Por Alejandra Tenaglia
Gentil, dulce, predispuesta, nos
recibió Irma María Lucciarini en su
casa y aceptó la invitación a contarnos un poco, de lo que lleva aprendido en
sus 75 años recién cumplidos (como remarca
coquetamente). Así que aquí la tenemos, abriendo su corazón.
Preséntese
en 3 oraciones, que resuman lo que usted cree que mejor la define.
Soy
una persona simple y muy sensible. Me gustan mucho las manualidades, bordar,
coser y pintar sobre vidrio. Me encantan las flores.
¿Qué
es lo que primero recuerda, cuando piensa en sus padres?
De
mi padre lo que más recuerdo es que estaba siempre trabajando, con mi tío en el
taller o haciendo algunos trabajos del campo.
De
mi madre recuerdo que era muy protectora y me daba mucho amor.
¿Estudió?
¿Recuerda a algún/a maestro/a en especial?
Estudié
hasta 6º grado. Los primeros años me daba clase un maestro rural, se llamaba
Ángel y siempre lo recuerdo. Terminé el colegio en Villada, en la escuela Nº
209 Florencio Ameghino; mi maestra era la señora Irene, una mujer muy dulce que
también recuerdo con cariño.
¿Trabaja
aún?
Mis
trabajos ahora son pasatiempos, hago lo que me gusta: pintar mandalas por
ejemplo, cuidar mis plantas y sigo cosiendo algunas cositas.
¿Qué
trabajos ha hecho?
He trabajado desde muy joven haciendo delantales,
baberitos y algunos bordados a máquina. También ayudé a mi esposo en tareas del
campo, en tiempo de cosecha manejaba el tractor, etc. etc. Ya rondando los 50
años empecé a fabricar ropa de bebés y niños, iba a Rosario a comprar telas,
cortaba las prendas y una chica (Adriana) me las remallaba; trabajé 15 años con
eso.
¿Hay alguno de esos trabajos que, de poder volver el tiempo
atrás, no volvería a hacer?
Volvería a hacer lo mismo, todo lo hice con mucha ilusión
y en cada época fui feliz con el trabajo que hacía.
Si
fuera posible, ¿cambiaría algo de su niñez?
No cambiaría nada de mi niñez, fue todo muy lindo. Vivíamos
en el campo con mis padres, abuelos, tíos, primos y hermanos, tuve una niñez
muy feliz (éramos una familia tipo los Campanelli).
Si
pudiera elegir una habilidad con la que contar a partir de mañana al despertar,
¿cuál sería?
Me gustaría saber conducir un auto muy bien; nunca me gustó
demasiado manejar, dejé un tiempo y ahora a mi edad, es difícil volver a
empezar.
¿Qué
características debe tener una persona para que usted quiera tenerla como
amiga?
Tiene que ser honesta, que no me mienta y tener afinidad con
ella.
¿Hay
algo que mirando hacia atrás se reprocha no haber hecho?
No haber estado más tiempo con mis padres, en sus últimos
años; era el momento que trabajaba mucho, y a uno le parece que los padres van
a ser eternos.
Llorar,
¿sirve?
A
mí me sirve mucho. Cuando estoy angustiada llorar me alivia el dolor, las
lágrimas lavan el alma.
¿Hay
temas con los que no le gusta que se hagan chistes?
No me gustan los chistes cuando hieren a alguien por sus
defectos: “esa gorda”, “ese petiso”.
¿Ha
deseado más de lo que ha tenido o ha tenido más de lo que ha deseado?
He tenido mucho más de lo que deseaba.
¿Qué
es lo que señalaría como un gran logro en su vida?
Haber podido hacer un curso de computación, pasados ya mis 70
años. Para mí la notebook es una ventana abierta al mundo. Lo primero que hice
cuando pude, fue buscar el lugar de donde era mi abuelo, él siempre nombraba la
iglesia donde iba, San Nicolás de Tolentino, cuando pude verla me emocioné
mucho, si bien fue refaccionada aún conserva partes originales. Además me
permite ver las noticias de los diarios y revistas.
¿Cuál
es el momento más difícil que le tocó atravesar?
Fueron varios y sin duda tienen que ver con la pérdida de mis
seres queridos.
Mencione
3 cosas que le gusta hacer.
Andar en bicicleta. Pintar mandalas. Trabajar en el jardín.
¿Qué
la maravilla?
Me maravilla la naturaleza, porque aunque digamos que todo
cambió, en el mes de septiembre las plantas no se olvidan de mostrar sus
primeros brotes y en marzo de darles ese color ocre a sus hojas, para que
después vayan cayendo.
¿A
qué le tiene miedo?
A las enfermedades.
¿Hay
algo en particular que la emocione?
Me emociona mucho la calidez y la inocencia de los niños, la
franqueza que tienen para decir las cosas.
¿Qué
es lo que más le agradece a la vida?
La familia que tengo, que están siempre presentes cuando los
necesito (en las buenas y en las malas).
¿Un
consejo para los más jóvenes?
Que sepan equilibrar estudio, trabajo y diversión; que se
ayuden entre ellos. La juventud es una etapa muy linda de la vida, que la
disfruten, que no la desperdicien con peleas, odios, drogas. Todo pasa muy
rápido.
A
usted, el tiempo, ¿qué le enseñó?
El tiempo me enseñó que
por más años que tengamos, todos los días se aprende algo nuevo.
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