Mar adentro


LA PATRIA EN EL CENTRO DE LA ESCENA

Por Marina Moya*

Pegado a las elecciones, llegó el 25 de Mayo, feriado nacional que conmemora el Primer Gobierno Patrio. Almuerzo en familia (luego de muchos años nos inclinamos por un “locro”) y tarde de parque con los chicos. Al volver a casa encendí la TV, los canales me ofrecían repetitivamente la imagen de Juana Viale, el reciente partido de la selección y el pase a la tercera ronda en Roland Garros de J. M. del Potro. Por suerte la democracia del zapping hace que la decisión de qué ver y durante cuánto tiempo, la pueda tomar “despóticamente” uno. Sólo la TV pública nacional –canal 7- cubrió desde temprano los festejos por los 201 años del aquel hito histórico. En el Canal Encuentro había una emisión especial, con un programa compuesto por chicos de unos 10 años, respondiendo preguntas tales como: ¿qué era el cabildo?, ¿qué es una revolución? ¿qué pasó el 25 de Mayo? Un profesor de historia, investigador del CONICET, hacía comentarios sencillos sobre los dichos, al tiempo que los chicos construían las respuestas y armaban el acto con el que cerrarían el ciclo. De este lado de la TV, el auditorio se ampliaba con la llegada de los menores de la casa. Escuchamos los relatos, todos en silencio. Terminado el programa y nuevamente gracias al zapping, caímos en Paka Paka: material de animación, también sobre la Revolución de Mayo (lo recomiendo: “La asombrosa excursión de Zamba en el Cabildo”, 4 capítulos en los que un niño formoseño viaja al pasado de la historia argentina) muy entretenida y didáctica. Emocionada percibí el silencio y la atención que poníamos los cuatro para recibir el contenido del mensaje que esta vez la tele nos daba. Lejos de las noches de Tinelli la pantalla transmitía un “algo” que quedaría en el inconsciente de los espectadores y estaría a favor de los intereses propios, en tanto ciudadanos y sujetos históricos.
Me estremezco al ver esta nueva realidad a la que asisto. Es como un renacer del sentimiento nacional. Fueron los festejos del Bicentenario, la película Belgrano, el Fútbol para Todos, y hasta la explicación del nuevo sistema electoral de Boleta Única integrada por los próceres, sabiendo que ignoro, seguramente, muchas otras acciones concretas. Y es un renacer revolucionario porque instala un cambio. La revolución refiere a una transformación respecto del pasado inmediato, a la instauración de nuevos “modos”, entonces creo que asistimos a una revolución cultural. La Ley de Medios abrió un panorama inédito. O dígame cuándo iba a ver en los canales de aire una tira de dibujos animados para chicos, made in argentina; y encima que hablara del 25 de mayo… Dígame si iba a pensar hace algunos años, en que podría tener acceso en forma gratuita a los canales de aire que ya son varios y de excelente calidad.
Como sociedad venimos de una época donde cotizaba más “lo extranjero”, estábamos inmersos en un nuevo proceso de “colonización”; nos habíamos acostumbrado al idioma, la música, los programas de TV, la moda, las comidas y hasta las fiestas –tipo Halloween- y los modelos económicos. Y el tema no es reprimir, negar o rechazar lo que viene siendo construido como un proceso a nivel mundial, sino poder fortalecer lo propio para interpretar lo ajeno. Es la constitución del ser y del sentir nacional la que nos fortalece como comunidad y nos permite mirarnos y reconocernos dentro del mismo proyecto. Es sentirse parte, incluido. Es una mirada de tipo refractaria que a la manera de un espejo hace que me reconozca en el otro y el otro en mí. Un niño huérfano deberá trabajar mucho para reconstruir su historia y poder “ser”. Nosotros no somos huérfanos como nación, y porque tenemos historia tenemos futuro. Discutir sobre la nación, defender la idiosincrasia, revalorar a los próceres, producción nacional en el contenido audiovisual, “festejar” y no sólo conmemorar las fechas patrias, son pasos ya dados que, a pesar de los muchos que restan, impulsan a gritar con ganas: ¡Viva la Patria!

* Lic. en Trabajo Social Mat. 710

No hay comentarios:

Publicar un comentario