PAREDÓN Y DESPUÉS
Por Mariano Fernández
La franja de Gaza nuevamente está en el centro del escenario geopolítico mundial. Tristemente. Israel, con bombardeos selectivos y no tanto, ha muerto a cerca de 200 palestinos, la mitad de ellos civiles. Civiles, en este caso, también quiere decir niños. Desde la creación del estado de Israel en 1948, la constante fue su expansión a costas de territorios palestinos. Varias veces los conflictos tuvieron escaladas militares, con la presencia del aliado incondicional de Israel, EEUU. Las fuerzas armadas israelíes son una de las más modernas del mundo (es el tercer ejército más mecanizado), poseen capacidad nuclear y un escudo antimisiles de última generación. Los intereses del gobierno de este país y el complejo militar industrial estadounidense, se desdibujan, superponen, y marcan la agenda de EEUU en oriente medio. La influencia del lobby israelí en Washington tiene alcances enormes. Fundamentalmente, los israelitas obtuvieron por este canal armas, el no menor apoyo diplomático en la ONU y sobre todo en el consejo de seguridad de este organismo, cada vez que hubo un conflicto con el mundo árabe. Gaza es un pequeñísimo territorio en la frontera de Israel y Egipto. Los palestinos que allí viven, eligieron en las elecciones del 2006 a Hamas, como el partido gobernante. Hamas, demonizado algunas veces por la prensa, es un partido palestino que impulsa firmemente la idea de crear un Estado Palestino. La constante expansión del estado judío en territorios palestinos, implica el desalojo forzado de sus habitantes, una diáspora -valga el término- de palestinos que encuentran refugio en territorios cada vez más pequeños, menos fértiles, como Gaza. Esa persecución ha tenido consecuencias. Ataques contra civiles israelíes y el lanzamiento de cohetes de fabricación casera contra asentamientos hebreos, son los justificativos para lanzar operaciones como “Plomo Fundido” en el 2006 que culminó con 1200 palestinos muertos. La “terrorificacion” del enemigo, es una característica que ha utilizado el gobierno de Tel Aviv, para continuar con la expansión y presentar los hechos como legítima defensa. Una “teoría de los dos demonios” de medio oriente. Los ataques quirúrgicos contra Gaza incluyeron como blancos dos sedes de medios periodísticos, un detalle no menor, si lo vinculamos a lo anterior. Como hace seis décadas, el gobierno israelí presenta los hechos como reacción contra la agresión, y desde los sucesos en Egipto, con la “primavera árabe”, el escenario ha cambiado radicalmente. Por un lado, las comunicaciones y la información se han democratizado; en esa coyuntura el resto del mundo puede ver los que está sucediendo desde varias ópticas. Por otro lado, el cambio de gobierno en Egipto cambia también la perspectiva, con apoyo a la causa palestina desde el gobierno y la población, como por ejemplo la apertura de dos hospitales fronterizos en Egipto para la atención de heridos. En Palestina misma, Hamas ha conseguido el apoyo de todas las fuerzas políticas -incluyendo a las opositoras- en la causa por la creación del Estado Palestino. Dicho sea de paso y tal vez coincidente con la escalada de violencia, es que el 29 de noviembre debería tratarse el tema de la inclusión de este último como “estado observador”. Un pase previo al reconocimiento. Esto podría ser el motivo principal, más allá de que las elecciones en Israel son en enero próximo y el ultraconservador primer ministro Benjamín Netanyahu, necesita un golpe de efecto para conservar el poder, algo que también está visto en las arenas internacionales. Mientras tanto, las Naciones Unidas, o la comunidad internacional, no es más que un rótulo a la hora de intervenir. El recién electo Obama, consiguió vetar una condena en la ONU para sus amigos de Tel Aviv. Europa, tibiamente condena. El Mercosur, mantiene sus acuerdos comerciales con Israel. En el mundo, miles, incluyendo israelíes, salieron a las calles para exigirle a Israel el cese del fuego. El alto el fuego, para el cierre de este periódico, parecía acordado a través de una negociación mediada por Egipto. Pero la paz, parece algo muy lejano todavía.
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