Y sí señores, se
termina lo que se daba… Con esta edición, la 104, llegamos al último
número de
esta etapa de El Observador. Tal como
lo habíamos anunciado, entramos en receso por tiempo indeterminado. De eso hallará
especificaciones en las páginas centrales.
En el resto del
periódico, encontrará todas las columnas temáticas en las que nuestros
redactores aprovechan para despedirse. En el espacio dedicado a noticias, el Resumen Adyacente aparece orgulloso, una
de las pocas secciones que atravesó como un eje los casi ocho años que
estuvimos en la calle. También está el recolector de frases que hemos dado en
llamar Quién lo dijo. No aparece la
sección de Locales ni Regionales, ya que la cantidad de avisos
por las Fiestas inminentes, se ha tragado muchos espacios. Y ahí nos detenemos
para el cierre del editorial, porque este proyecto se sustentó principalmente,
en la confianza que los anunciantes particulares han depositado en nosotros. La
pauta oficial, cuando la tuvimos, nunca representó más que uno sólo de los más
de doscientos privados que nos han acompañado. Eso nos permitió transitar con
soltura, el camino de “prensa libre” que nos propusimos al comenzar. Gracias,
por estar.