La post verdad… Habrá oído o leído esa expresión,
en más de un sitio. Filósofos, periodistas, políticos, nosotros mismos ahora,
recurriendo a la post verdad para
describir el presente. Un presente en el que, entonces, los hechos poco
importan. Lo que importa es lo que se construye en torno o a partir de ellos.
Las emociones, las intenciones, el relato, se impone sobre lo fáctico, sobre lo
que ahí está.
Post, es un prefijo
que significa “detrás de” o “después de”. O sea que la frase utilizada para
referir a la actualidad, implica que la verdad pasa como un tren, y lo que nos
queda de ella es su coletazo en el aire… Significa que, la violencia física (por
ej. romper un edificio) puede presentarse como medio válido si planteamos que
una violencia anterior (la pobreza, la injusticia, la discriminación), dio
lugar a esa reacción, más visible y vehemente. Pero, ¿qué o quién decide hasta
dónde llega ese espiral, en sus bucles hacia atrás? ¿Dónde se obtiene la
credencial de intérprete de la realidad? Un pibe desaparecido, es un pibe al
que el Estado, garante de nuestras vidas, debe encontrar. Un destrozo en
cualquier lugar, es un hecho por el que el autor, debe responder. Lo demás, es post verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario