La generación "NINI" - Noviembre 2º



Por Ana Guerberof
ana.guerberof@gmail.com

Desde España
En España, al igual que en otros países, se denomina “nini” a una persona que ni estudia ni trabaja. Sin embargo, con la llegada de la crisis (a partir de 2008) este término se utiliza con cierta libertad y se habla de la “generación nini” para referirse también a aquellos jóvenes que aún después de completar sus estudios no encuentran trabajo acorde con su titulación y que siguen dependiendo de sus padres e, incluso, para referirse a todos los jóvenes tanto como si trabajan o estudian como si no lo hacen. La cifra de personas de entre 15 y 29 años que ni estudia ni trabaja es, según la OCDE[1] en su informe de este mismo año, del 23,7%, la cifra más alta de toda Europa. Según el INE[2] la tasa de desempleo en las personas menores de 25 años durante el tercer trimestre de este año es del 54,39% en contraposición al 23,63% en los mayores de 25.
Por si estas cifras no fueran por sí solas devastadoras, los adjetivos con los que se suele hacer referencia a estos jóvenes son: apáticos, indolentes, consumistas, hedonistas, narcisistas, superficiales y egocéntricos, e independientes pero infantiles (se los llama también generación Peter Pan). Se les acusa, también, de no valorar la cultura del esfuerzo ni de luchar por sus derechos. Además, es la primera generación en España que seguramente vivirá “peor” que sus padres en el plano económico y de bienestar social. La crítica a las generaciones más jóvenes no es nada nuevo, todos la hemos padecido, sin embargo, no recuerdo que ninguna generación anterior recibiera un apelativo tan peyorativo y concluyente. Cabría preguntarse cómo influye en la psique de cualquier joven que busca empleo o acude a una entrevista, verse referido en los medios como un “nini”. ¿Qué esperanzas puede albergar al comprobar que la sociedad como colectivo no lo aprueba?
No me sorprendió leer recientemente en un blog[3] un artículo de un joven que culpaba precisamente a la generación anterior (a la que denominaba generación T, haciendo referencia a aquellos que habían vivido la transición española) de ocupar todos los puestos de poder político y económico, de intentar mantener los derechos sociales de los más mayores a fuerza de recortar los de los más jóvenes y de imponerles a estos una precariedad que impedía la renovación de ideas y la prosperidad de la sociedad en su conjunto.
Es evidente que de tanta agresión la respuesta no puede ser otra que el contraataque. No soy de la opinión de que quien ostentaba el poder político y económico en este país y que forma parte del poder fáctico sean todos los integrantes de la generación T sino un sector muy concreto de la sociedad en su conjunto. La mayor parte de la generación T se ha dedicado a trabajar y criar a sus hijos (entre los que seguramente se encontraría este indignado bloguero) a los que, en ocasiones, debe seguir manteniendo ya entrada la madurez. Sin embargo, el artículo obliga a reflexionar sobre la historia reciente de España donde, en mayor o menor medida, el desempleo juvenil ha sido una constante y donde muchos jóvenes han optado por emigrar para encontrar el primer empleo. La situación no es nueva sino que ésta se ha visto agravada ante una crisis que acentúa todas las tendencias existentes. En la actualidad, muchos de los que emigran no saben si algún día podrán retornar ante la falta de perspectivas de que aumente el empleo. Quizás, pensé, este es el síntoma de una sociedad estancada que no ha incorporado a los más jóvenes para crear nuevas soluciones y definir una nueva sociedad más dinámica. Es posible que se haya valorado más el esfuerzo y la responsabilidad, propios de una sociedad más tradicional, pero que ahora se deba dar paso a una generación más joven poseedora de otros valores. El relevo hacia las generaciones más jóvenes es un paso inevitable pero sería conveniente realizar este traspaso con cierta empatía y apoyo en lugar de dinamitar un camino de por sí no carente de dificultad.


[1] OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos

[2] INE, Instituto Nacional de Estadística español

[3] La Generació T ens ha arruïnat, Josep Sala i Cullell, http://desdelfiord.wordpress.com/2013/11/04/la-generacio-t-ens-ha-arruinat/

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