Por
Carlos Bonino
carlosgbonino@gmail.com
El comienzo de año, asociado a las vacaciones, suele
convertirse en un momento de exploración interior en busca de respuestas a los
enigmas que atraviesan nuestra existencia. Las preguntas si bien son variadas,
siempre se encuentran dentro del contexto estival que nos rodea. A nadie se le
ocurriría, en este momento, cuestionarse por la conveniencia de la lana o el
polar para la confección de un sweater…
En cambio muchos nos preguntamos: ¿cómo corno se
separan los espirales? Porque seamos sinceros, es tan difícil desencajarlos que
parecería que los encastró un mosquito para reírse de nosotros mientras le
chorrea sangre fresca de la boca. En caso que logremos pasar el desafío de
separar los siameses verdes, nos espera
la desesperación al encontrar en la caja una sola chapita para clavar el
espiral. Eso nos da la pauta que el fabricante es consciente de la
imposibilidad de sacar sanos ambos espirales. ¿Y ahora qué hacemos? Buscamos un
escarbadientes para pinchar en una rodaja de papa y así ahuyentar a los
insectos. Pero aún seguimos con problemas,
porque el agujero del centro del espiral está cerrado... Con las
pulsaciones algo elevadas ya, tratamos de hacer un hueco con el cuchillo.
Presionamos levemente, buscando la precisión del señor Miyagi y… rompemos el
centro en tres pedazos. Ya completamente fuera de control, tomamos el aerosol y
al grito de ¡tomááááá bicho HDP!, rociamos toda la casa.
A veces las dudas no son personales, sino que involucran
a toda la sociedad, por ejemplo: ¿cuántos feriados hay este año? o ¿cuándo
empiezan los juegos olímpicos? Pero también nos ponemos filosóficos y llegamos
a esgrimir teorías que cuestionan al mundo tal como lo conocemos. Si un
sándwich de chorizo se llama choripán, uno de salchichas debería denominarse
“panchicha” o salchipán. ¿Quién le puso pancho? ¿Es un complot de la Iglesia
para congraciarse con el Papa? ¿Por qué los prófugos del triple crimen se
mueven como “panchos por su casa”?
Un clásico de los primeros meses de año es querer
saber qué nos va a suceder en el resto
del año. Para buscar una respuesta, muchas veces se recurre al horóscopo
tradicional, el chino o el maya. O para descartar cualquier titubeo, a los tres
al mismo tiempo. Es ahí cuando todas
nuestras dudas se disipan.
SAGITARIO:
En el amor, la fluidez dentro de la relación sentimental mejorará la situación
que estás viviendo. Aunque existan celos y falta de confianza, la demostración
por parte de tu pareja de lo que siente te hará volver a tener esa seguridad en
el amor.
DRAGÓN:
El amor se encuentra en las reuniones sociales y tertulias profesionales. Con
el fin de mantener la relación, puede que tengas que hacer muchas concesiones.
LAGARTO:
Son personas muy introvertidas, no les gusta estar contando sus intimidades. No
les gusta que todos lo miren.
Como les decía, nuestras vacilaciones se evaporan, ya
no tenemos dudas que las miles de palabras dedicadas a predecir el futuro
tienen el mismo grado de acierto que las encuestas que anticiparon los
resultados electorales.
La duda es una parte esencial de la condición de ser
humano, la pregunta es una condición excluyente para un periodista y un
motorhome el requisito ideal para trabajar con Eugenia Suárez...
En estos meses de relax, vuelva a la edad de los “por
qué”. Juegue a ser periodista, busque respuestas. ¿Cómo puede ser que los
opuestos se hayan atraído? ¿Por qué a veces se mezcla el agua y el aceite? ¿Quién carajo es Ailen Bechara?
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