De reojo / Resaca

Por Sebastián Muape / sebasmuape@gmail.com


Amanecen sensaciones de abandono y aunque amargas, me les voy amigando. El domingo cae eterno, plagado de un acre silencio que deja, en los créditos finales de la noche, tu salida de mi cuarto, de mi cuadra y de mi barrio.
Visito el umbral de los pasos quejosos, sonoros y anticipados, siempre suenan hacia allá, hacen ruido lejano. Van por los pasillos del desgano. Los escucho, los extraño, se repiten en tandas regulares. Ahora me ato con cuerdas al vacío buscado y  merecido. Lo paladeo y lo trago. Hago arcadas pero callo, lagrimales a destajo, pero no lloro las espinas que van quedando. La cama, continente de aromas, es abrigo de las dudas que jamás faltarán, fieles a la cita llegan en masa, se posan, se amigan, se quedan, se ensanchan. Tienen asistencia intachable, si se trata de mis postulados. El  espanto se suma a la fiesta y la cosa se va acomodando. Ahora, el limón de mis verdades te invade la garganta, los oídos y los párpados. Para no tener que mirar sobre tu hombro, buscas dulzor del barato. No te des vuelta en la ochava, ya no estoy mirando ¿Elijo bien o elijo tarde? Algo hago mal, siempre te veo irte, podría calcar tu espalda con sólo imaginarla, ya no mirás mi patio, no bebés mi sombra, no morís mi pena, no compartís mi trago.
Ahí me le planto al final y mando el dolor al carajo. Tras cartón le escupo la cara al llanto, le vomito el suelo lustrado. Al sinsabor lo inundo de olvido y me retiro solapado. Necesito  salir hecho, de esta ruleta de sensaciones, que suenen nuevas canciones y todo vuelva a rodar. ¿Me viste sobrellevando? Doy clases de fracaso amortiguado. Podés aplaudir si te parece, yo hago mi juego, tiro mis dados, los alfiles veloces trazando, vos sin aburrirte, buscate en mi pasado. Me lleno de ahogo el vaso, me parto como un cacharro, soy astillas de un tronco a salvo, soy escape del ocaso de algo. Me rehago, me relleno, me oxigeno, me apoyo en el barandal destrozado y tirado en el pasto dejo mi orgullo, mi moral y mis peldaños. Soy muñeco de trapo, soy dibujo animado, soy careta a contramano, soy lo que hago. Soy el fin del feriado, soy el insomnio renovado, soy el remedio vencido, soy el agua en tus cactos. Te miro, te busco, te huelo y te llamo. Te espero, te despido, te dejo y te abrazo. Me acerco invisible a tu costado, te ocupo la mesa de al lado, viajo con vos de parado, me enrollo en tu sábana y te afano el acolchado. Estoy pero no me ves, me ves pero no te toco, me voy sin saludar, rumiando silencio y olvidando. Te aplaudo invisible en tu tribuna, me trago tu frase final, te vigilo sin verte jamás, sólo vos podés aparecer, yo, ya no más. ¿Pero qué fue esa mirada, ofrenda de pasión visceral? Algún mérito hice entonces, tengo un renglón para llenar. Sostuviste en foco tus pupilas, a riesgo de escupir la verdad, pudiste quebrar el camino, pudiste volver a escapar. No te esperaba ni te espero, me secuestro de tu historia normal, me abduzco de tu presente y de tu futuro. ¡Quién dirá! No llores la amargura fugaz, no tragues la hiel de esta tarde, que nada vale un centavo. El sufrimiento es mentira igual que todo lo demás, es un capítulo que viene y se va, es un falso abismo, es un minuto de realidad. La resaca se va pasando, deja su estela mental, deforma el aliento y la mirada y ya se hace extrañar. Bebí tu lengua allá lejos, en el tiempo de comenzar, me tuve una fe desmedida, es verdad; pero la justifico con tu risa salaz. Que alguien encienda la luz, que colapsen las historias sin final.


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