Por Marcela Carletti / Lic. en Fonoaudiología
El lenguaje es el resultado de un proceso fisiológico, natural y social, que estructura al sujeto y es mediador entre éste y el medio que lo circunda.
Es el medio de comunicación por excelencia, lo que lo hace un instrumento de la vida social, a la vez que sujeta al ser humano a la cultura y es instrumento del pensamiento.
La práctica advierte a diario, que las dificultades lingüísticas no tratadas en su debido momento, constituyen huellas negativas en la comunicación del niño y en la apropiación de la lectoescritura, generando trastornos de aprendizaje.
Cuestiones a tener en cuenta
Alrededor de los 4 años, el lenguaje del niño debe ser prácticamente igual al del adulto, por lo tanto se debe consultar al pediatra, docente o fonoaudiólogo si:
- Se vio retrasada la adquisición de las primeras palabras.
- Parece no entender o no escuchar.
- Olvida pedidos, nombres de personas o cosas.
- Es distraído, cambia una palabra por otra o inventa nuevas palabras.
- Da muchas vueltas para contar algo, sin lograr expresar lo que quiere.
- Presenta alteraciones en la fluidez del relato, interrupciones, bloqueos, repetición de sílabas (tartamudez).
- No organiza correctamente la frase, le faltan palabras o nexos.
- Omite fonemas (sonidos que corresponden a letras), por ejemplo: “ten” en vez de tren.
- Cambia sonidos por otros similares, por ejemplo: “madiposa” por mariposa.
Cualquier desorganización de lenguaje tiene mejor pronóstico cuando es detectada y tratada tempranamente, de allí la importancia de observar y consultar cuando se nos presentan dudas en relación a la comunicación de nuestros niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario