Gente corriente VII - Agosto 2º



MIRANDO DE FRENTE AL EGO

Por Ana Guerberof
ana.guerberof@gmail.com

Desde España
Mariona Costa es barcelonesa y licenciada en filosofía. Dejó la edición de libros para dedicarse a su gran pasión: el yoga. Comenzó hace 11 años y desde el principio sintió que la práctica se complementaba con ella en un aspecto tanto físico como espiritual. Mariona acaba de abrir, junto a otros compañeros, el centro de yoga Yogaia (http://www.yogaiabcn.org). Cuenta que todo desde su concepción a su realización ha sido un regalo. A veces todo confluye para cumplir nuestros sueños. Mariona es una mujer menuda y de aspecto atlético, pero lo que más llama la atención es su amplia y constante sonrisa, ofrece sus clases con una inmensa alegría. Nos sentamos una tarde de verano en su nuevo centro y, mientras que explica a una amiga qué tipo de esterilla le iría mejor, responde a mis preguntas entre saludos y bienvenidas a sus alumnos que se preparan para la práctica.
¿Cuándo y por qué comenzaste con el yoga?
A los 24 años mi médico me dijo que el yoga me iría bien. Fui a una clase pero me pareció demasiado formal. Todos debían ir de blanco y parecían muy estrictos. No me gustó. Pero hace 11 años, en el gimnasio donde iba cambiaron mi clase por una de yoga. Sentí que era algo transformador.
¿Crees que se necesita alguna predisposición física?
Con la práctica llegarás a mejorar desde el lugar donde estás. Yoga es un camino, un proceso para alcanzar el bienestar. Lo que ocurre es que si el cuerpo es muy rígido, la persona puede desmotivarse. También ocurre si es demasiado flexible y no está centrada en las posturas, te costará más integrarlas y alcanzar determinados niveles. El camino es distinto para cada uno. En la práctica de asanas (posturas), no se trata de tener más o menos flexibilidad sino que es la medicina del cuerpo, te proporciona salud. Cualquier postura, a cualquier nivel, te da beneficios aunque a veces cueste entenderlo.
¿Hasta qué punto crees que el aumento en la práctica de yoga se debe a formar personas más sumisas ante los crecientes problemas sociales?
No, se trata de todo lo contrario. Precisamente el yoga es un camino de maduración que lleva hacia la autorrealización suprema del ser. Llegar a conocerte. Por eso, no te dejas llevar por las presiones sociales sino que te ofrece una vía para encontrarte y abrirte a los demás con conciencia. El yoga te convierte en una persona creativa y libre para opinar por ti misma.
¿En qué ha cambiado tu vida?
Mi entorno siempre fue un entorno feliz y en paz, por eso los principios del yoga, Yamas y Niyamas, no me resultaban extraños, designan una ética de vida que te ayuda a mantener un equilibrio. Me he ido adentrando en los conocimientos del Yoga y en la práctica, he ido perdiendo los deseos compulsivos, los miedos, y los enfados. Ello me ha ayudado a sentirme feliz sin aferrarme a las cosas y personas.
Igual que en el aspecto físico tienes que partir desde donde estás ¿en el aspecto espiritual se parte también de realidades muy distintas?
SÍ, a algunas personas les costará más que a otras, partirán de un mundo interior distinto. Pero el yoga te ayuda a mantenerte en un estado de armonía pase lo que pase en la vida. En los momentos duros te permite volver a ese estado de equilibrio.
¿Crees que la práctica del yoga debe ir acompañada de una alimentación especial o modo de vida?
La práctica te va llevando a cuidarte, a comer más sano, por el tipo de energía que tienes y que deseas obtener. También, sin darte cuenta, vas cambiando y adquieres más compasión, por ejemplo con respecto a los animales.
¿Eres vegetariana?
Sí. Sencillamente te das cuenta que un animal se mueve en una vibración muy similar a la nuestra y vas modificando tus hábitos.
Se habla de suprimir el ego ¿es posible?
El yoga no es para uno mismo sino que es un instrumento para cambiar la relación con los otros, ofrecer a los otros y darse. Andrei Ram, nuestro maestro, dice que si al ego lo miras de frente, lo desgastas, y que al enfrentarte te vas acercando más a tu objetivo, a un estado de plenitud.
¿Qué le dirías a una persona que se inicia en la práctica del yoga?
Se precisa una escucha atenta: cómo me encuentro ahora, mi cuerpo, mis emociones. Se necesita paciencia. Escuchas, respiras y quitas tensión. En realidad eres como un árbol adulto que está plantado en unas raíces sólidas pero con diferentes ramas que has de cuidar para alcanzar el bienestar y la alegría.

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