¿Qué hacemos este verano?



Por Carlos Bonino
carlosgbonino@gmail.com

Verano, sinónimo de vacaciones, por lo cual arrancamos con la clásica pregunta: ¿playa o sierras? Deje, deje, contesto yo: da lo mismo, basta que haya energía eléctrica; así que vamos donde nos aseguren que no va a faltar. Aunque en ese caso… ¿qué tal una escapada a Dubai?, hay más chances de concretar una visita al Diego que de lograr que alguien nos garantice que el ventilador funcionará sin interrupciones hasta el 21 de marzo. Porque vieron que los funcionarios (provinciales, nacionales, y de diversos signos políticos), dicen que el problema es el exceso de consumo, o sea que para arrancar, la culpa de lo que está pasando, es nuestra… Por eso y porque leo los diarios cada tanto, les tengo a nuestros mandatarios una noticia: el año que viene va a haber más consumo, y el otro más, y así sucesivamente, porque el mundo entero consume cada vez más energía eléctrica. ¿No lo vieron en tele, o ese día en ese horario se les cortó la luz?
La opción de pensar un país para dentro de 20 años, no parece estar disponible para ellos. Porque claro, es entendible, cuando los plazos se cumplan, los que hoy figuran ya no van a estar para cortar la cintita que inaugure la nueva central que genere electricidad. Y si no va a salir en la foto, ¿¡para qué laburar?!
Bueno, tampoco es para tomar todo con mala onda y ponerse tan serio. Enero es el mes de la alegría, de los festivales: ¿Cosquín o Jesús María? La Copa de Oro en Mar Del Plata. Y sí, hay que hacer también la pretemporada rumbo al Mundial. ¿Le soy sincero?, yo viendo la publicidad del Papa en Brasil, ya me pongo nervioso, como que un escalofrío me recorre el espinazo de la emoción, ¡y mire que tiene que ser una emoción fuerte para sentir un chucho de frío en estos días eh!
Con la elección de las opciones de verano, estoy más dubitativo que Patricia Bulrrich a la hora de hacer una alianza. Sabe lo que pasa, querido lector, soy de los que siguen al pie de la letra ese dicho que dice: “Ni yanqui, ni marxista… inconformista”.
Volvamos al verano. Quédese tranquilo, no voy a empezar con eso de las altas temperaturas. Menos algunos funcionarios, todos sabemos que en verano hace calor ¡siempre!, “acá y en la China”, como suele decirse. Aunque no…, en China ahora hace frio porque allá es invierno… Pero bueno, en verano hace calor igual que acá, habría que averiguar cómo andan con la luz.
Ya que hablamos de China, ¿vio que la Suárez se separó de Cabré? Uy, parece que agregamos una sección con los chimentos de playa. Sólo falta que reflexionemos sobre cómo baja las escaleras la Xipolitakis. La verdad que con lo diminuta que es la tanga, quién se puede fijar en cómo pone los pies en los escalones... Ahí siempre tuve una duda, si la mayor parte del público de los programas de chimentos es femenino: ¿por qué muestran todo el tiempo a vedettes en pelotas, en vez de discutir si los mejores abdominales son los de Cristian Sancho o los de Mariano Martínez?
Esas dudas filosóficas no me dejan dormir… Miento, los que no me dejan dormir son mis hijos. Porque en vacaciones tienen las pilas recargadas y son más difíciles de acostar que el Chino Maidana. Y daaale con los chinos. Paremos ahí, porque sino vamos a terminar hablando del súper clausurado y se pudre todo. Mejor volvamos a los niños y la alegría de pasar más tiempo junto a ellos en vacaciones. ¡Qué lindo es disfrutar en familia el verano! Sí, sí, ya sé, tampoco tantas maripositas de felicidad, a veces disfrutar en familia se convierte en un oxímoron como “silencio ensordecedor” o “inteligencia militar”.

Estuve un poco dubitativo, lo sé, así que para el final dejé algo que sí puedo afirmarle con seguridad: este verano pienso tomármelo “gánico”. O sea, voy a hacer lo que se me dé la gana. Es más, ya mismo voy a empezar con una actividad extrema, adrenalina pura. Me voy a sentar en el patio a comer sandía con vino. ¿Al sol, será mucho?

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