Baldosa floja


Mujeres y algo más

Carlos es un hombre al que la gente define, por varias cuestiones, como excéntrico. Sin embargo a la hora de expresar sus molestias, parece no distar demasiado de la opinión de sus congéneres, sobre todo cuando refiere a las féminas. Pactamos un nuevo encuentro, que se publicará en la próxima edición.

Por Alejandra Tenaglia

A mí me molesta la gente que te llama mil veces al celular, siempre agregando algo más, y algo más, y algo más. Es como si tuvieran una diarrea verbal, ves el número o el nombre en la pantallita por quinta vez en el día ¡y no lo podés creer! O te acaban de llamar y arrancan con los mensajes, uno, dos, tres… ¡veinticinco!, ¡preguntando pavadas! Y yo, o porque nos relaciona el trabajo o porque es familiar o conocido de tal, trato de ser cortés, moderado, pero me muero de ganas de llamarlos y decirles: ¡Dejame en paaaaaz! ¡Harto me tenés! ¡Hartoooooo! ¡Por qué no aprendés a tocar la guitarra, el piano, la flauta, la tierra de las macetas en vez estar dale que dale con los deditos en ese bendito aparato! ¿Eh, tengo o no tengo razón? Viejo, te vuelven loco… Me hacen acordar a una de las cosas que más me enferma de las mujeres: esa pretensión que tienen de que uno les esté todo el tiempo encima, atento a lo que sienten o necesitan, dispuesto a escalar el Aconcagua en pleno invierno para conseguirles el chocolate nuevo que vieron en la tele, sin un rollo en ningún lugar del cuerpo tengas la edad que tengas, cancheramente vestido, seduciéndolas hasta cuando tomás mate, y encima, guarda con que profesional o laboralmente no seas exitoso o no augures un futuro promisorio, porque ahí nomás te dejan... ¿Vos me entendés lo que te digo? ¿En qué momento trabajás si tenés que cumplir con todo lo otro que esperan de vos? Por eso yo ya aprendí, me dedico a mi trabajo porque es lo primero, me da de comer, me gusta, no me abandona ni me mete los cuernos ni me pide imposibles... Y a las mujeres se los hago saber: lo primero es el laburo; se la bancan, bien; no se la bancan, que busquen otro salame que las apantalle. Mujer-mujer, que realmente valga esas cinco letras, la verdad que no hay muchas. Ahora lo primero que les importa, a todas, pero a todas todas eh, hasta a la menos materialista, es que tengas auto. A pie podés sacar a pasear el perro, de una mina olvidate. Y eso que hay algunas que, te soy sincero y no quiero ofender a nadie pero, ¡no pueden exigir nada! Y no hablo de si es linda o fea, porque eso es muy personal, hay gustos para todos… Me refiero a otra cosa. A mí me puede parecer hermosa una y a mi hermano otra, pero yo creo que a todos los hombres nos molesta por ejemplo que las mujeres no se depilen, que anden con el pelo sucio… el pelo es muy importante, casi te diría que determinante... También me molesta que se metan en el baño cuando estoy yo, así, como si nada… ¡epa nena! Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Que uno haya… bueno… no significa que agarre tanta confianza… Eso y que me desautorice en público, son dos motivos iguales de importantes a la hora de meditar: la tomo en serio o no…
Después hay cosas que me molestan de la gente en general: la hipocresía, la doble moral, esos que resaltan siempre lo negativo y cuestionan todo cuando en su perra vida han hecho nada. Son pesimistas por gusto, no tienen ni un triste argumento de lo que andan pregonando pero hablan y hablan y hablan... Habría que echarlos de todos lados, no darles cabida, que se vayan juntitos a relamerse la ponzoña a una isla lejana, vas a ver cuando se empiecen a morir de hambre como se ponen a hacer algo útil y descubren que la vida es así, uno trata de hacer las cosas bien, pero la perfección, no existe…
También hay cosas que me molestan de los amigos, esas te las cuento después, ahora me tengo que ir. Y gracias eh, debe ser la primera vez que yo hablo más que la mujer que tengo enfrente…   


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