A TODO VOLUMEN
“BABY:
EL APRENDIZ DEL CRIMEN”
Por Lorena Bellesi / bellesi_lorena@hotmail.com
Una
vez más, el director británico Edgar Wright, consigue componer una estupenda película
compaginando géneros totalmente dispares para darle al espectador casi dos
horas de puro placer visual. “Baby: el aprendiz del crimen” (Baby Driver) es una simbiosis de acción, romance, comedia, algo de
melodrama y, si se quiere, cierta intriga policial, ya que sus protagonistas se
dedican a cometer atracos planificados puntillosamente. La jerga musical
contemporánea acuñó el término Mashup
para referirse a la mezcla, o sea, a
una combinación o superposición de pistas distintas. Tal concepto se revalida
en el marco del film, al ser la música otro punto fuerte del relato. El Baby (Ansel Elgort) del título es el
centro de la historia, un muchachito rubio, retraído, sereno y silencioso, que
calma un problema auditivo utilizando permanentemente su IPod y auriculares. La música para él es un punto de fuga, las
palabras pronunciadas por los demás se remixan y se soportan. El idioma del
pentagrama lo conecta con un pasado trágico e imborrable, de ahí su
preponderancia. Varios factores van a intervenir para que salga a la luz un
talento extraordinario que posee el joven Baby
y sus infaltables gafas de sol: maneja como los dioses. Tiene unos
magníficos reflejos, una muñeca firme capaz de realizar audaces maniobras. Este
don, rápidamente, es percibido por un poderoso delincuente, Doc (Kevin Spacey), quien lo enreda en
una trama de suspicacias y favores, obligándolo a trabajar para él. Atrapado en
esa red delictiva, rodeado de bandidos sin escrúpulos, su vida se impulsa hacia
otra dirección al enamorarse de una simpática y bonita moza, Débora (Lily James).
El ritmo de la película no es monótono, persecuciones
“cinematográficas” conviven con escenas sensibles e íntimas. De entrada, “Baby: el aprendiz del crimen” se presenta como un terreno dudoso,
tenso, donde el choque de perspectivas acomoda a cada personaje en su lugar.
Actores consagrados como Jamie Foxx o Jon Hamm
también contribuyen para posicionar al film entre uno de los preferidos por
la crítica especializada. El público tiene la palabra final.
CARTELERA
SEPTIEMBRE
Estrenos intensos, algunos muy convocantes, con un
predominio, nuevamente, de títulos locales.
1. It (Eso), de Andrés Muschietti; Estados Unidos; terror.
2. Viento salvaje
(Wind River), de Taylor Sheridan;
Estados Unidos; thriller.
3. La novia del desierto, de Cecilia Atán y Valeria Pivato; Argentina y Chile; drama.
4. Borg McEnroe: la película (Borg / McEnroe), de Janus Metz; Suecia; biográfica.
5. Temporada de caza, de Natalia
Garagiola; Argentina y Estados Unidos; drama.
6. Atómica
(Atomic blonde), de David Leitch; Estados Unidos; acción.
7. Un hombre llamado Ove (En man som heter Ove), de Hannes Holm;
Suecia; comedia dramática.
8. Alanis, de Anahí Berneri; Argentina; drama
9. Una especia de familia, de Diego Lerman;
Argentina, Francia, Alemania, Dinamarca, Polonia y Brasil; drama.
10. Hoy partido a las 3, de Clarisa Navas;
Argentina; costumbrista.
ATYPICAL
SERIE - NETFLIX
La
nueva serie de Netflix, Atypical,
indaga sobre la vida cotidiana de un adolescente con autismo, cuya rutina se
distribuye entre asistir a la escuela, ir a trabajar y dialogar con su
terapeuta para poder comprender la marejada humana que lo rodea.
Específicamente, Sam (Keir Gilchrist)
está enfocado en conseguir una novia, determinación que sacude su mundo
individual y el de sus allegados. Lo interesante de la propuesta consiste en la
descripción de la dinámica familiar por sobre las excentricidades del joven.
Madre (Jennifer
Jason Leigh),
padre (Michael Rappaport) y hermana (Brigette Lundy-Paine) ven afectadas sus
propias decisiones personales al querer salir de ese círculo íntimo cuyo centro
es siempre Sam. La sobreprotección
materna o la dificultad de generar empatía paterna, son algunos de los planteos
del guión. Quizá, por momentos, la historia se torna bastante edulcorada; eso
se debe a que la serie no está planteada desde la rigurosidad realista. Es una
comedia humana, donde los padres se equivocan y los hijos adolescentes viven
los ineludibles cambios con miedo, ansiedad y alegría. Confirmada la segunda
temporada, siete capítulos de media hora cada uno son suficientes para sonreír
y llorar con tan atípica familia.
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