¿BRILLA EN TODOS LADOS?
Los días 2 y 3 de junio tuvo lugar en la Escuela primaria Nº 208, una
Feria del Libro con realización simultánea de talleres de arte, teatro, música,
lectura y taichí. Decidimos asistir a ellos junto a los niños, pudiendo
vivenciar una vez más, el poder cautivante del mundo cultural. De un modo
general se suele decir que “cultura”, es todo rastro que dejamos, ¿se puso a
pensar qué rastro quiere dejar usted?
La cultura es la sonrisa que brilla en todos lados
en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro
solo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato.
Ay, ay, ay, que se va la vida
mas la cultura se queda aquí.
La cultura es la sonrisa para todas las edades
puede estar en una madre, en un amigo o en la flor
o quizás se refugie en las manos duras de un trabajador.
La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias
ella espera mal herida, prohibida o sepultada
a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma.
La cultura es la sonrisa que acaricia la canción
y se alegra todo el pueblo quien le puede decir que no
solamente alguien que quiera que tengamos triste el corazón.
en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro
solo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato.
Ay, ay, ay, que se va la vida
mas la cultura se queda aquí.
La cultura es la sonrisa para todas las edades
puede estar en una madre, en un amigo o en la flor
o quizás se refugie en las manos duras de un trabajador.
La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias
ella espera mal herida, prohibida o sepultada
a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma.
La cultura es la sonrisa que acaricia la canción
y se alegra todo el pueblo quien le puede decir que no
solamente alguien que quiera que tengamos triste el corazón.
León
Gieco
Espacios culturales
En sus
inicios, la palabra “cultura” significó algo que podría resumirse en
“cultivación del alma”. Luego, también así se llamó a la “herencia social”, es
decir, los modos en que los humanos se adaptan a la vida, resuelven problemas,
crean, producen, transmitiéndose eso, de generación en generación. Mezclando
ambas definiciones –y dejando de lado otras muchas que existen-, podemos decir
que la cultura es el rastro que dejamos, lo que a su vez dependerá del trabajo
que hayamos hecho en nuestras almas.
¿Qué
rastros queremos dejar? ¿Qué espacio dedicamos a “cultivarnos”, en nuestra
rutina diaria? Por otro lado, ¿qué importancia le damos a los caminos
artísticos que permiten expresar emociones, sentires, pensamientos, ideas? ¿Cuántos
males ligados a la violencia, las inhibiciones, la cerrazón, podrían evitarse
si se diera mayor jerarquía a este asunto, tanto desde las políticas públicas
del Estado en todos sus niveles, como desde los ambientes educativos,
emprendimientos privados y domicilios particulares? Es bueno destacar que
también las otras escuelas primarias de la localidad, realizan Feria del Libro,
concursos de ortografía, de dibujos, etc. Y también las escuelas secundarias
hacen muestras anuales de producciones estudiantiles. El planteo va más allá incluso
de estos ambientes indispensables, pudiendo llegar al mayor reproche que quizás
debamos hacernos todos los chabasenses: haber permitido que un espacio como el
Cine Teatro Español, sea demolido. Patrimonios similares se han recuperado en
toda la redonda. Aquí lo perdimos definitivamente. De hecho, esta localidad es
la única en la zona que no posee cine, sí posee una sala de teatro pero que no
reúne las condiciones requeridas por las compañías para hacer allí sus
presentaciones. Y esta realidad, se traduce en la vida de la población. En la
calidad de vida. Infancias que empiezan y terminan sin haber tenido la
posibilidad de vivienciar lo que es ver una película en pantalla grande, por
ejemplo. Dinero que fluye hacia otros destinos donde sí “hay algo para ver”.
Quizás el día que se deje de ver a las artes como un hobby de algunos o
actividades extras para ratos libres, podamos acercarnos a lo que dice León
Gieco en su canción: La cultura es la
sonrisa que acaricia la canción, y se
alegra todo el pueblo quien le puede decir que no, solamente alguien que quiera que tengamos
triste el corazón.
Feria y Talleres
Inaugurado
el evento el jueves 2 de junio por la mañana, con proyección de videos en el
patio cubierto de la Escuela Nº 208, se dio inicio a los talleres que se
dictaban simultáneamente, rotando los distintos grados.
Taller de Lectura: a cargo de Luciana Bouvier, dueña de Emilio
Librería y encargada de, precisamente, la Feria del Libro que también allí tuvo
lugar.
En el
diálogo que llevó adelante con los alumnos de distintas edades, pudo escucharse
no sólo que en la mayoría de los casos los chicos respondían con un prolongado
“síííííííí” a la pregunta de si les gustaba leer, sino que también expresaban
interesantes opiniones sobre para qué sirve leer: “para abrir la mente”, “para
agilizar la memoria”. “para imaginar”, “para que te broten historias de la
cabeza”…
Además, permanecieron
silenciosos y muy atentos, abriendo grandes sus ojos ante lo que se les
mostraba. La dulzura de Luciana hizo un muy buen equipo con los libros “raros”
que eligió para exponer: uno que medía 10 metros y podía leerse de dos formas,
un libro “silencioso” en el que aparecían figuras en tres dimensiones y que
contaba con mínimo texto, producciones de altísima calidad pero alejadas de las
historias “ideales” que impulsa la literatura comercial, con personajes más
comunes e imperfectos como somos los humanos –tal como explicó la seño presente
en el aula- y alejados de esas mujeres de cinturas milimétricas, siempre
salvadas por príncipes musculosos y buenos…
Rincón de lectura y dibujo: en este sector,
por un lado se los veía a los niños leyendo en las diminutas mesas y
sillas o directamente sentados en el suelo, teniendo luego que escribir en un
mural, qué libro les había gustado más. Al lado se situaban quienes dibujaban o
pintaban en base a producciones de la artista de Granadero Baigorria Elizabeth
Aguillón (autora del mural que se halla en el patio cubierto).
Taller de Música: al frente del mismo estuvo Luciano Dichiara,
quien hizo un concierto didáctico con presentación de instrumentos exóticos y
explicó el sentido de las composiciones. Un tambor solar (de acero templado)
inventado en Suiza en el año 2000, cuencos tibetanos, un cuenco de cuarzo, un
udú (especie de vasija de barro, de origen africano pero que ahora también se
hace en el norte argentino). Como cierre, cantó. Voz cautivante, sentir
genuino, pasión por lo que se hace, nunca fallan. Se ganó sobradamente el
aplauso de alumnos y maestras.
Taller de Arte: el profesor Osvaldo Gil se encargó de exponer la
vida de grandes pintores nacionales y extranjeros, entre los que figuraban Quinquela
Martín y el holandés Vincent Van Gogh. Luego, en algunos casos los niños debían
reproducir una pintura en formato colage, o utilizar la técnica desarrollada
por el artista, entre otras opciones. Un lujo que puedan los alumnos codearse
con semejantes figuras. Las producciones, expuestas en todo espacio que el
profesor halló libre, decoran la escuela.
Taller de Teatro: María Paula Olmedo, encargada de este taller,
explicó que la idea era trabajar con el cuerpo, investigarlo para ver qué
podían hacer con él. Y luego de invitarlos a dejar la vergüenza en un rincón,
comenzó con ejercicios de ficción. Probablemente muchos de los allí presentes
era la primera vez en sus vidas que realizaban una clase de teatro. La escuela
les acercó esa posibilidad, no es un detalle ni es menor. Se divirtieron,
mucho. Fue un gusto verlos disfrutar.
Taller de Taichí: mantitas en el piso del patio cubierto de la
escuela y grupos de alumnos imitando los movimientos que realizaba la profesora
Claudia Victoria. El taichí es un arte marcial de origen chino, considerado
actualmente una práctica físico-espiritual, muy utilizada como técnica de
relajación. La incorporación de este tipo de disciplinas en los
establecimientos educativos, es la nueva tendencia. Allí tuvieron también los
niños la posibilidad de probar qué tal.
Responsables
Estas
jornadas culturales estuvieron coordinadas principalmente por las maestras de
Lengua: Silvina Vedovaldi, Celina Domínguez, Yamile Amauli, Carina Sanfelice y
Elisa Pistacchia, con la participación de los antes mencionados talleristas y
por supuesto, del equipo directivo de la institución: Silvana Grabich y Laura
Seri.
Agradezco
la invitación, el haberme permitido participar de los talleres; y el hacerme
sentir tan cómoda en la que fue, durante 7 años, mi escuela primaria. Fue
realmente un gusto tejer nuevamente ese recorrido de ida y vuelta, desde mi
casa hacia su puerta, birome y anotador en mano, para seguir aprendiendo.
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