulante natural del metabolismo y
la quema de grasas, y las catequinas tienen un efecto similar con alto poder
antioxidante. Por este motivo, el té frío constituye un aliado excelente en los
procesos de adelgazamiento. En estos casos, es importante prepararlo sin azúcar
(se puede utilizar stevia o edulcorantes).
- Estimulante: El té frío contiene cafeína,
igual que su infusión en caliente. Dependiendo del tipo de té utilizado, tendrá
un contenido mayor o menor en cafeína. La cafeína es estimulante del sistema
nervioso y ayuda a aumentar la atención, la concentración mental y el esfuerzo
físico.
En este punto es importante aclarar que las
personas hipertensas deben moderar su consumo.
- Antioxidante: El té frío contiene
antocianidinas, un tipo de flavonoides que tienen funciones protectoras sobre
los capilares sanguíneos. Recientes investigaciones se han concentrado en sus
polifenoles antioxidantes, descubriendo que ayudan a tratar inflamación y
también contribuyen a prevenir la aparición de tumores.
Se cree además que la alta ingesta de té
verde en Oriente es en parte responsable de la baja incidencia de cáncer en
estos países.
Sin embargo no se aconseja beber té con las
comidas principales, debido a que disminuye la absorción de hierro. Una de las
dudas que siempre se han sembrado en torno al té es su capacidad de inhibición
sobre la absorción del hierro proveniente de los alimentos. Al parecer, esto
sería cierto, pero en determinadas circunstancias. Todo indica que la absorción
de ese mineral vital para el organismo se dificulta, sólo si se consume el té
inmediatamente después de comer. Pero si se espera media hora, esto ya deja de
ser un problema.
El té es una de las bebidas más saludables
que existen. Cada día se suman propiedades curativas a las diferentes
variedades de té provenientes de la planta Camelia
Sinensis.
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