Editorial



A rigor de sinceridad, teníamos pensado otro tema central para esta edición. Dado que estamos en marzo, con el consecuente comienzo de clases, queríamos referirnos a la educación y avanzar sobre algunas de sus aristas. Pero lo que avanzó en los primeros días del mes, fue el agua por las calles de Chabás, por lo cual pegamos un volantazo y aquí estamos, con imágenes lastimosamente gráficas e inolvidables, de la inundación que tuvo lugar hace apenas una semana, y una pequeña crónica del ritmo interno del pueblo.
En esos días, la tristeza se mezcló con la impotencia y también con la indignación. Es cierto que, pasado el mal momento, se arriba a la conclusión –verdadera- de que lo material va y viene; pero también es cierto -y verdadero- que la mayoría de las veces, llegar a obtener esto o aquello implicó años de sacrificio y esfuerzo, por no hablar de los sueños y meternos en terreno más fangoso aún. Volver a empezar, intentar de nuevo, es la opción. ¿Pero qué decir de quienes no tuvieron otra opción que salir a buscar ropa, colchones, artículos de limpieza y hasta alimento, porque sus flacos bolsillos no podían afrontar la emboscada que les trazó la madrugada con su lluvia copiosa? Algo hay que hacer, para que no vuelva a suceder.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario