EL RESCATE AL QUE LLAMABAN TOMATE
Por Ana
Guerberof
ana.guerberof@gmail.com
Desde
Barcelona
Me tuve que
reír con el titular de la revista Time: “Tú le llamas tomate, pero yo, rescate”,
después de que se anunciara que el gobierno español había solicitado 100.000 millones
de euros al Eurogrupo. Hace referencia a aquella canción que cantaban Fred
Astaire y Ginger Rogers en la película Shall
we dance (creo que en Argentina se llamó: “Al compás del amor” y en España “Ritmo
loco”) para explicar que no se entendían. Y es que el ministro de economía Luis
de Guindos en un ritmo loco había
declarado que no era un rescate sino un crédito “en condiciones favorables”
mientras que Mariano (Rajoy) se iba a Polonia para ver el partido inaugural de
la selección en la Eurocopa porque “la situación estaba resuelta”. Así,
cualquier político pierde credibilidad y de esta forma se vio reflejado en los
mercados. Si el lenguaje es un indicador, España está en manos de un gobernante
con pocos recursos. Yo ya les había dicho en la crónica de noviembre que
Mariano tenía un problema importante con el vocabulario cuando dijo por Twitter
que no subiría impuestos pero que crearía
empleo gobernando con austeridad y recortando en aquello que no fuera
imprescindible ¿!? Ya en 2002 había llamado “hilillos de plastilina” a la
fuga de petróleo del famoso buque hundido, Prestige, en uno de los mayores
desastres ecológicos de España. El que avisa no es traidor. Hoy (día 21 de
junio) se confirma que la banca española necesita del orden de entre 51.000 a
62.000 millones de euros para hacer frente a la crisis. Para ser un crédito
favorable, ¡aquí hay mucho tomate!
Pero estoy
aquí para contarles la crónica a pie de calle. ¿Qué piensan, entonces, los
españoles de todo esto? Comprobé, tras mi regreso por tierras celtas, que
existe una diversidad de opiniones que se podría clasificar como sigue: los que
creen que está todo muy negro y que ven el país abocado a un posible corralito
o salida del euro (tengo que decir que este grupo está bastante informado); los
que creen que los bancos tienen activos (bienes inmobiliarios) que una vez que
la cosa apriete (¿más?), los venderán y, aunque no ganarán lo que planeaban, se
recuperará la economía (tengo que decir que este grupo está informado pero me
surgen varias preguntas, la más apremiante es: ¿están esperando a que la
selección gane la Eurocopa? Digo, por poner fecha…); los que creen que sí que
hay crisis pero que, después de dos o tres años, España se recuperará (este
grupo ve el vaso medio lleno cuando está casi vacío, quizás cansado de tanta
mala noticia quiere insuflar optimismo a cualquier precio. Es posible,
entonces, que acierten.); los que creen que mejor que se vaya todo a pique para
así abandonar el capitalismo y crear una nueva sociedad (quizás sea por algo
que dijeron los mayas, no sé, pero me surgen dudas porque tras graves crisis
vividas por esta cronista, y todos sabemos de qué país hablo, no he visto que
se destruyera el capitalismo sino todo lo contrario); los que creen que los
recortes son válidos pero que es muy pronto para ver los resultados (mmm... este
grupo está cada día más solo, deben de ser los que votaron al gobierno actual);
los que creen que esto es un juego del mercado ante el cual somos meros
espectadores (este grupo es amigo del que cree que habrá corralito y, a veces,
se juntan y no salen de su asombro, después se emborrachan); los que ya no
creen en nada (este grupo tiende a ser cada día más numeroso); o los que creen
que se debe salir a la calle y protestar hasta que caiga el gobierno actual, el
gobierno alemán, la Unión Europea y el FMI (este grupo es francamente
tentador). Claro que una misma persona puede formar parte de varios grupos a la
vez, por ejemplo, el grupo corralito-protesta o el grupo optimista-iluso. Las posibilidades
son infinitas.
La camarera
del bar de la esquina de casa cantaba el otro día, con cierto deje flamenco:
“Si Dios te da limones, haz limonada”. Aumenta el rumor de que Dios es mujer y,
además, alemana.
Genial, Ana. Genial. Sólo te ha faltado pasar por el País Vasco para descubrir al grupo de los que piensan que aquí las cosas se hacen mejor. Independientemente de mi opinión personal, de esta no se libra ni el tato. Yo me ubico en el grupo de los pesimistas-protesta y la segunda parte es porque ya me dirás qué opción nos queda. Muy bueno el artículo y además con humor. Que si nos van a quitar la alegría... Un beso desde Bilbao. María
ResponderEliminarAquí se aplicaría más el "si te dan por culo, úntate con vaselina"
ResponderEliminarNkar
Hola, Ana:
ResponderEliminarPosiblemente no encontraste a quienes piensan que cuando la cantidad de deuda es desorbitada y manipulada el problema es del acreedor, que estaría "acohonado", ante la eventualidad de no cobrar, y no del deudor, como nos llevan convenciendo, desde hace cuatro años nuestros "próceres".
Alemania tiene muchiiiisima expereincia de no pagar sus deudas de las anteriores guerras mundiales provocadas.
Enhorabuena por tu trabajo.
Salu2
Pues yo voy dando saltos de una postura a otra. Hay días que saldría a la calle con la Kalashnikov, hay días que haría la maleta y me largaría, y hay días que creo que entre todos podemos arreglar la situación. Curiosamente nunca tengo un día de esos de creer que nuestros gobernantes nos sacarán de esta, no, de esos ni uno.
ResponderEliminar¡María! ¡Qué bonito el País Vasco! y que poco desempleo tienen ¿será porque gestionan sus propios impuestos? Y no lo digo por los nacionalismos (las naciones me parecen que están pasadas de moda) sino por la gestión por comunidades más pequeñas con intereses comunes que creo puede ser el futuro para que nos den menos por culo como dice Nkar. José Diego, del beneficio de los acreedores precisamente hablo en la crónica de este mes, así que tendrás que leerla. Sergi, estoy en esa misma disyuntiva, creo que entre todos podemos arreglar la situación pero sin pagar las deudas de otros y que la política en sí no es el problema, sino los individuos que gobiernan actualmente y que lo hacen para el señor feudal y no para nosotros, los votantes, que acaberemos siendo los vasallos ¿o ya lo somos?
ResponderEliminarAnita, muy bueno el artículo, sobre todo por el humor que trasunta. A nosotros que todavía no nos tocó la crisis, porque la tenemos a Kristina, que nos protege de todos los males, nos vendría bien un poco de tu gracia marplatense-catalana. Un beso. Jorge Guerberof
ResponderEliminarAna querida, me "tronché"! Buenisisísima:-DDD.
ResponderEliminarQué sería de nosotros sin el sentido de humor.....
Beso grande,
T