Por Sebastián
Muape
El Club Atlético
Lanús es el flamante ganador del Torneo Transición 2016. Venció a San Lorenzo
de forma apabullante por 4 a 0, en el estadio de River, logrando así la segunda
consagración de su historia (la anterior fue en 2007 bajo las órdenes de Ramón
Cabrero, quien hoy se desempeña como mánager del club). Confianza en un
proyecto, una campaña brillante y una final de ensueño, son las llaves que
llevaron al “Granate” a lo más alto de nuestro fútbol.
Dos fechas antes de terminar la fase de “Zonas”, ya se
sabía que uno de los finalistas era Lanús. Su contrincante quedó definido en la
última jornada de esa instancia inicial, siendo San Lorenzo el equipo que,
aprovechando la derrota de Godoy Cruz en San Juan, accedió a disputar la final. El interrogante planteado una vez
conocidos los finalistas, era si los jugadores de Lanús iban a poder sostener
el rendimiento, como para doblegar a un rival que supo ser campeón argentino en
2013 y de Libertadores en 2014, nada menos.
Esta duda comenzó a disiparse con el pitazo que marcó el inicio
del cotejo. El equipo de Pablo Guede nunca estuvo en partido, no se halló
cómodo en ningún momento y fue superado en todos los aspectos del juego.
Anímicamente indestructible y netamente superior desde el estado físico, Lanús
tardó 18 minutos en hacer el primer gol, tras un cabezazo de Oscar “Junior”
Benítez, marcando la debacle de las aspiraciones de su rival. Durante los 60
minutos restantes, el “Cuervo” deambuló por Núñez y su oponente le hizo un gol
cada una de las veces que se lo propuso. Durísimo cachetazo para San Lorenzo,
que vio escapar un título sin siquiera empezar a disputarlo. Llamada de
atención para Guede, quien no sostuvo con firmeza su idea de jugar al ataque,
tras los reclamos de la gente al ser eliminado en la primera ronda de la
Libertadores.
Jorge Almirón, de 44 años, llegó a Lanús a principio de
año, precedido de un paso lleno de espinas por Independiente, club del que es
hincha y del que se tuvo que ir, envuelto en innumerables cuestionamientos,
tras una campaña sin grandes luces. A diferencia de su colega antes mencionado,
supo mantener su idea futbolística, esa que indica el arco rival como objetivo
primario, aprovechó la base de jugadores dejada por los mellizos Barros
Schelotto y le imprimió su sello personal. Repatrió a José Sand, de 35 años,
quien terminó siendo el goleador del certamen, con catorce tantos. Impulsó a
Miguel Almirón, un joven delantero paraguayo jugador de selección, autor de un
gol y figura en la final y logró ganar su primer título como DT. Encontró además
en el chabasense Nicolás “El Bicho” Aguirre, el talismán ideal para este gran
logro, teniendo en cuenta que este volante de 25 años, supo ser tres veces
campeón con Arsenal de Sarandí entre 2012 y 2013. Aguirre fue titular en ocho
encuentros y entre otros, le marcó un gran gol a River, para que su equipo
iguale con el de Gallardo por 1 a 1.
Lanús fue, por lejos, el mejor conjunto argentino del
semestre. Derrotado solamente en dos ocasiones, una por Racing y otra por
Huracán, en un partido que disputó con suplentes. Sin dudas lo más meritorio de
este dinámico equipo de fútbol, fue jugar el mejor partido posible en el
momento indicado, y ese momento no fue otro que una final en el Monumental, con
más de sesenta mil hinchas de ambos clubes y con toda la presión que ello
supone. Su rival llegaba precedido de una muy buena racha, con siete triunfos
consecutivos y la estirpe de “Equipo Grande”, nada de eso sirvió para doblegar
a Lanús, que le dio una verdadera paliza futbolística. Almirón pidió que no le
vendan jugadores, para poder afrontar lo que viene con toda la artillería. Cabe
destacar que tras la consagración, se va a enfrentar en agosto con Racing
(ambos ganadores de torneos cortos), en la inédita Copa Bicentenario y que
también se clasificó para la edición 2017 de la Copa Libertadores de América.
Salud entonces a Lanús, un campeón supremo.
COPA AMÉRICA
Del 3 al 26 del corriente se está llevando a cabo en los
Estados Unidos, el certamen continental que conmemora los cien años de la
CONMEBOL. Para cuando usted tenga en sus manos este querido ejemplar, Argentina
habrá debutado en el torneo enfrentando a Chile, el campeón en cetro, reeditando
la final del año anterior en el país trasandino y estará a minutos de su
segundo encuentro, esta vez contra Panamá. El equipo de Martino cerrará la
primera ronda del grupo D, el 14 de junio vs Bolivia. Completan el cuadro:
Grupo A: EEUU, Colombia, Costa Rica y Paraguay.
Grupo B: Brasil, Ecuador, Haití y Perú.
Grupo C: México, Uruguay, Jamaica y Venezuela.
La Selección Argentina intentará consagrarse, con la
imperiosa necesidad de terminar con su era nefasta de 23 años sin títulos. Para
ello contará con Lionel Messi, con suerte recuperado totalmente de la lesión en
la espalda sufrida en el último amistoso contra Honduras y esperemos que
también recuperado de las preocupaciones que le traen sus constantes problemas
con el fisco español.
La nota desopilante, entre muchas, relacionada con AFA,
es que al no tener contratados Técnicos para los seleccionados juveniles, la
delegación argentina viajó a Estados Unidos sin “sparrings” para entrenar. Esto
originó que los directivos tuvieran que salir a último momento a invitar a un
equipo de universitarios, para poder completar los entrenamientos. ¿Creyó usted
haber visto todo? Pues no mi amigo. La AFA más sospechada que nunca, al borde
de la intervención estatal en la forma de la Inspección General de Justicia
(IGJ), tras el bochorno de la frustrada elección de diciembre pasado en la que
votaban 75 miembros y el escrutinio arrojó un gracioso 38 a 38. Con Luis Segura
diciendo que no piensa irse y los presidentes de los clubes más importantes del
país, amenazando con renunciar a sus cargos dentro del Comité Ejecutivo y
finalmente con la asesoría de Javier Tebas, Presidente de la Liga Profesional
de Fútbol español, quien vino especialmente a recomendar la creación de una
“Súper Liga”, pero que a su vez, tiene que dar explicaciones en España, por
algunas cuestiones no del todo claras…
Con este contexto, el plantel argentino representará las
ilusiones de todos nosotros, quienes, una vez más, vibraremos frente al
televisor, deseando ver a Messi levantando por fin, un trofeo con su selección.
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