Haciendo foco


ANÓNIMOS LUCHADORES CONTRA LA OBESIDAD


Por Alejandra Tenaglia

La adicción a la comida es una enfermedad crónica, y para enfrentarla se requiere un enorme fortalecimiento de la voluntad. Es allí donde los grupos de ALCO juegan su papel más importante, porque en ellos, además de aprender sobre alimentos y el modo de administrarlos, los concurrentes se brindan apoyo mutuo; comparten sus experiencias; dejan de lado la vergüenza; se alientan; descubren que muchos más, padecen el mismo problema.  

LOS GRUPOS
Surgimiento
ALCO nació en 1967 de la mano del Dr. Alberto Cormillot, quien desde entonces es el Director de esta Fundación que hoy congrega alrededor de 700 grupos cuyas sedes se encuentran tanto en provincias argentinas como en tierras extranjeras (Israel, España, Canadá, Uruguay, Paraguay).
Fue en la Clínica Cormillot, dedicada al tratamiento de la obesidad, donde un grupo de personas comenzó a reunirse en la sala de espera, a fin de charlar sobre dietas, experiencias, recuperación y hacer actividades juntos. En principio hubo un coordinador profesional, luego se sumaron conferencias y finalmente un paciente al desinternarse recibe la sugerencia de reunirse con otros obesos. Así lo hizo. Desde entonces y manteniendo ese espíritu, los grupos de ALCO siguen surgiendo en las distintas localidades, siempre debido a la necesidad y la iniciativa de los mismos afectados por esta enfermedad, que deciden buscar ayuda y comienzan a reunirse. Muchas veces cuando el grupo no está formado en una localidad, los interesados viajan al sitio más cercano hasta que logran abrir un ALCO allí en el lugar al cual pertenecen.

Objetivos
La principal actividad de ALCO son los grupos de autoayuda para bajar de peso. En ellos se persigue lograr equilibrio y armonía en el cuerpo y el espíritu a través del trabajo mancomunado y responsable de quienes, para poder formar parte de dichos grupos, deben querer mejorar la calidad de vida, así como la salud física y emocional.
La idea es lograr un cambio de conducta a través de un programa que abarca: alimentación, actividad física, manejo de situaciones, manejo de emociones, así como el aprender conductas que fortalezcan la calidad de vida.

ALCO CHABÁS

Uno de esos grupos funciona en Chabás ininterrumpidamente desde hace alrededor de 3 años, aunque hubo una experiencia previa que terminó disolviéndose. Actualmente la coordinadora es Natalia Fortunasio. Con su autorización y la de los miembros del grupo, estuve presente en una de las reuniones que se realizan en el salón de actos de la Escuela Nº 222.

Llegué con temor a incomodar, sin embargo me dieron la bienvenida y luego comenzaron con su rutina semanal, sin problemas. Cada uno fue diciendo en voz alta, cuánto había subido o bajado de peso desde su última asistencia. Y sus compañeros lo aplaudían, felicitaban o contenían con una palabra de aliento o una palmada. Pensé que esa primera actividad, era un paso ganado a la vergüenza. Pero quizás el paso mayor, había sido el previo, el de animarse a acercarse al grupo para pedir ayuda, revelando así la debilidad que padecen por la comida.
Se planteó un tema a tratar, y se abocaron a su desarrollo. Cabe aclarar que a este grupo asisten personas de localidades vecinas en las que no hay ALCO.
Tuve la suerte de que ese día había gente que participaba por primera vez de una reunión, así que junto con ellos, recibí una clase que podríamos llamar, de “iniciación”.

Ingresantes
Andrea Palena fue la encargada de explicar en qué consiste el “Plan” que ALCO ofrece, y que está asentado en un librito que reciben los asistentes. Allí se habla sobre la obesidad y la recuperación, haciendo especial hincapié en las seis comidas diarias básicas, el cambio lento pero continuado y progresivo de los hábitos alimenticios, la ingesta cada dos horas para mantener el ritmo del metabolismo, y la insistencia en que cada uno debe adaptar el plan a sus gustos y su bolsillo para poder lograr lo más importante: sostenerlo en el tiempo. Este plan consta de 3 partes: fase intensiva, intermedia y de mantenimiento. Enseñó además algunas técnicas que operan como ayuda para evitar la desesperación frente a las comidas, el modo de calcular el “peso ideal” y el “peso posible” de cada persona y la cantidad de “créditos” que se puede consumir por día en base a una tabla brindada por ALCO según las calorías y otras características de cada alimento. Es fundamental anotar todo lo que se come por día, para tener un registro e ir controlándose.
Más allá de la claridad con la que se dirigió Andrea a las presentes, lo que más debió operar en ellas como estímulo, es el testimonio que brindó.

Testimonios
Andrea Palena mide 1.60 m e ingresó a ALCO con 112 kilos, 22 años y la imposibilidad de caminar más de una cuadra sin dolor de rodillas y sin agitarse. En el término de un año bajó 32 kilos, naturalmente, esto es, “cerrando la boca y cambiando los hábitos de vida”, como ella misma afirmó. “Tenemos que entender que esto es un proceso de toda la vida, nosotros no vamos a curarnos, pero sí podemos recuperarnos… No hay que bajar los brazos nunca, ni cuando llegamos al peso posible, porque si no incorporamos un cambio en los hábitos, vamos a volver a engordar. La etapa de mantenimiento es incluso más complicada que la anterior”.
Hoy tiene 23 años, 80 kilos, y una experiencia para compartir y demostrar que se puede sin por ello abandonar ni el grupo ni el camino que emprendió, hacia su recuperación.

Jorge Pettinari es otro testimonio a destacar. Tiene actualmente 61 años y bajó entre 70 y 75 kilos desde agosto de 2008, momento en el que había llegado a pesar 198 kilos. “Tenía el tubo de oxígeno en mi casa y en el auto, y problemas de todo tipo. Tenía diabetes, me agarró una parálisis de manos y piernas… Pedí ayuda, mandaron mi carpeta al Ministerio y ahí dijeron que vaya al Hospital Provincial, que es para los que no tienen mutual. Yo quería que me operaran. Pero me dijeron que no, que tenía que asistir todas las semanas, me iba a tratar un equipo (psiquiatra, psicólogo, endocrinólogo y nutricionista). Me hicieron empezar a anotar todo lo que comía y sobre todo me brindaron el apoyo psicológico que necesitaba… Te cambian el chip. Ahora estoy operado, pero la operación es sólo para ayudarte a que vos te controles, porque al gordo lo tenés siempre adentro. Hay momentos de locura, en que sale. Sigo yendo a Rosario para control y también vengo al grupo de ALCO porque es mi apoyo psicológico. El grupo te hace sentir menos solo; al tener todos el mismo problema, nos damos una mano”.

Todo aquel que esté interesado en ingresar al grupo, debe acercarse los días jueves a las 20 hs al salón de actos de la Escuela Nº 222. Para consultas pueden también contactar a Natalia Fortunasio: 03464 15550488. 

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