Laburantes / Alcides D' Amato - Septiembre 2º



De a uno – De a pocos – De a muchos

Tiene 78 años y gran sentido del humor. La empresa que dirige lleva su apellido, referimos a D’ Amato Mesadas y su alma mater, Alcides Edgard D’Amato, quien hasta patentó un material nuevo al que llamó mármol sintético. Las 44 primaveras en el rubro, más su pasión por el trabajo, lo convierten en protagonista de esta sección que hemos dado en llamar, LABURANTES.

¿En qué consiste su rutina de trabajo?
A las siete y media de la mañana empieza mi jornada de trabajo, que es todo lo concerniente a pasar los pedidos de mesadas para la fabricación, el control de los mismos y verificar el stock de los materiales para pedirlos con anticipación, ya que todo se trae desde Buenos Aires.
Cuando comenzó con el presente trabajo, ¿tuvo la posibilidad de elegir entre este y otro/s? ¿Por qué eligió éste?
Mi comienzo fue con mi padre y mi hermano Roberto en la fabricación de mosaicos, tanques australianos, bebederos para haciendas, etc., y además venta de materiales para la construcción. Nos instalamos en Chabás (vinimos desde Los Quirquinchos) en el año 1942. En el año 1967 fui experimentando el asunto del plástico, y cuando descubrí que podía hacer un material nuevo -al que llamé mármol sintético- y me di cuenta que daba buenos resultados, lo patenté por 12 años y me aparté de la fábrica anterior para dedicarme de lleno a las mesadas, con mi hermano. Yo fabricaba con un ayudante y Roberto salía a vender por el país. Nos costó bastante imponer las mesadas ya que eran de un material desconocido  en Argentina, pero tuvimos suerte, de a poco se fue conociendo, dándole garantías y seguridad a los comerciantes, de la bondad del producto.
Cuando era chico, ¿qué soñaba con ser o hacer de grande?
Cuando era chico soñaba con ser aviador, ser piloto de grandes aviones, pero se me dio de muy grande poder cumplirlo y no llegué más que a aviones chicos. Pude hacerlo durante 20 años, así que en parte cumplí mi sueño, además de correr en karting, motos y autos, en rally y circuito, pero eso por el año 1966-67-68-69.
¿Cuál es el motor que lo pone en movimiento cada mañana, para salir a trabajar?
Lo que me impulsa cada mañana es poder seguir manejando la fábrica, de la cual ahora es titular Edy, mi único hijo; así que en conjunto llevamos adelante (a pesar de todos los inconvenientes), nuestra humilde fábrica a la que podemos llamar “familiar”, ya que Edy se dedica a la entrega y venta en las distintas ciudades, y mi actual señora, Patricia, y yo, estamos en la administración, fabricación y control.
¿Qué siente que aporta con su trabajo?
Todavía me siento útil, no sé qué pensarán los demás...
Además de un sueldo, ¿qué le aportó su trabajo?
Me aportó muchas satisfacciones y también contratiempos, pero siempre se pudieron superar, hasta el momento.
¿Sin qué objetos se siente “desarmado” a la hora de ir a trabajar?
Computadora y anteojos.
¿Qué lo preocupa?
Un poco me preocupa el futuro del país y el de mi familia, cuando yo no esté, porque estoy un poco fuera de edad. En lo demás, mi objetivo estaría cumplido.
¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?
Poder ir todos los días a la fábrica, como hasta ahora, ya que a mí me gusta más hacer que decir. Disfruto de ver todo en marcha como siempre, a pesar de mis errores.
¿Qué es lo que menos le gusta de su trabajo?
Me gusta todo.
¿Qué cosas lo enojan?
La irresponsabilidad de la gente que no cumple con lo prometido, eso me pone mal porque yo pienso distinto, fui educado de otra manera.
¿Le teme a algo? ¿A qué?
Derivado del trabajo, no le temo a nada.
¿Tiene alguna frase de cabecera?
Sí, les reitero siempre a los empleados que trabajen tranquilos, sin apuro para no cometer errores.
¿Cuándo le gustaría “bajarle la persiana” al trabajo?
Nunca mientras pueda y me sienta capacitado. Cuando no lo esté, habrá alguno que me suceda y yo me haré a un lado.
¿Qué le gustaría hacer en ese tiempo que le quedaría disponible?
Seguir con lo mismo y ver qué se puede mejorar, además de poder viajar por mis propios medios y conocer lugares nuevos, si es que estoy como ahora en condiciones de poder hacerlo.
¿Qué es la vida?
La vida para mí fue y es maravillosa, creo que fui un afortunado en todo lo que viví y estoy viviendo. Tengo a mi hijo, mi señora, mis dos nietos (Victorio y Renata). Trabajé desde muy chico junto a mis padres, fui camionero mucho tiempo, innovaba moldes de cemento para los tanques australianos y piletas de natación, ya que no pude estudiar más de 2 años de comercial. Pero me siento orgulloso de lo que aprendí de mis padres. Lo principal ha sido la responsabilidad y la honestidad. Y si alguna vez cometí errores (que deben ser muchos), fueron involuntarios, por falta de experiencia en lo que pretendía hacer, o por querer hacer más de lo debido.

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