Agro


DEL POTRERO A LA MESA

CADENAS DE VALOR

Por Antonio M. Barbini / Ing. Agrónomo – Centro Desarrollo Agrícola S.A.

Tres investigadores del CEPAL (Comisión Económica para América Latina) hicieron un análisis sobre 31 cadenas de valor* agroalimentarias de Argentina, armando un mapa actualizado que permite dimensionar el peso de las diferentes producciones en el producto y el empleo.
Las 31 cadenas de valor cuantificadas representan el 15% del PBI, mientras que en términos de ventas al exterior, implican el 48% de las exportaciones totales del país. Todo ello con el 11% de los puestos de trabajo nacionales.
De acuerdo a su valor agregado se observa que las tres principales cadenas soja, carne bovina y leche aportan la mitad de lo generado por todas las cadenas cuantificadas. Las dos segundas, consideradas en conjunto, apenas alcanzan el aporte de la primera. Luego hay un segundo grupo con pesos de entre 4% y 5% del total: trigo, maíz, uva, cebada, pollo y forestal.
Del total de los ingresos brutos generados en las cadenas, el eslabón primario aporta en promedio el 37%. Tanto carne bovina como soja se posicionan por encima de dicho promedio relativo mientras que en leche el eslabón industrial es el que genera la mayor proporción de los ingresos.
El valor agregado contempla la retribución a los diferentes factores productivos que se emplean en la producción (como trabajo, capital y tierra), mientras que el valor bruto de producción hace referencia a los ingresos por venta; cuando se contempla la relación entre valor agregado y valor bruto de producción, se puede tener una primera visión sobre la forma de agregación de valor por unidad de producción de cada una de las cadenas o sobre cuánto de los ingresos se emplean en el pago de factores productivos. Respecto a este indicador, las diez más intensivas en valor agregado son miel, caprino, arroz, maíz, berries, maní, uva, cebada, papa y limón. Ninguna de las tres más importantes está en ese grupo.
En términos de valor agregado, las actividades primarias (es decir, las vinculadas con el campo, ya sean agrícolas o ganaderas) son las que mayor volumen aportan con el 58.4% del total estimado para las 31 cadenas. En segundo lugar se posicionan las tareas industriales, que generan el 27.2% del valor agregado total. El transporte de carga se posiciona como tercera actividad en importancia, a la hora de agregar valor en la cadena (4.3% del total); mientras que, por su parte, las tres etapas proveedoras de insumos y servicios a la producción primaria (servicios agrícolas, producción de semillas y agroquímicos) aportan, en conjunto, el 8.2%.
Es así que mientras la industria alimenticia agrega $24 por cada $100 de producción, la producción primaria, servicios agrícolas y semillas incorporan $67, $74 y $79 por cada $100 de valor de producción. Ello es equivalente a decir que, por cada $100 de ingresos, los servicios agropecuarios y las semillas son las actividades que mayor proporción destinan a la retribución de factores productivos, seguidos de cerca por la producción primaria.
Las cadenas en conjunto generan más de 1.8 millones de puestos de trabajo. Casi la mitad (47%) de estos, son aportados por el eslabón primario; mientras que el eslabón manufacturero aporta un 28%. Las actividades de servicios y provisión de insumos, que participan con el 14% del valor agregado total, aportan el 24% de los puestos de trabajo. Carne bovina es la cadena que más puestos de trabajo genera (13% del total) y junto con leche (7%), duplican a los generados por soja (10%).

*Cadena vertical de actividades, que abarca desde la producción en el establecimiento agropecuario, pasando por la etapa de procesamiento y por la distribución mayorista y minorista. En otras palabras es el espectro completo del potrero a la mesa.
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