Copacabana, La Paz, Bolivia
No sólo el viajero sino cualquier peatón ordinario, mira horizontalmente mientras hace su camino. Y no sabe de cuánto se pierde. Si nos atreviéramos a salir de la rutina de los letreros, las ofertas y los recorridos armados, establecidos, impuestos, descubriríamos una nueva perspectiva, sea mirando hacia arriba en las ciudades o hacia abajo en los cerros, que nos maravillaría más que lo cotidiano y que las imágenes conocidas.
Lo mejor de los viajes, es ver más allá de lo evidente.
Herminia Pacheco
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