ENTREVISTAS
2016
Por Alejandra Tenaglia
Cada mes, encontrará en
esta sección a un nuevo entrevistado. Alguien cuyo único requisito será, haber
vivido más de 70 veranos, con sus mullidos inviernos y sus ya casi inexistentes
estaciones intermedias. Aquí se trata de lo aprendido y de lo apartado en el
camino, de lo que se dice y lo que decorosamente se calla. Se trata de personas
que han aceptado responder a nuestras preguntas, para así compartir en estas
páginas, aquello que el tiempo les enseñó. Porque, como ha escrito Thomas
Stearnes Eliot, “sólo con tiempo se conquista el tiempo”.
A María
Teresa Monasterolo casi nadie la conoce por ese nombre. Todos sin embargo
saben, que de ella hablamos cuando referimos a “Negrita”. Con esta chabasense de 71 años, inauguramos la primera
edición de Lo que el tiempo me enseñó.
Preséntese
en 3 oraciones, que resuman lo que usted cree que mejor la define.
Soy una persona muy sensible,
sobreprotectora, demasiado sincera. Creo que soy justa. También soy
introvertida, pero con el tiempo y el razonamiento aprendí a abrirme un poco.
¿Qué
es lo que primero que recuerda, cuando piensa en su padre? ¿Y cuando piensa en
su madre?
Viví
siempre en el pueblo con mis abuelos, primero para ir a la escuela y después
para trabajar. Los fines de semana mis padres me venían a buscar. Llegar al
campo y estar allí sábado y domingo con ellos, me resulta imborrable.
De
todos sus familiares, excluyendo a sus padres (es decir abuelos/as,
hermanos/as, primos/as, tíos/as, etc.) ¿hay alguno con quien haya tenido o
tenga especial afinidad?
La
verdad que no tuve compinches, fui siempre más bien solitaria.
¿Estudió?
¿Recuerda a algún/a maestro/a en especial? ¿Qué recuerda de ella/él?
Sí
estudié, hice la escuela primaria. Recuerdo a la Señorita Kichu, nos dio clase
desde tercero hasta sexto grado. De ella recuerdo y admiro todo, desde su
asistencia casi perfecta a su trabajo, hasta su forma de tratarnos. En especial
recuerdo su prolijidad personal, su coquetería.
¿Trabaja
aún? ¿De qué trata su trabajo?
Sí
trabajo todavía, no veo mi vida sin trabajo. Me dedico a hacer todo lo de mi
casa y algunas costuritas para afuera.
¿Ha
tenido otros trabajos en su vida?
Sí,
trabajé para un taller de costura, para un telar, y también tuve un comercio.
¿Hay
alguno de esos trabajos que, de poder volver el tiempo atrás, no volvería a
hacer?
Ninguno
de los trabajos me desagradó, así que no tendría problema en volverlos a hacer.
Si
fuera posible, ¿cambiaría algo de su niñez?
No,
la verdad que no cambiaría nada. Pasé mi niñez en el campo junto a mis padres y
hermanos. Tuve una niñez feliz.
Si
pudiera elegir una habilidad con la que contar a partir de mañana al despertar,
¿cuál sería?
Me
gustaría tener la habilidad de poder curar a todos los enfermos.
¿Qué características
debe tener una persona para que usted quiera tenerla como amiga?
Que sea sincera y honesta.
¿Hay
algo que mirando hacia atrás se reprocha no haber hecho?
Sí,
no haber estudiado. Pero bueno, en esa época no había escuela secundaria en
Chabás y yo no tenía la posibilidad de viajar.
¿Qué
le da vergüenza?
El
egoísmo, tanto cuando lo descubro en mí, como cuando lo descubro en los demás.
Llorar,
¿sirve?
Algunas
veces sí, alivia dolores del alma.
¿Hay
temas con los que no le gusta que se hagan chistes?
Los
chistes en general no me gustan, o mejor dicho, depende de quién vengan y cómo
los diga. Yo por ejemplo, siento que no tengo ese don de la gracia para
decirlos, entonces pienso que puedo ofender a alguien con ellos…
¿Ha
deseado más de lo que ha tenido o ha tenido más de lo que ha deseado?
No
he deseado más de lo que tuve, creo haber tenido lo necesario.
¿Qué
es lo que señalaría como un gran logro suyo?
Haber
aprendido a delegar lo que yo ya no puedo hacer, como por ejemplo pintar mi
casa, una tarea que hice siempre sola, por razones económicas y porque me
gustaba. Y ahora justamente, tengo pintores en casa y no lo sufro, lo disfruto
y veo que lo hacen mejor que yo… (risas)
¿Cuál
es el momento más difícil que le tocó atravesar?
Tuve
varios momentos difíciles, pero tuve también la suerte de que Dios no me soltó
de la mano.
Mencione
3 cosas que le gusta hacer.
Tomar
mates.
Disfrutar
de mis nietos de corazón.
Ayudar
a los demás.
¿Qué
la maravilla?
Me
maravilla la tecnología.
¿A
qué le tiene miedo?
Al
sufrimiento, tanto físico como espiritual.
¿Hay
algo en particular que la emocione?
Sí,
los nacimientos. Ver a los bebés tan chiquitos, tan indefensos, me emociona.
¿Qué
es lo que más le agradece a la vida?
Mi
salud, que es buena, a pesar de algunas cositas menores.
¿Un
consejo para los más jóvenes?
Por
sobre todas las cosas, que estudien y respeten especialmente a sus padres,
maestros y profesores. Que disfruten de la juventud. Y que todo lo hagan con
mucho amor.
A
usted, el tiempo, ¿qué le enseñó?
Me
enseñó a cultivar la paciencia y la voluntad. Y también me enseñó a dejar fluir
los problemas sin desesperar, porque en la vida hay una sola cosa que no tiene
solución, y es la muerte.
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