El diamante azul

Uso y abuso del Viagra y sus variantes

Viagra es el nombre comercial del sildenafilo o sildenafil, fármaco que se receta para tratar la disfunción eréctil. Se cree que ese nombre comercial pudo inspirarse en la palabra “vyaghra”, que en sánscrito –uno de los 22 idiomas oficiales de la India-, significa “tigre”. Actualmente lo usan aun quienes no lo necesitan, siendo creciente la utilización del mismo por jóvenes cada vez más jóvenes.

¿De qué se trata?
Este potente vasodilatador fue estudiado inicialmente, para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho. En ese momento se descubrió que producía erecciones. El laboratorio Pfizer decidió entonces usarlo con ese fin, lo patentó en 1996 y luego de ser aprobado su uso por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, se convirtió en 1998 en la primera pastilla aprobada para tratar la disfunción eréctil.
Se ha desarrollado una forma oral en comprimidos recubiertos (cuyos efectos se producen alrededor de una hora después de la ingesta) y una forma masticable (cuyos efectos se producen alrededor de 15 minutos después de la ingesta). Se presenta en dosis de 25, 50 y 100 mg.
Solamente se puede adquirir con receta médica, dado que algunas condiciones de salud y ciertas medicaciones combinadas conllevan riesgos, pero lo cierto es que se consigue fácilmente en diferentes lugares, fuera de las farmacias.

No pueden usarlo
El Viagra está contraindicado para quienes están tomando óxidos nítricos, nitritos y nitratos orgánicos, prescriptos a menudo para el dolor de pecho, ya que potencia su efecto hipotensor, esto es, el descenso de la tensión arterial. Tampoco pueden tomarlo aquellas personas en quienes la actividad sexual es desaconsejable debido a factores de riesgo cardiovascular, ni quienes sufran insuficiencias hepática o renal severas, hipotensión arterial, patología de la retina degenerativa de tipo hereditario (incluidos desórdenes fosfodiasterásicos retinianos), o hayan tenido un episodio reciente de infarto de miocardio.
No se aconseja el uso de más de una pastilla por día.

Efectos secundarios
Como todo fármaco, tiene efectos secundarios. Entre ellos figuran: cefalea, rubor facial, malestar estomacal, erupción cutánea, visión borrosa, fotofobia y palpitaciones.

Disfunción: causas
La disfunción eréctil es una afección médica que abarca tanto la imposibilidad de lograr una erección como de sostenerla durante el tiempo necesario para el acto sexual. Esto se debe a que no fluye suficiente cantidad de sangre hacia el pene. Parece ser que más de la mitad de los hombres mayores de 40 años, sufre esta afección. Pero lo cierto es que la misma puede presentarse a cualquier edad. Esto puede tener su causa en la presión sanguínea alta, colesterol alto, enfermedades cardíacas, diabetes y problemas de próstata. También en el estrés, fatiga, depresión, tabaquismo, consumo de alcohol, ciertos medicamentos, etc. Independientemente de la causa, es una afección que tiene tratamiento.

Efecto principal de la llamada “vitamina V”
Como hemos visto, el sildenafilo es un vasodilatador, lo que significa que aumenta la irrigación sanguínea en la zona genital, fluye más sangre a los cuerpos cavernosos y se produce la erección alrededor de media hora después de la ingesta (variará de acuerdo al uso de su forma oral o masticable), cuyo efecto permanece durante 4 horas. Ese efecto no se producirá sin estimulación, es decir, el paciente debe excitarse, la píldora no produce una erección instantánea.

¿Y las mujeres qué?
La cura a los problemas sexuales de las mujeres probó ser más difícil de obtener, ya que en general se origina en una disminución del deseo o libido. Sin dudas, como muchos médicos han afirmado, el órgano sexual femenino más potente es la cabeza. El año pasado se descubrió que el fibanserin, investigado como antidepresivo, aumentaba la libido en las mujeres, actuando en el cerebro más que en los genitales. También se estudia una crema que ayuda a expandir los vasos y acelerar el fluido sanguíneo. Pero hasta ahora nada de lo propuesto ha logrado la efectividad del Viagra y otros similares en el hombre, aun cuando es elevadísimo el porcentaje de mujeres que no pueden arribar al orgasmo.

Caserito y natural
Circulan por internet un par de recetas que, aseguran, ayudan a solucionar el problema de la disfunción eréctil. Mezcla de leche, nueces, levadura de cerveza, miel, etc., dicen los cibernautas ingerirlo a la mañana o por las noches con excelentes resultados. Para el mismo fin aunque con efectos inmediatos –por lo cual debe ingerirse minutos antes de mantener relaciones- refieren a un licuado de dientes de ajo y cebolla, aderezado con jugo de limón.
El primer preparado no parece peligroso ni desagradable, aunque resulta difícil creer que logre realmente eliminar el problema de aquel que lo padece de manera permanente y no una vez cada tanto por preocupaciones varias o distracciones severas que, de una u otra manera, afectan a la humanidad toda. Ahora, el segundo debería ser inyectable incluso en el mismísimo implicado, porque de ser bebido lo más probable es que el caballero vomite inmediatamente, o, si el hombre es tan fuerte de estómago e inflexible en sus determinaciones, que logra pasar ese momento sin descomponerse, deberá luego convencer a la dama de las ventajas de soportar el aliento que porta. Para no caer en aquello de: “es peor el remedio que la enfermedad”, lo mejor será recurrir al médico y, en todo caso, comprar unas cuantas sandías, fruta que según investigaciones estadounidenses, es rica en citrulina. La citrulina es capaz de generar moléculas que relajan los vasos sanguíneos, al igual que el sildenafilo, sólo que no de un modo tan específico. El único inconveniente es que se halla sobre todo en la corteza de la fruta. Aquí la sabiduría popular, se vuelve otra vez esencial: “al que le gusta el durazno, que se banque la pelusa”.

Venta en Argentina
Se venden en el país más de una docena de medicamentos que tienen como principio activo al sildenafil, los precios oscilan entre $6 y $40.
Actualmente este fármaco se encuentra entre los 20 más vendidos. En principio el crecimiento de venta fue vertiginoso, y ahora se estima que aumenta un 25% todos los años.
Inicialmente la droga fue utilizada por hombres de mediana edad con problemas para mantener relaciones sexuales. Luego hombres más jóvenes comenzaron a experimentar con sus efectos, y hoy, según afirman los farmacéuticos, sólo 1 de cada 5 cajas que se venden, son compradas por mayores de 60 años.
El motivo parece ser el asegurarse “hacer un buen papel” frente a una chica, descartar problemas de nervios, obtener un placer prolongado, o simplemente probar qué pasa.

Moda entre los jóvenes del mundo entero
Periódicos de distintos países muestran la preocupación que despierta el consumo de este tipo de píldoras entre los jóvenes del mundo entero, que lo utilizan con fines recreativos llegando incluso a generarles una adicción de tipo psicológica, es decir, no se animan a mantener un encuentro sexual sin la muletilla azul. Pero el principal riesgo deriva de ingerir un medicamento sin consultar al médico, que será quien realice el examen físico indispensable para poder emitir luego la correspondiente receta. A esto se suma la enorme cantidad de variantes que se venden por internet, que en muchos casos no pasan de ser falsificaciones. Y ni hablar de la peligrosa combinación con alcohol y drogas.
La moda parece empujar a los jóvenes a un fanatismo por mejorar su rendimiento o imagen, tanto frente a una mujer como frente a la mesa de amigos que escucha atenta el maratón sexual desplegado por el orador la noche anterior.
En todo caso, el ritual de un “clima” a generar en la pareja, así como el diálogo entre ellos como elemento fundamental para la comunicación y determinante para la excitación, parecen haber pasado de moda, como una muestra más de la inmediatez y celeridad con que todo se realiza por estos días, acercándonos indeclinablemente al concepto vertido por Aldous Huxley en su libro “Un mundo feliz”. Los jóvenes terminan reduciéndose a un pene erecto larga duración; y las chicas que lo aprueban o exigen, concentran su interés en algo tan ficticio como disfrutar de un helado de plástico que nunca se derrite. El humano, con sus imperfecciones, miedos y errores, es desplazado por una visión cosificante y mentirosa que se aleja de la seducción y el cortejo que hasta los animales despliegan, y se acerca a la frivolidad y sinrazón de un placer que –más temprano o más tarde-, concluye dejándonos inmersos en el ser real. Ese que somos al margen de los químicos innecesarios cuando la afección no existe. Porque si existe, ahí sí, dígase sin pudor y aplauso mediante, el inventor del Viagra merece el Nobel o un nuevo obelisco en su honor.
Por Alejandra Tenaglia

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