Editorial


La sabiduría popular dice que “uno recoge lo que siembra”. Quizás en base a ello, el grupo autodenominado Colectivo de mujeres “La Verdecita” ha inaugurado la primera escuela agroecológica de Santa Fe.
Siendo la educación un elemento fundamental en todo país que pretenda forjar ciudadanos libres e iguales, es este un hecho a destacar. Más aún cuando esta escuela no exige, para ingresar a ella, conocimientos académicos previos. Es decir, se tiene en cuenta que muchos de aquellos que están interesados en obtener la formación que la agrupación brinda, no cuentan con estudios. La equidad tiene que ver con dar a cada uno lo que merece, no con dar lo mismo a todos, porque las circunstancias particulares pueden en ese caso, provocar injusticias.
Muchos son los casos de pequeñas organizaciones que con su accionar, suplen o complementan la acción del Estado. Y en ese sentido, brindan la mejor enseñanza que se puede brindar porque impactan con la fuerza de la ejemplaridad. No se quedan en la queja, no critican para destruir, no bajan los brazos. Apuntan a más y van por ello.
Seguramente, como siempre sucede con las construcciones verdaderas que nada tienen que ver con la venta ilusoria de espejitos de colores, los resultados irán viéndose en forma paulatina, lenta, con avances y retrocesos. Pero tendrán el sabor particular de la dignidad, la alegría que produce la lucha y el estímulo suficiente como para empezar de nuevo la siembra, sabiendo que todo sacrificio, a la larga, da sus frutos. Frutos que nutren al que los obtiene y, por carácter transitivo, a la sociedad toda, porque el valor de una sociedad depende del valor de los miembros que lo componen. Sumar o restar, es decisión personal.


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