En el editorial de El Observador Nº 1, allá por el 2010, presentábamos
este periódico haciendo especial referencia a que, dados los tiempos que maneja
un mensuario, intentar ofrecer “noticias” era descabellado; señalando que
apuntaríamos entonces, a retrabajar temas que nos parecieran importantes,
poniendo el foco aquí o allí, habilitando espacios para el debate, la
reflexión, la puesta en marcha del maravilloso ejercicio que implica el pensar.
Todo ello sin dejar de intentar también, un pantallazo general de lo sucedido
mes tras mes, con fines documentativos.
Tras 99 ejemplares, esos postulados siguen sosteniendo nuestros
textos. En el devenir, esquivamos propuestas indebidas, procederes antiéticos,
condimentos amarillistas y hasta buenos ofrecimientos, por no salirnos de la
línea ferroviaria de este tren con tripulación muy heterogénea, pues sólo así
se hace posible aportar variados puntos de vista, emulando lo que ocurre en una
sociedad. La traza apunta alto y lejos, desembocando en un sueño: hacer nuestro
sutil pero concreto aporte, para mejorar en algo, la era que nos toca vivir.
Estamos convencidos de que la palabra bien usada, suma y salva. ¡Bienvenidos a
la edición Nº 100!
No hay comentarios:
Publicar un comentario