Editorial

Intentar ofrecer noticias en un mensuario, es tan descabellado como pretender que una flor no perezca. En cambio si utilizamos la crónica o columna de opinión, la cuestión cambia. En la primera, el análisis o interpretación del cronista enriquece –aun cuando no estemos de acuerdo con él- la mera descripción de un hecho. La nota de opinión es un punto de vista singular sobre una cuestión a destacar por su importancia coyuntural o estructural. La ficción, por otra parte, permite una estética diferente sobre temas que no escapan a la realidad sino que surgen de ella, incluso en los relatos fantásticos. Recordemos por ejemplo “1984”, novela de George Orwell publicada en 1949, en la que aparece el omnipresente Gran Hermano.
En este periódico que usted tiene entre sus manos, pocas veces encontrará cosas que no haya ya escuchado en la radio, visto por televisión o leído en algún diario, debido a que los tiempos con los que nos manejamos hacen imposible lo “nuevo y novedoso”. Sí encontrará algunos de esos temas retrabajados, abriendo espacios para que el debate suceda, apuntando rincones con la luz de lleno, ajustando una vuelta más las tuercas para que la tragedia se convierta en comedia y permita la deglución, habilitando la distracción y buscando siempre, en todos los casos, aportar algo a su vida en el rato que usted nos dedique. Aristóteles planteó que no se trata simplemente de vivir, sino de vivir bien. En esa línea bosquejamos estas páginas, procurando hacer del momento que usted pase con nosotros, un buen momento. Y un buen momento no sólo se da cuando podemos sonreír, sino también cuando tomamos conciencia de que nuestra capacidad de pensar, reflexionar y sentir, además de hacernos únicos e irrepetibles, nos da el poder y la responsabilidad de ser hacedores de nuestro propio destino. Vale la pena intentarlo.

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