Carolina Parisi / Psicóloga-Sexóloga
anacarolinaparisi@gmail.com
Desde el punto de vista psíquico, una relación sexual satisfactoria
refuerza la confianza en uno mismo, sube la autoestima, produce plenitud
afectiva y contribuye a la salud física y psíquica.
Supone un medio de comunicación verbal y no verbal de sentimientos y
sensaciones que fortalecen a la pareja.
La pareja pasa por diferentes etapas de cambios: como la convivencia
diaria, el embarazo, el nacimiento de un hijo, entre otros. En los mismos van
surgiendo dificultades que muchas veces impiden tener una sexualidad
placentera.
En la mayoría de las problemáticas, mediante el asesoramiento de un
terapeuta conyugal se logra recuperar la funcionalidad de la pareja.
Estas dificultades se deben a diversos factores:
·
Una educación sexual
teñida de mitos, tabúes y prejuicios.
·
La falta de
comunicación con la pareja (no poder expresar libremente los gustos,
preferencias sexuales, miedos, entre otros).
·
La baja autoestima
(íntimamente relacionada con la no aceptación y el desconocimiento de uno
mismo).
·
Debido a disfunciones
sexuales (alteraciones en la fase del deseo, excitación, orgasmo, entre otros).
Según Florencio Escardó (1978): “El
sexo puede ser según como se lo ejercite una fuente de alegría y plenitud vital
o un motivo de sufrimiento y degradación. A que resulte lo primero debe tender
todo intento y toda obra de educación sexual; y en ello reside la enorme
responsabilidad de quienes hemos aceptado el papel de educadores de la
comunidad”.
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