SIN CARETA
“TANGERINE”
Por Lorena Bellesi / bellesi_lorena@hotmail.com
Tangerine es una película de bajo
presupuesto filmada -dato curioso- íntegramente con un smartphone, o sea, un celular inteligente, el iPhone 5. Su director, el novato Sean Baker, se vale de este
mecanismo cinematográfico innovador para crear un film íntimo, vertiginoso, que
nos aproxima a un mundo en apariencias no adulterado. Se trata de una película
sin tiesas escenografías, la vivacidad de las calles es el espacio de encuentro
y desencuentro entre personajes marginales, frágiles, entrañables.
Los
Ángeles. Vísperas de Nochebuena. En una soleada tarde dos amigas conversan en
un bar. Hace 28 días que no se ven, obviamente, hay mucho por decir. Sin-Dee Rella (Kitana Kiki Rodríguez) salió
recientemente de la cárcel; Alexandra
(Mya Taylor) la recibe con una noticia fatal: su novio, su proxeneta, Chester, la engañó con una mujer blanca.
¿A qué se debe esta aclaración xenófoba? A que ambas muchachas son
transexuales, latina una, afroamericana la otra. Ellas mismas sienten cierta
rabia e impotencia frente a esta circunstancia. “Dios es cruel, me dio un pene”, dirá con bronca y resignación, la
ex presidiaria. A partir de aquí comienza realmente el film, la impulsiva Sin-Dee sale frenéticamente en busca del
traidor y su amante. La cámara acompaña el ir presuroso de las mujeres, el
andar bamboleante de ambas parece no tener fin, caminan y caminan preguntando
por los desaparecidos tortolitos. Se las nota auténticas, libres, frescas. La
colorida ciudad, con sus enormes grafitis y sus bulevares estrellados aportan
una cadencia visual hipnótica en compás con la atronadora música. Sin-Dee es dramática, visceral, locuaz
aunque a la vez ingenua, cree en el amor de un hombre que negocia con su
cuerpo. Alexandra, por su parte, sabe
defenderse frente al peligro omnipresente de trabajar “en la calle”, pero es menos combativa que su camarada, entona con
dulzura una melodía de melancólica letra. Otra figura insatisfecha es la de Razmik (Karren Karagulian), un taxista
armenio con preferencias sexuales no aptas para tradicionales familias, como la
que él tiene.
La
trivialidad de sus desdichadas existencias al mismo tiempo ilustra valores tan
irrenunciables como la amistad, la solidaridad, la empatía. Quizá para la
sociedad son seres reemplazables, desechables, residentes en una “zona” donde
la fugacidad es el común denominador. Tangerine
aparenta demostrar lo contrario al darle a cada uno una identidad. Película
breve, sencilla e intensa, que no pasa desapercibida.
ESTRENOS MARZO 2016
Estos
son los 10 que recibieron un mejor reconocimiento por la crítica especializada.
1. Kung Fu Panda 3, de Jennifer Yuh y
Alessandro Carloni; Estados Unidos y China; animación.
2. Tangerine, de Sean Baker; Estados Unidos;
drama.
3. La acusación, de Chaitanya Tamhane;
India; drama.
4. El tesoro, de Corneliu Porumboiu;
Francia y Rumania; drama.
5. A war - La otra guerra, de Tobias Lindholm;
Dinamarca; drama.
6. Magallanes, de Salvador del Solar;
Argentina, España y Perú; drama.
7. Una segunda madre, de Anna Muylaert; Brasil; drama.
8. Me casé con un boludo, de Juan Taratuto;
Argentina; comedia.
9. Mon roi, de Maïwenn; Francia; comedia
dramática
10. Cuando despierta la bestia, de Jonas Alexander Arnby;
Francia y Dinamarca; fantástica.
HOMELAND
SERIE DE USA, SHOWTIME
El atentado a las Torres Gemelas
representó un hito en la coyuntura política estadounidense. Tanto el cine como
la televisión llevaron a la pantalla, con dispares resultados, la paranoia
persecutoria implementada desde Norte América luego de semejante impacto. La
serie Homeland, remake en parte de
una israelí, no puede dimensionarse sin este antecedente, en ella la amenaza
terrorista es el centro del accionar de los personajes. En las tres primeras
temporadas (este año se estrena la sexta) la agente de la CIA Carrie Mathison, interpretada
fabulosamente por la actriz Claire Danes, intenta frustrar un posible ataque en
tierra yanqui. Nada está claro. El marine Nicholas
Brody (Damian Lewis) ha sido rescatado luego de estar 8 años desaparecido
en Irak, vuelve a casa como un héroe, ¿o cómo un enemigo? Juego de máscaras, de
intrigas, vueltas de tuercas, suspenso creciente que no abandona jamás. La
tensión se intensifica debido a la configuración del personaje medular de la
historia, la joven Mathison, quien
sufre de una perceptible bipolaridad. Tal trastorno la muestra en ocasiones
prácticamente desbordada, desequilibrada; así resulta fácil para sus
detractores despreciar sus intuitivas y audaces intervenciones. En nombre de
salvaguardar la seguridad de su país, recurre a artilugios de ética dudosa. Su
fiel sostén, su mentor, es Saul Berenson
(Mandy Patinkin, contundente), un incondicional en todo momento, incluso en los
más delirantes. Destaco la cuarta temporada, 12 capítulos que no dan respiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario