A
PURO CLÁSICO
Por
Carlos Bonino
carlosgbonino@gmail.com
El
domingo siete de abril, el tibio sol de otoño dio un marco ideal para que mil quinientas
personas presenciaran un emocionante empate en tres entre Atlético y Huracán de
Chabás, en la cancha del León.
Un
colega, con quien compartí la cabina, no paraba de decir: “para el que lo ve de
afuera, sin pasión, esto es espectacular”. Y fue así. También creo que las dos
hinchadas luego de un par de horas, y con el corazón en sus pulsaciones
normales, habrán pensado que lo que hizo su equipo fue muy bueno.
Me
voy a apartar un rato del campo de juego, para hablar de lo que se veía en la
tribuna. Lo obvio y más visible fueron las dos recepciones, el colorido del
humo, las bombas explotando en el aire y los miles de papelitos que hacían
recordar a Clemente y su arenga en el mundial 78. Pero eso no es todo. En una
época donde escuchamos en los medios nacionales que la familia ya no puede ir a
la cancha, acá en Chabás, las madres entraban al estadio con el canasto matero
y un recipiente con torta. Los chicos, con la camiseta correspondiente, jugaban
detrás del alambrado con los papelitos que forraban el suelo, y todos alentaban
a su equipo.
Volvamos
al rectángulo de juego, que para ver lo que pasaba ahí se armó la fiesta. Una
de las cosas más maravillosas del fútbol es la imprevisibilidad. La realidad es
que antes del partido no sabemos nada de lo que va a pasar. Podemos hacer
especulaciones, pronósticos, pero no son más que palabras vacías. El dicho dice:
“los de afuera son de palo”, y en fútbol esa máxima se cumple siempre.
Para
nuestro disfrute, el partido nos fue sorprendiendo y entregando emociones
constantemente en su desarrollo. Los primeros cinco minutos fueron favorables
al León, con un Huracán que parecía haber entrado desconcentrado al partido.
Pero en la primera aproximación zapatuda, a los siete minutos llega el gol de
Iturralde, con una defensa parada que
permitió que le hagan una pared dentro de su área. A partir de ese momento y
durante unos ocho minutos, Huracán dominó muy claramente el partido, sobre todo
desde su lado izquierdo, que no encontraba oposición en la mitad de la cancha.
Pero
de a poco, y basados en la inteligencia de Garello y el despliegue con capacidad
de quite de Forconi, el León comenzó a encaminarse al empate. Fueron un par de
situaciones, con travesaño incluido, que dieron la sensación de paridad. Hasta
que a los 23’ del primer tiempo, con un tiro libre de cuarenta metros, Medina
con complicidad indeseada del arquero, puso el empate en uno.
Durante
los siguientes cinco minutos, el juego se emparejó y no se crearon mayores
situaciones. Hasta que, en el minuto veintinueve del partido, el volante
central de Chabás, Forconi, pone la pelota en el ángulo luego de un par de
rebotes en el área.
El
descanso se fue acercando con un Huracán que mostró una leve mejoría, más
explicable desde los defectos del León que por méritos propios.
El
entretiempo trajo nubes de otoño. Al comenzar la segunda etapa y durante casi
treinta minutos, los equipos parecieron haberse mimetizado con la nueva
condición meteorológica y jugaron un partido gris. Pero este clásico nos iba a
seguir sorprendiendo. A los 29’ del
complemento, se confirmó unas de las máximas del fútbol: dos toques en
el área, es gol. Fue Celman el responsable de poner a los pibes laguneros 3-1.
Cuando
todo parecía encaminarse a una victoria local, luego de una jugada sin mayor
peligro y a dos minutos del gol del León, una mano adentro del área es
sancionada penal por Nieva. Marinozzi fue el responsable de volver a poner al Zapatudo
a tiro del empate.
A
falta de doce minutos para el final, la hinchada de Huracán arroja una serie de
objetos al árbitro, y se produce una escaramuza entre jugadores de ambos
equipos. El saldo: la expulsión de Maneyro (C.A.H.) y Medina (C.A.Ch.).
Luego
de siete minutos de parate, se reanuda el encuentro. De a poco y sacando
ventaja de la ausencia del lateral derecho expulsado, Huracán se fue acercando
al arco de Barbante. El árbitro adicionó nueve minutos, y a los 49 luego de una
asistencia de Marinozzi, fue Falleroni el responsable de marcar la paridad
definitiva en el resultado.
Las
sensaciones finales, fueron parejas. Los Leones, llegaron de punto y casi se
llevan un triunfo ante uno de los candidatos al título. Por el lado del Globo,
el empate los aleja de la punta, pero luego de ir perdiendo 3-1 lograr llevarse
un punto de visitante, no está nada mal.
De
ahora en más, llega la hora de volver a pensar en el campeonato de quince
equipos, olvidándose de los vecinos por unos meses. Los Zapatudos, tratarán de
no perder el tren que comandan Alumni y Aprendices. Por el lado Lagunero, será
el turno de tratar de sumar puntos, esperar los refuerzos y pelear por entrar
en los play off.
¿Qué
más se le puede pedir a un domingo? Los chabasenses tuvimos sol, humo de
colores, música de bombas y bombos, familias en la cancha y goles, muchos
goles.
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