MUJER DE ARMAS TOMAR
“ELLE.
ABUSO Y SEDUCCIÓN”
Por Lorena Bellesi / bellesi_lorena@hotmail.com
El
experimentado director holandés, Paul Verhoeven, propone un intenso thriller psicológico con
una protagonista cuya figura resulta ser omnipresente en la pantalla. “Elle. Abuso y seducción” (Elle) tiene un comienzo de fuerte
impacto visual y emocional, ante la mirada impertérrita de su gato una mujer es
violada despiadadamente por un encapuchado en su propia casa. En un acomodado
barrio parisino de tradicionales casonas vive Michèle Leblanc (Isabelle Huppert, inmensa labor actoral), una dama refinada, exitosa e independiente.
Sus largos cincuenta la encuentran divorciada, con un hijo inmaduro a punto de
ser padre y al frente, junto con una socia, de una próspera compañía que diseña
videos juegos. Lógicamente, luego del ataque sexual Michèle está alerta, sin embargo, jamás se auto compadece ni martiriza.
¿Cómo seguir? Como si nada. Continúa su habitual rutina sin desmoronarse,
dirigiendo con severidad su empresa o cumplimentado los pasos de rigor
posteriores a ese tipo de situación violenta. Su personalidad es poderosa, seductora,
la convicción de sus movimientos la vuelve muy atractiva al sexo masculino.
Ella lo aprovecha con descaro, cinismo, hipocresía e, incluso, perversidad.
Exige a sus empleados una alta dosis de sangre y violencia en las nuevas
propuestas lúdicas, con una estética totalmente realista aunque se trate de
ogros. Parece ser que ese mandato se cohesiona con su propia existencia, con la
imposibilidad de desprenderse de un árbol genealógico que determinó ser ella la
hija de un asesino, de un psicópata repudiado socialmente cuyos despiadados
actos la rozaron directamente. El mundo es un lugar horrible, lo siente, lo sabe,
le sacará provecho. En cada ademán o comentario no disimula sus intenciones,
sin pelos en la lengua escupe lo que piensa en el momento que sea, duela a
quien le duela, familiares o colegas.
El deseo es
la fuente principal de las conductas de la irritante Michèle, el deseo de poseer a su manera, de cumplir sus íntimos
antojos. Frente a este desencadenamiento carente de culpa, por momentos, “Elle. Abuso y seducción” es un film
incómodo, provocativo, debido a la recurrencia políticamente incorrecta del
humor o al consentimiento de la manipulación tortuosa como vínculo
interpersonal. Los 130 minutos de duración de la película extienden largamente
un juego sin reglas, caprichoso y peligroso. Si juegas con fuego posiblemente
te quemes.
ESTRENOS ABRIL
La renovada
cartelera de abril asoma tímidamente por los cines argentinos:
- Personal shopper, de Olivier
Assayas; Francia y Alemania; drama.
- El porvenir (L’avenir), de Mia Hansen Love; Francia; drama.
- Día del atentado (Patriot’s day), de Peter Berg;
Estados Unidos; acción.
- La morgue (The Autopsy of Jane Doe), de André Ovredal; Estados Unidos y
Reino Unido; policial.
- Frantz, de François
Ozon; Francia; drama.
- Ejercicios de memoria, de Paz
Encina; Paraguay; documental político.
- Rápidos y furiosos 8 (The Fate of the Furious), de F. Gary Gray; Estados Unidos,
Francia, Canadá y Japón; acción.
- Maracaibo, de Miguel Ángel Rocca; Argentina;
drama.
- La promesa (The Promise), de Terry George; Estados Unidos y España; bélica.
- Todo para ser felices (Tout pour être heureux), de Cyril
Gelblat; Francia; comedia dramática.
HAPPY
VALLEY
SERIE - BBC
La televisión británica, una vez más, produce una miniserie policial entretenida,
lúcida, intrigante. Con irónica intención el programa fue bautizado “Happy valley”, pero de “Valle feliz” hay muy poco en la pequeña
localidad de West Yorkshire. Sucede que el show televisivo
conjunta los elementos típicos del género policial con una gran dosis de drama.
En este caso, la protagonista absoluta es la sargento de policía Catherine Cawood (Sarah Lancashire,
estupenda), una experimentada agente con una situación familiar compleja y
dolorosa: sobrelleva como puede la pérdida de una hija –poco a poco el
espectador se irá enterando de los siniestros pormenores que rodean su muerte-,
su divorcio, la crianza de su pequeño
nieto. Plenamente responsable en su función pelea por una comunidad libre de
drogas y violencia. Comparte su casa con su hermana Claire (Siobhan Finneran), una adicta en recuperación, sostén
incondicional de Cathe. En ambas
temporadas –doce capítulos en total-, la investigación del caso se superpone
con la dura historia personal de la agente, quien atraviesa fuertes crisis
al esforzarse por no mezclar lo personal,
su deseo de venganza, con el deber. La justicia es un valor anhelado y
discutido. En “Happy valley” los
delincuentes son los vecinos, aquellos ciudadanos con un aparente trabajo
digno, quienes, acorralados, toman malas y funestas decisiones. El clima se
vuelve asfixiante e irreversible hasta que todo irremediablemente estalla. En
Netflix, por ahora, están las dos temporadas. Posiblemente tengamos más
adelante nuevas desventuras de la entrañable Catherine.
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