Cronistas de a pie Octubre

CORREO ELECTRÓNICO

Por Ana Guerberof*

ana.guerberof@gmail.com

Al regresar a Barcelona encontré en el buzón un interesante mensaje en el que un asiduo lector de Chabás, Juan, me saludaba y me formulaba unas preguntas. Este intercambio me resultó enriquecedor y decidí reproducirlo aquí, sólo en parte, de lo contrario mi editora me mata. Dirán que me tiré a la marchanta, pero, aguántenme un poquito, no ha sido vagancia sino interés y, también, por qué no, vanidad.

J: ¿Notó cambios en la Argentina desde su viaje anterior?

A: De lo que yo pude comprobar en sólo tres semanas, no vi cambios dramáticos desde el año pasado. Sé que se dieron a través de los diarios y los indicadores pero no por mi propia experiencia empírica, digamos. Justo coincidí con las elecciones primarias y sí que noté que se hablaba más de política, todas las edades e ideologías. Me pareció saludable. Me hicieron, claro, más preguntas sobre la crisis en Europa, querían saber una opinión de primera mano.

J: ¿Hubo algo que le llamara la atención?

A: Aparte de comprobar la cantidad de kilómetros que se pueden hacer en una ruta completamente recta, me sorprendió que casi en un mismo día me tildaran de: facha, gorila, garca, peronista, pro K, pro “Cristina”, rojita y comunista, ¡ah! e ingenua. Etiquetas no faltan. Cualquier comentario o pregunta política actuaba como un resorte que disparaba una idea preconcebida y una respuesta masticada pero que, en muchos casos, carecía de reflexión que contemplara un todo. Para mí la democracia, hoy por hoy, tiene que ver con la comunidad global y la activa participación ciudadana dentro del pluralismo. El cambio está ahí. Me llamó la atención que esto no pareciera ser la idea imperante.

J: ¿Qué es lo que más disfrutó de su viaje?

A: La familia te reconecta con partes de tu personalidad que al emigrar se pierden. Es bueno recuperarlas, no aferrarte a ellas, sino disfrutar de algunas y descartar otras. Tuve el gran privilegio de ir a Salta y Jujuy y quedé enamorada de todo: la gente, el paisaje, la comida y el vino. Aconsejo ir tantas veces como sea posible. Pienso que Santiago del Estero también existe, esa llanura me dio que pensar.

J: ¿Qué es lo que menos?

A: Me gusta la crítica con calma y reflexión, pero con energía, sin eso, no sé, no hay libertad. La libertad empieza también en la mente. Me sorprendió la cantidad de argentinos que me dijeron “¿Viste? A España le está pasando lo que a nosotros nos pasó en el 2001. Ahora van a ver”. Podría entender la animosidad por los intereses españoles en la zona que, en innumerables ocasiones, trabajaron en contra, pero percibí el sempiterno complejo de inferioridad con Europa, como si haber pasado una debacle antes nos hiciera mejores. Eso, si no estamos todos, los de a pie, en el fondo, metidos en una gran crisis. Los ricos me parece que no lloran.

J: ¿Cómo vio la situación en España al volver?

A: Esto parece una ruleta rusa, el lunes se amanece con otra crisis griega y uno se pregunta: ¿todo va  quebrar durante la semana? ¿Eso es malo o, al final, será bueno? Todos somos economistas pero nadie sabe nada de economía. Siguen los recortes en educación y sanidad, y el desempleo no mejora, que es, en mi opinión, lo más preocupante o quizás lo que más toca al ciudadano. En octubre se prepara una manifestación que creo será multitudinaria. En las elecciones de noviembre saldrá la derecha que no parece tener un programa, seguirá en la misma línea que hasta ahora no ha funcionado. La demanda sigue muerta.

J: ¿Volvería a Argentina dada la situación en España?

A: Lo que ocurre en España me parece interesantísimo y a pesar de las dificultades veo que los nuevos movimientos van hacia la democracia que yo prefiero, más pluralidad, más participación ciudadana, la fuerza de muchos para cambiar el status quo, valores sociales “viejos” pero actualizados. Creo que sí es un nuevo camino que se tilda de demodé o ingenuo pero que es la base de un nuevo paradigma.

¡Y se me acabó el espacio! Que sigan llegando esos mensajes de los lectores, se agradecen.

*Argentina residente en España.