¿El alcohol facilita el diálogo?
Si bien es posible que algunas personas muy tímidas se sientan relajadas con algo de alcohol, lo cierto es que a medida que ese “algo” aumenta, las posibilidades de comunicación disminuyen. Hablar con una persona ebria es harto complicado, porque la misma presenta, generalmente, un lenguaje farfullante o una locuacidad casi insoportable, cambios de ánimo, falta de reflejos y alteraciones en su motricidad. Pasando en blanco el asunto: o no le entiende lo que susurra, o no sabe dónde meterse para ya no escucharlo. Además de que probablemente rompa algo por un mal cálculo. O sea que de dialogar, en el real sentido de la palabra, ni hablar.
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