La solidaridad - Agosto 1º




Se diferencia de la caridad, en cuanto no implica dar lo que nos sobra sino aquello que el otro necesita, en la medida de mis posibilidades e incluso yendo más allá de las mismas. Y aquí viene la parte que el capitalismo ha pretendido borrar, sin lograrlo del todo: se actúa de ese modo sin esperar nada a cambio. Aunque, como verán, el solidario recibe siempre, mucho más de lo que da.



Por Alejandra Tenaglia

UN REFUGIO PARA EL ALMA

FLAMANTE FUNDACIÓN

“Mimos al Alma” es una fundación que abrió sus puertas el 1 de agosto, dispuesta a recibir allí a todo aquel que necesite ayuda debido a alguna situación difícil que se encuentre atravesando, como también a quienes quieran simplemente aprovechar los talleres o escapar a la soledad y reunirse con pares, forjando vínculos que en el intercambio, van tramando algo que posiblemente, podría salvarnos de la mayoría de los males: la solidaridad. De 0 años en adelante, están todos invitados.

Zunilda Tessio, docente jubilada, “la abuela Zuni”, como todos la conocen, fue la ideóloga de “Mimos al Alma”, la fundación que abrió sus puertas en 9 de Julio 1941 de esta localidad, luego de 2 años de trabajo. Ella nos narra: “Todo el mundo sabe mi dolor, mi hija falleció hace 3 años, en 7 días, por una enfermedad terminal. Costó mucho, pero con mi psicóloga y mis compañeros del partido (Socialista), aprendí a revertir el dolor en amor. Primero comencé con el roperito y alumnos particulares, y me empecé a sentir gratificada. Yo sola me decía: qué mimo me dieron hoy… Y después vino la pregunta, ¿mimos? Sí, mimos al alma, y ahí quedó el nombre. Empecé a pensar que hay mucha gente que está igual que yo, y no tenemos dónde hablar ni con quién, por eso formé este grupo, que es una asociación civil sin fines de lucro, subvencionada por la provincia”.
Forman parte de este emprendimiento, entre otros: Estela Dutto, Verónica Collado, Cecilia Di Rino, Lisandro Dalmagro, Carlitos Vitali, Pilar Encalado y Nori Lorenzetti.
“El hecho es tener un lugar donde haya varias actividades. Todas vamos a decir lo que nos duele, hasta que podamos terminar de armarnos”; afirma Zuni.

Actividades y talleres
“Va a haber danza terapia, el club de la risa, vamos a tratar de armar un grupo de teatro, grupos de artesanías, y todo lo que la gente nos pida. Nosotras ya tenemos diagramados algunos talleres, por ejemplo, en el grupo de apoyo va a estar Mayra (Tassello, psicóloga), danza terapia voy a dar yo que soy profesora de danza, ahí cada uno hace los movimientos que quiere y que puede, porque sobre todo en el caso del sedentarismo, cuesta mucho mover el esqueleto. Y a lo mejor, no sé si este fin de año, pero para mitad del año que viene podemos armar una coreografía… Igualmente no va a ser un lugar donde la gente vaya a la clase de tal o cual cosa y se vaya, queremos que la gente lo sienta como propio, un refugio para el alma”.
También se van a realizar actividades relacionadas con las adicciones. “Estando en el roperito escuché las necesidades y problemas que tienen las familias, y por eso decidimos darle también un espacio a este tema. Esos talleres y profesionales los va a mandar la provincia, porque tiene que ser gente muy especializada. Nosotros vamos a hacer un seguimiento. Por supuesto que no vamos a seguir a la gente, sino que, cuando se acerquen, les vamos a dar todo el amor y el apoyo como para que sigan yendo, tanto a la persona que lo sufre como a la familia. Porque es un problema familiar, no es sólo del chico o del jovencito”.

Ambiciones
“La idea es armar una red –yo vuelo alto- que se pueda hacer en todos los pueblos, empezamos acá en Chabás porque lo necesitamos. No hay un lugar donde podamos juntarnos para hablar. La gente se tiene que trasladar o quedarse encerrada en su casa. Y lo que no queremos es eso. La casa te chupa, y te cuesta mucho salir después. Entonces, estando con gente que tiene el mismo problema, vamos a ir a cenar, a festejar los cumpleaños, a hacer desfiles para divertirnos; necesitamos la risa, la risa cura el alma”.

La casita
Estela Dutto, presente en la entrevista, nos cuenta: “Yo pienso ayudar a Zuni en todo lo que más se pueda. A mí me faltaron los dos hijos y yo ya me había tirado en la cama, no me podía levantar. Ella me sacó del pozo. Esto es para mí como empezar a vivir de nuevo. Es otro sueño. Me siento más animada, con ganas de andar, de salir. Porque no es fácil estar en una casa donde había 4 personas y de golpe quedaron 2…”
Zuni y su grupo no sólo lograron que Estela salga de su casa sino que además la pusieron a trabajar. Ella recibirá la gente en la Fundación, en principio sólo por la mañana. “No veo la hora de ir, abrir esa casa y sentir que hago algo para la vida, para mí vida, para la de ellos que me ponen ahí y para el que vaya; para el que lo necesite”; afirma Estela.
Zuni agrega: “El que quiera puede ir, no sólo a participar de un taller, sino a acercar una idea, a decirnos ‘se me ocurrió tal cosa o se puede hacer tal otra’, nosotros recibimos todo y vemos si lo podemos desarrollar. Acá no hay negocio ni dinero ni intereses en el medio, el único interés que yo tengo es que puedan revertir su dolor en amor, tenemos que seguir viviendo y hacerlo de la mejor manera posible”.
La casita, como ellas la llaman, estará abierta de lunes a sábados. Los domingos habrá grupos, jugarán al chinchón, etc. “Porque los domingos son terribles para el que no está bien. También queremos que sea un lugar para la tercera edad, donde la gente grande pueda ir a compartir un rato”. Lo ha dicho Zuni, y su compañera Estela y Nori Lorenzetti que ha llegado después, asienten sonrientes.

Valor de la cuota mensual: $30.
Dirección: 9 de Julio 1941.
Teléfono: 03464 15527328 (Zuni).
 Abierto a todas las edades.



EN SUS VACACIONES, A MISIONAR

CHACO

El grupo misionero “5 panes y 2 pescados” viajó a Chaco. Recorrer parajes en medio del monte, visitar a los lugareños, advertir sus necesidades y el modo de ayudarlos, son algunas de las tareas que realizan, además del principal objetivo religioso que guía la misión. Muchos de los misioneros son estudiantes o trabajadores que utilizaron sus vacaciones escolares o laborales para ir allí, donde las carencias abundan, las condiciones de vida son precarias, y el descanso no constituye la trama diaria. Aquí la trama que los une, moviliza y obtiene resultados, es sin dudas la solidaridad.

El grupo, características
Salieron de Chabás el viernes 12 de julio y volvieron el 19 del mismo mes. Aldana Sperka, nuestra entrevistada, nos relata: “Este año el grupo tuvo dos particularidades, una que estuvo conformado por varios adolescentes, chicos de 18 años (dos alumnos de la Escuela 222 y dos de la Técnica); querían ir más pero no había vehículos. Y se sumaron siete adolescentes de Miraflores, o sea que el grupo terminó teniendo 11 adolescentes y 7 adultos. La otra particularidad es que fuimos recibidos por dos hermanitas nuevas, lo que implicó una nueva metodología de trabajo. Ellas querían que lleguemos a la mayor cantidad de parajes que podamos, entonces fue más intenso, antes era más centralizado, en uno o dos parajes. O sea que esas serían las dos características de este viaje: la conformación del grupo, con muchos adolescentes; y el modo de trabajo”.
Viajaron además de Aldana, Joel Reynoso, Pablo Anganova, Marianela Gómez, Genara Torelli, Facundo Gómez, Horacio Osso, María Elena Vilchez, Fernando Riva, Silvina Rosetti (Sanford) y el Padre Huego Minielo. Pusieron sus vehículos: Horacio, como siempre lo hace; Fernando, que se incorporó este año; y Aldana. 17 horas de viaje, 1100 km.

El lugar, cambios
Pararon nuevamente en Las Hacheras, pero esta vez misionaron en Los Rosales, Quebracho, Campo La China, Paso de la Cruz, La Gringa, etc.
Aldana cuenta los cambios que advirtió: “En Las Hacheras hay una salita de primeros auxilios, que la han mejorado; por ejemplo ahora tiene una sala de internación, pero no tiene médico… Otra cosa nueva que vi fue un camión blindado, ahí en medio del monte, decía Nuevo Banco de la Provincia del Chaco, ¿sabés qué era?, un Banco móvil que va por los distintos parajes, ahí cobran los subsidios, jubilaciones y pensiones, pagan los servicios…”
Además: “Pudieron tramitar a través de la municipalidad tanques de agua de 1500 litros, o sea, como los nuestros pero más grandes -lo dejan por ahí, no es que lo instalan como hacemos nosotros-, entonces cuando va el camión, los llena, porque sufren mucha la sequía”.
Motos y celulares: “Los primeros años que fuimos, todos tenían bicicleta. Ahora todos tienen una moto, una por familia, pero vi una en casi todas las casas. Entonces pueden ir a Miraflores y muchas veces se enteran así de las cosas. Por ejemplo, cuando les preguntamos si conocían al Papa, algunos decían: ‘Sí, cuando fui a Miraflores lo vi por la tele’. De las casas que visitamos, debo haber visto dos con televisores, pero casi no los usan, porque les gasta toda la batería de la pantalla solar... Pusieron una antena de telefonía celular, entonces pasó que llegábamos a las casas y veíamos algo colgado en uno u otro lado, ya en la tercera casa nos llamó la atención y preguntamos, eran los celulares, les hacen como una bandolerita, buscan el lugar donde hay señal y ahí lo cuelgan, el lugar puede ser incluso una rama de un árbol allá arriba…”
“La gente sigue muriendo de mal de chagas, tuberculosis, incluso sin saber que mueren de eso… El tema es que trasladarse, no es sencillo. A lo mejor tienen que ir 2 o 3 días a hacer dedo al camino para que alguien los lleve hasta donde los atiendan…”

El chaqueño del monte
El chaqueño que se va a “probar suerte”, lo hace a Buenos Aires, pero casi todos vuelven. “Los miembros de una familia se van asentando cerca, acá los padres, un poco más allá un hijo con su familia, otro poco más allá otro hijo… Las casas son precarias, de barro, sin aberturas, con techo de paja o también de barro. Muy pocas son de ladrillo o con techo de chapa”.
Viven de la crianza de animales: cabras, chanchos y vacas. Reciben subsidios, aunque no todos, y algún hombre se va por unos días a trabajar afuera.
“Son muy tranquilos; están como acostumbrados a esperar algo del que va, creo que, lamentablemente, todos nosotros, la sociedad, los acostumbramos a eso. Son muy callados también, podés entablar una conversación, pero no algo fluido; y los tobas sobre todo, son muy muy cerrados, desconfiados, y económicamente los más carenciados”.

La visita, es la misión
“Lo característico de la visita es llevarles la palabra de Dios. La otra característica es la visita en sí: ir a la casa, charlar con las familias y tratar de establecer una relación amistosa. Porque es cierto que van muchos grupos a ayudar, pero en general lo que se hace es llegar con un camión repleto de cosas, y repartir. Lo que nosotros hacemos es sentarnos, preguntarles qué es de su vida, cómo está conformada su familia, la gente grande te cuenta el porqué de los nombres de los parajes, y a lo mejor pasás una hora en cada casa… Uno lleva, pero se trae, eso es 2 + 2. Para uno es un crecimiento, te muestra una realidad diferente, con otras necesidades, muchas veces extremas; además el hecho de convivir una semana con el grupo, organizarse para limpiar, cocinar, etc., trabajar en equipo… Igual siempre tengo ganas de volver, o cuando estoy allá pienso ‘ay, ya se termina’…
Llevaron un camión con alimentos, ropa, bicicletas, máquinas de coser, mesas y sillas. “Eso se lo entregamos a las hermanitas, ellas distribuyen. Nosotros queríamos que disocien eso de misionero/camión, nos llevó un par de años, pero logramos que nos reciban por la visita en sí, no porque les llevemos algo… Yo creo que lo mejor que puedo aportarles es mi amistad, el hecho de ‘yo voy a visitarte a vos’.”
Es el octavo año que Aldana misiona (5 a Chaco, 1 Bariloche, 1 Catamarca, 1 Jujuy); usa para ello los días de vacaciones que tiene en su trabajo, como probablemente lo han hecho los otros adultos que viajaron; los adolescentes aprovecharon el período de receso escolar invernal. Saque usted sus conclusiones, yo llamo a esto: solidaridad.

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