EL LATIDO DE LA INFANCIA
El Día del Niño se celebra universalmente, aunque en distintas fechas según
los países. En Argentina se fijó el segundo domingo de agosto, pero este año
por cuestiones comerciales se decidió pasarlo al 18. Solemos decir: ¡cómo me
gustaría volver a ser chico!, quizás no tanto por tener aquella edad sino por
el deseo de recuperar ciertas características u ocupaciones propias de la
infancia. Hay quienes se preocupan y ocupan a conciencia, para mantener vivo al
niño que fueron; otros que, naturalmente, mantienen la frescura e ingenuidad de
aquella edad dorada, al menos en cuestiones determinadas; y también quienes
simplemente miran hacia atrás y relatan añoranzas de aquel período al que
llamamos infancia. Lo cierto es que, en mayor o menor medida, todos conservamos
algo del niño que fuimos. Sólo es cuestión de ponerse a pensar…
¿A qué
jugabas de niño/a y te gustaría volver a jugar?
Entrevistas Carlos Bonino
Tatiana Trepac – 36 años
Me gustaría volver a jugar con los
bebotes, cambiarles los pañales, la ropita. Es más, jugué con las muñecas hasta
los 16 años. Todavía las tengo guardadas por si tengo una nena.
Valentina
Cabrera y Daiana Puerta – 17 años
Jugar con las Barbies, ahora hay unas
súper casas para jugar. Estaría bueno tener una de esas mansiones, con la Barbie
y un Ken.
Ignacio Aguirre – 79
años
Cuando yo era chico, teníamos que
trabajar, no teníamos tiempo para jugar. Pero si lo tuviera, sería para jugar
al fútbol. Mi regalo ideal podría ser una pelota de Central.
Silvana
Enrique – 35 años
Me gustaría volver a jugar a la rayuela y al elástico. No tanto con
juguetes sino ese tipo de juegos.
Eulalia
Leguiza – 39 años
Me justaría jugar con las Barbies, que
cuando yo era chica no se veían. También sería lindo tener muchos muñecos de
peluche. A mí me gustaba mucho ir a la calesita y a la plaza.
Leo
Pérez – 23 años
Me gustaría volver al Jardín
para jugar con mis amigos, jugar al fútbol y también poder ir a la plaza.
Daniel
Amesa – 35 años
Cuando era chico jugaba a las carreras
de embolsados o a los caballitos uno arriba del otro. Otra cosa que teníamos es
el juego de la taba, yo iba a una escuela de campo y siempre nos divertíamos
con esos juegos.
Miguel
Ortiz – 49 años
Yo jugaba mucho con las
figuritas de fútbol o a las bolitas.
Juan
Failo – 49 años
Me gustaba jugar a las figuritas, a la
arrimadita, a las bolitas, a los cowboys con los soldaditos de plástico. De los
juegos de mesa, me gustaba el Estanciero y el Ludo.
¿Qué actitudes
conservás del niño que fuiste?
Entrevistas Alejandra Tenaglia
Ana Sánchez / 48 años
Comer golosinas
en la cama, más ahora en invierno, cuando era chica me metía en la cama con los
caramelos para que mis hermanos no me los sacaran, y todavía lo sigo haciendo,
me meto en la cama con algo dulce, chocolates, caramelos, lo que tenga… Y otra
cosa que hago desde que tengo uso de razón, es deporte. Tenía 2 años y hacía
danza clásica, después seguí haciendo un poco de todo y hoy por hoy tengo 48
años y juego al vóley. Haciendo eso me sigo sintiendo una nena, en realidad no
me doy cuenta de los años, me encanta relacionarme a través del deporte con
gente de otra edad y me pasa eso, que siento que los años no me pesan, no los
siento haciendo un deporte. Y me gusta innovar, por ejemplo vóley no había
hecho nunca en mi vida, y no me importó y me metí. Es más, si no fuera por mi
columna, estoy haciendo hockey en este momento. Al tenis jugué de grande
también, de chica no pude porque era costoso, había que tener una raqueta,
pagarle a un profesor, y yo no podía; de grande se me dio la oportunidad de
poder hacerlo, y lo hice. Empecé con el paddle y terminé jugando tenis. A
natación fui hasta grande también, jugaba en la pileta como los pibes, me
gustaba tirarme de distintas “formas”, no cuando había mucha gente, pero cuando
íbamos a natación específicamente, lo hacía, y en mi casa lo sigo haciendo,
juego como los chicos. Y eso que estuve por ahogarme dos veces, una en Pujato,
habré tenido 7 u 8 años, en una pileta con desnivel me tiré en la parte que no
hacía pie, y se ve que cuando quise volver no me daban las piernitas; otra en
el río, a eso de los 12 años, me tiré y me llevaba, me salvó que había una
rama, mi papá de la orilla me la tiró, me agarré y pude salir. Pero no me quedó
miedo, para nada, con esas cosas no. En cambio por ejemplo no me banco estar
sola en mi casa, y cuando era chica tampoco, me daba miedo, por eso a la noche
me iba a la cama de mis viejos, a veces me dejaban quedarme y otras no; y ahora
de grande hago que mis hijas vengan a mi cama.
Virginia Guerrero / 31 años
Jugar, yo sigo
jugando con mis hermanos, a todo, al video juegos, a la pelota, a las muñecas,
a todo… Lo que me dice todo el mundo, es que ando en bicicleta de la misma
forma desde chiquita: re mal, voy de una punta a la otra, a mil, hasta calculo
los minutos que me lleva ir a un lugar, por ejemplo yo sé que para venir a
trabajar me lleva 3 ó 4 minutos, salvo que me agarre el tren… Me sigue gustando
también yirar, andar todo el día por ahí, estar con mis amigas, como cuando era
chica, que nos sentábamos en la esquina de la Comuna y pasábamos ahí toda la
tarde… Hay un montón de cosas que sigo haciendo… Mirá, para que veas, debo
haber tenido 15 años, fui a la casa de una amiga y tenía el auto de la Barbie,
que era mi sueño, estábamos en un pijama party, y yo le hice bajar el auto y me
puse a jugar con eso… ¡15 años!, todas pensando en los novios y yo jugando…
Cuqui Cotognini / 73 años
Cuando era chica
me gustaba jugar a vender, con mis primos hacíamos que poníamos un mostrador y
jugábamos a vender cosas; y sigo haciéndolo porque trabajo de eso. Y lo que
también me gustaba mucho era leer, leía mucho, en el comedor de mi abuela había
una biblioteca, y cuando todos se iban a dormir yo tiraba una frazada en el
suelo, agarraba libros, me recostaba y me ponía a leer, me encantaba; y seguí
leyendo toda la vida, siempre me hago espacio para eso…
Federico Scheidegger / 67 años
Teatro hago desde
los 13 ó 14 años, siempre seguí relacionado, por ahí descansé un par de años o
cuando tuve que hacer el servicio militar, pero es algo en lo que estuve
siempre. Y el teatro es un juego, una forma de jugar a ser otra persona, es un
juego continuo compartido con otros. Es que yo no me doy cuenta la edad que
tengo, no la asumo, me parece que tengo 20, que tengo 30… Por ahí en cosas que
veo me doy cuenta la edad que tengo, por ejemplo en este momento me sorprende
la tecnología, vos pensá que los juegos míos han quedado obsoletos. Te
imaginás, 50 años atrás… Yo me acuerdo que de chico iba a comprar el hielo, no
teníamos heladera eléctrica en casa, no existía así masivamente, después
apareció... La televisión la descubrí ya de grande, con el alunizaje del
hombre; lo nuestro era la radio, la imaginación de la radio. Era llegar de la
escuela y escuchar a Tarzán… Y después era cambiar las revistas, ir a las
plazas en Rosario los días sábados a la mañana, y cambiar las revistas para así
tener durante toda la semana algo para leer a la noche. Eso de tener revistas y
leer lo sigo haciendo, pero los otros juegos que teníamos de chicos, no. Los
juegos eran por época: las bolitas, las figuritas, la rayuela, el autito de
carrera en el cordón de la vereda, reunirnos en una plaza a jugar a la pelota…
En esa época se jugaba mucho a los indios y los cowboys, generalmente a la
noche, en verano, porque los padres se sentaban a comer y se quedaban ahí dos o
tres horas entonces nos dejaban salir un rato. Nosotros habíamos hecho una
plataforma arriba de un árbol, y una vez dejamos uno atado ahí, nos olvidamos...
Nos fuimos a dormir porque antes cuando te llamaban, volaba cada uno para cada
lado. Y claro, faltaba uno, estaba a los gritos pelados allá arriba… Los padres
empezaron a buscarlo y al primero de la barra que encontraron, le preguntaron…
Ahí se dio cuenta, ¡uh!, ¡lo dejamos arriba del árbol!... Y bueno, la pasión
del cine siempre la tuve, de chico hasta ahora. El cine, el video no. El estar
ahí cuando las luces se apagan… Lo que me gustó siempre tiene que ver con el
mundo de la ficción.
Zulema Dragani / 65 años
Leer es una,
justamente estaba leyendo El Observador
del año pasado, que ya lo leí pero lo estoy volviendo a leer. Todo lo que
puedo, leo, desde chica, me encanta. Y la limpieza y el orden son cosas que
también hago desde siempre; vos sabés que yo era chiquita, me levantaba y me
ponía a limpiar y ordenar la pieza, me gustaba. Era como una manía, que aún la
conservo. Yo voy a la casa de mi hija, y claro, con los chicos hay juguetes por
todos lados, y yo entro y empiezo a acomodar. Un día Nicolás, el más chiquito
de Erica, mi hija, me dijo: “abu, vos cuando venís acá siempre te ponés a
ordenar”; y sí, es una manía que tengo…
Ricardo Esticoni / 64 años
El gusto por la
gaseosa, porque cuando era chico, los meses antes de las Fiestas el nono
compraba cerveza y naranja, y las ponía debajo de mi cama, pero guarda con
tocarlas hasta el día de las Fiestas. Entonces yo me acuerdo que las miraba, me
asomaba desde la cama y las miraba pero no las podía tomar, entonces ahora que
puedo, me desquito tomando naranja. A veces lo jodía al nono, destapaba la
naranja, me tomaba la mitad, la llenaba con agua y la volvía a tapar… Los
camiones también me gustaron desde chico, y de grande trabajé siempre de eso.
Las carneadas que hacía mi abuelo también me encantaban, ahora no las puedo
hacer porque no tengo con quién, si no las haría. El pan con manteca, el café
con leche, el mate cocido, eso me gustó desde chico, es permanente.
Elena Bouvier / 75 años
A mí siempre me
gustó tejer, y lo hice toda la vida, ahora ya no para afuera pero sigo
tejiendo, si vieras todas las cosas que hago.... Y trabajé muchos años en la
sastrería Bartoreli, me encantaba hacer los sacos de hombre. Siempre tuve gusto
por las manualidades. Lo que me gustaba mucho mucho, era salir, ir a los bailes
a otros pueblos, me encantaba. Ahora ya no lo hago, pero cómo me gustaba… Y los
chocolates, siempre, desde chica; mirá, yo todos los días después de comer, a
las doce y a la noche, me tengo que ir y comprar un chocolate…
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