Carlos y sus amigos
Por Alejandra Tenaglia
Luego de un par de encuentros cancelados, logramos con Carlos concretar nuestra segunda charla. Allí, como lo había prometido, se refirió a lo que le molesta de los amigos. Veamos qué dijo.
Ah, sí, habíamos quedado en el tema de los amigos… Bueno, en primer lugar me molestan mucho mucho, los que ni bien enganchan una mina, desaparecen del planeta. Es como si de un día para el otro se los hubiera tragado la tierra. Ya no aparecen por el bar, ni en el club, ni siquiera en la cena semanal. Y si lo hacen, los ves siempre con el teléfono en la mano mandando mensajes o hablando, con caras de estar apurados, como si los estuviera esperando la reina de Java… Ni “cómo andan tus cosas”, “qué es de tu vida”, nada… No se pueden involucrar en ninguna conversación con nadie porque están como los pibes esperando el timbre de recreo, con unas ganas de salir corriendo que hasta uno parece que les molestara. Pero bien que cuando se les pasa o se les termina el dulce caen a tu casa hasta cuando estás trabajando, porque no saben qué hacer con tooodo ese tiempo que le dedicaban a ella, abandonando proyectos personales, profesionales, etcétera. Y eso es realmente lo que me molesta, que larguen todo, que cambien el modo de vestir, de andar, de pensar… Vos te vas dando cuenta que de a poco van adoptando una visión del mundo adecuada a la mirada de su mujer. Y eso no está bien. Yo sé que es lógico que se influencien mutuamente, y que incluso está bien cambiar, pero por convencimiento, no por… No quiero ser grosero… La cosa es que lo que antes veían de un modo claro y definido, ahora les parece relativo. Y el problema final es que la mujer así -ya en ese momento podés notarlo sin temor a errar-, logró que él haga lo que ella quiere… Falta que le ponga un cencerro para escucharlo entrar y salir de la casa a la hora que sea; o para ser más modernos, un GPS en la axila así lo tiene monitoreado las 24 horas del día.
También me molestan los tipos a los que parece que se les pasa la vida sin pasarles… Sí, te explico. Ponele que no los ves desde el secundario, te los encontrás por ejemplo en las famosas fiestas del reencuentro, y te tratan como lo hacían a los 17… Como que no hubieran crecido ni se dieran cuenta de que vos creciste, y se siguen comportando como nenes pero encima en cuerpos de grandes, o sea que son una especie de nenes estúpidos. Yo te digo, me muero de ganas de decirles esto que te estoy contando a vos, porque es algo que no puedo creer, que la vida les haya pasado así como por el costado… Pero no soy tan cruel. A lo mejor ni les importaría, o no entenderían de lo que les hablo... No sé, por las dudas ni pruebo; a ver si el tipo así es feliz y yo le vengo a arruinar la fiesta con una realidad que él no ve.
Lo que también cansa un poco del grupo de amigos, es que te adjudiquen un lugar determinado y sea muy difícil salirte de él. Por ejemplo, yo llego y siempre están esperando que cuente alguna hazaña amorosa. Está bien, yo debo haber construido esa imagen, me lo debo haber buscado, todo lo que vos quieras. ¡Pero viejo!, ¡se tienen que dar cuenta que también me pasan otras cosas!... No todo el año es carnaval, che… Hay días que ando más oscuro que una cueva y ni se les ocurre preguntarme “¿te pasó algo?” Nada, directo a lo mismo de siempre ya con una sonrisita como anticipando el festín que se hacen con mis historias. Y ni soy payaso de nadie, ni quiero siempre ese lugar. ¿Hace falta que se los aclare?... Digo, solos, ¿no pueden pensar que también tengo días en los que saldría corriendo, me tiraría al océano, y nadaría sin tregua hasta llegar a Australia en busca de algún canguro que me aloje en su marsupio para el resto de los tiempos?... Qué se yo, a mí me parece que son cosas que se caen de maduras…
Ahora, aun con todo esto que te estoy diciendo, mis amigos son mis amigos. No los del Facebook, que te saludan para el día del cumpleaños y no los viste en tu vida… Además además además, no sólo te saludan sino que te tratan con fa-mi-lia-ri-dad. ¡”Feliz cumple Charly” me puso uno para mi cumple! Dejate de joder…
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