Mar adentro


Las apuestas de la política
Por Marina Moya*

Cuando un gobierno asume su mandato de gestión, lo hace a expensas de una demanda de cambio o continuidad del modelo que lo precedió. Los temas a tratar o a resolver son muchos: pobreza, educación, trabajo, vivienda, seguridad, como para citar algunos. Cada temática a su vez se subdividirá en infinitas propuestas de políticas públicas. Si la propuesta es muy general, como por ejemplo “mejorar la calidad de vida de toda la comunidad” o “terminar con la pobreza”, y no se especifica el cómo, no hay que sorprenderse de que sobrevengan decisiones que -ni tan populares ni tan benefactoras- terminen por derribar a “lo popular” como sucedió por ejemplo en la etapa menemista con una retórica nacionalista y una acción en paralelo que a contrapelo de lo que planteaba trasnacionalizó las empresas, flexibilizó las modalidades de contratación del trabajo, generó un alto desempleo, entre otras.
Tomemos por caso el área educación, y por objetivos “elevar la calidad educativa y terminar con la deserción”. ¿Cómo los llevamos adelante? Mejoramiento edilicio de las escuelas existentes, construcción de nuevas, capacitación docente, entrega de material didáctico, incentivo por la asistencia a las familias (es la actual Asignación Universal por Hijo). A su vez, cada actividad propuesta para llegar a los objetivos, tendrá un número de tareas y un consecuente presupuesto para llevarlas adelante. El presupuesto no siempre alcanza, entonces lo que resta es elegir y priorizar. Cuando el gobierno –en sus diversos niveles- “elige” una política pública determinada, prioriza unos temas respecto a otros. Se supone que tiene opciones, por lo que hay temas que habrá dejado de lado; tiene además asesoramiento; tiene también un proyecto a largo-mediano plazo, si bien este no suele aparecer claro.
Este ejemplo puede representarnos lo que podría llegar a suceder dentro de un área, pero un gobierno tiene que atender necesariamente todas las áreas y estas compiten por su trascendencia y su valorización dentro de la gestión. Obviamente hay condicionantes. Relaciones de fuerza a favor y en contra. La presión popular. Compromisos tomados durante la campaña. Un presupuesto pre asignado o a asignar. Un determinado panorama internacional, nacional, provincial; según sea el nivel de acción del gobierno. Y también hay una ideología vinculada al partido o sector social de donde proviene la fuerza que gestiona.
Un ejercicio simple para ver lo que cada gobierno “apostó” en su administración es, recordar 5 palabras que identifiquen el gobierno de Alfonsín, de Menem, de De la Rúa, de Kirchner. Con ellas, podrá tener un panorama de lo “que se jugó” en aquellos momentos.
Seamos más gráficos. Imaginemos una ruleta. Un paño verde sobre el que se asientan 36 números más el cero, en dos colores –negro y rojo-; un cilindro con estos números por donde rueda la esfera; y otras opciones donde apostar: impar, par, etc.  La ruleta –en tanto juego de azar- consiste en una serie de apuestas, donde según el valor de la ficha que tenga, será el beneficio o no de lo que obtenga. El jugador puede hacer una apuesta múltiple, y si su ficha es de mayor valor también puede apostar a la columna, el color, o el número par o impar. La apuesta se basa en distintos factores.
Al igual que en este juego, la acción política dentro de una administración de gobierno, elige modos, acciones, propuestas. Elige también el que está en la oposición, cuáles son sus estrategias para cuestionar la acción del oficialismo. Elige la prensa. Elige la población con su voto. Se supone que en todos estos casos, la elección no se basa en factores caprichosos o ligados a pálpitos como en la ruleta, pero permítanme la comparación. Por qué el rojo o por qué el par, por qué no el negro o el impar…
La acción de gobierno define situaciones de la vida cotidiana, que repercuten en la sociedad toda. Ello es razón suficiente para no dejar de estar atentos a las elecciones que hacen los políticos, para así poder estar más cerca del acierto a la hora de nuestra apuesta, por uno u otro de ellos.  

*Lic. en Trabajo Social – Mat. 710


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