Por Sebastián Muape / sebasmuape@gmail.com
Soy chico, soy niño, soy nene, soy pibe, pibito. Soy
dulce, soy tierno, soy hijo, hermanito. Soy salita de colores, salitas de las
blancas; soy sábanas, peluche, pólar y algodón. Soy los labios rojos de mamá,
los brazos peludos de papá. Soy semilla, mejilla, arrumaco, soy vida. Soy
planeta, galaxia, cometa, asteroide. Soy cuentos, dibujitos, hamacas y pelotero.
Soy el viejito, la boina del viejito y las palomas, soy las miguitas. Soy la
play y el sonajero. Soy un castillo entero. Soy helado, tobogán y arenero. Soy
el sol, la nieve, soy nube y aguacero. Soy un grillo, alguacil, mariposa y
gorrión. Soy bichito, torcaza, gallo y león. Soy un león. Soy todos los leones.
Soy los tiburones, todos los tiburones. Soy los océanos, el deshielo, soy
represa, soy la playa tibia y el río enojado y saltarín de las pendientes. Soy
los pies de los veraneantes, soy un bosque virgen, soy un caminante. Soy lo que
quiero, soy eso. Soy Batman, Thor, soy Goku, soy el hombre de acero, el nene de
acero. Soy Chicho, soy Stéfano, soy el mismo; el de acero. Soy el que tiene
huevos. Soy dios, el dios valedero, el que pisa, el que mira, el que llora. Soy
el dios que siente, el que sonríe, el que abraza, el que lucha, el valiente.
Soy un guerrero, tengo espada, adarga, cimitarra, escudo y caballo negro. Tengo
caballo compañero, soy un conquistador de almas, el pirata de tus veleros, el
invasor risueño de tus sueños, un ocupa de tus pensamientos. Si me mirás, sonreíme.
Nada de reflexivos ni serios. Subite a mi risa, volá en mi flequillo, nadá en
mis oyuelos. Si venís, descansá en mi pecho, trepá por mi cuello y dormí en mi
pelo. Abrime la ventana que soy el viento. Yo te muestro el
nido de mi amigo, el cóndor. Yo soy ave de montaña, soy cría de águila, soy la
estrella fugaz que parte el cielo. Soy agua pura, soy agua helada, soy agua de
mil glaciares, soy agua antigua; eso. Soy indispensable. Soy los tres deseos,
un millón de deseos. Yo soy tus deseos, bailo en tus oraciones, duermo en tus
rezos. Soy rocío en la madrugada, soy el último bondi, carambola a tres bandas,
soy el lento esperado, soy el ancho de espadas. Yo te abrazo, te creo, te
elevo, te sublevo, te traigo y te llevo. Te beso, te abrigo, te tengo, te
libero. Subime el volumen que soy el tango, cantame de pie que soy el himno,
tarareame; canción de cuna, canción de cuna en silencios. Soy las brasas de tu
hogar, soy la manta en ventisqueros, soy ocaso en el palmar, soy un poema
verdadero. Soy una copa de tinto, soy un maestro severo, soy la borra de tu
taza, el pan tibio y el invierno. Soy las circunstancias, el ida y vuelta, el
traqueteo. Soy el 10 del equipo, yo la paro y juego. Llevo la cinta, la magia,
el banderín y el trofeo. Yo soy el trofeo, todos los trofeos. Yo soy el podio,
la bandera a cuadros, donde mueren los lamentos. Soy mis amigos de las redes y
todos sus besos. Soy 18.500. Soy el centro de mesa, el vals, soy el escenario
pintoresco. Soy un teatro itinerante, una calesita de barrio, un carnaval de
club, de los de antaño. Soy el aro encendido, soy el equilibrista primero. Soy
el mago y el conejo. Soy un domador de recuerdos. Llevo una flor en mi ojal, me
paro bajo el farol, soy un guapo ancestral, soy un laburante de puerto. Soy un
brote natural, soy el vientre y soy el pecho, soy el polen de papá, soy la
almohada y soy el lecho. Soy una mirada universal, soy la sonrisa vital y la
ofrenda terrenal. Yo soy Chicho Grosso, el gigante pequeño; yo regalo valor.
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