NOMBRAMIENTO Y REPERCUSIONES
Por Alejandra
Tenaglia
Por primera vez ocupa
el sillón papal, un argentino. Elegido el 13 de marzo, Jorge Mario Bergoglio
tiene ya un lugar asegurado en los manuales de historia, al convertirse en la
máxima autoridad de la Iglesia Católica, cuya sede se encuentra Roma. Su labor
en los días por venir determinará lo que esos libros de historia, puedan en el
futuro contar. Por lo pronto, veamos de quién estamos hablando y cómo se vivió
este nombramiento por personas pertenecientes a distintas religiones o incluso
a ninguna.
Datos y números
Nacido el 17 de
diciembre de 1936 en Flores, Jorge Mario Bergoglio fue ordenado sacerdote el 13
de diciembre de 1969. Fue consagrado obispo auxiliar, luego coadjutor y
finalmente obispo. En el 2001 lo nombraron Cardenal. Fue dos veces presidente
de la Conferencia Episcopal Argentina y formó parte del cónclave de 2005 al
fallecer Juan Pablo II, quedando, al parecer, segundo en la votación que coronó
a Joseph Ratzinger como Benedicto XVI.
Con el nombre de
“Francisco”, Bergoglio es el Papa Nº 266, surgido de la quinta votación
efectuada el 13 de marzo, esto es, al segundo día de cónclave.
Es el segundo hispano
que se ha convertido en máxima autoridad de la Iglesia Católica (el primero fue
Alejandro VI, 1492-1503), siendo también el segundo no europeo después del
sirio Gregorio III (731-741). Sí es el primer americano en llegar allí y el
primero perteneciente a la Compañía de Jesús.
Tiene 76 años y un trabajo que, de no renunciar como ha hecho su antecesor, se extiende hasta su muerte.
Para cerrar, nos quedamos con el deseo expresado por el Papa Francisco:
“querría una Iglesia pobre y para los pobres”. Qué bueno sería para todos, que
eso pueda convertirse en una tangible realidad.
Hugo
Minielo / Sacerdote
¿Cómo
vivió el nombramiento de Bergoglio como Papa?
La verdad es que no me lo esperaba para nada.
Creo que casi nadie se lo esperaba, excepto Dios y los cardenales que
participaron del cónclave. Todavía hoy me parece mentira que el Papa sea
argentino. Ahora, sin embargo, que lo voy conociendo, me parece que es el Papa
que todos esperábamos. Es extraordinaria la buena aceptación de parte de la
gente y el clima de alegría, orgullo y esperanza que ha generado en el pueblo
argentino. Ojalá tengamos Papa para rato: que nos ilumine, nos haga más
humildes y más unidos.
¿Qué
significa que el Papa sea jesuita?
Los sacerdotes y los obispos pueden ser
diocesanos, como es mi caso, o religiosos. Los religiosos son los que
pertenecen a una orden o congregación, por ejemplo: los franciscanos, los
benedictinos, los mercedarios, los dominicos; y cada una de ellas tiene un
fundador y un carisma particular.
Los diocesanos somos los que pertenecemos a
una diócesis y tenemos como superior al obispo.
A lo largo de la historia hubo Papas
benedictinos, dominicos y franciscanos; Bergoglio es el primer Papa jesuita, o
sea, perteneciente a la Compañía de Jesús, que es la congregación fundada por
el vasco san Ignacio de Loyola en 1534. Aquí, en nuestro país, los jesuitas son
muy conocidos por las famosas misiones entre los indios guaraníes. Tienen gran
competencia en el plano universitario y educativo en general y son muy
conocidos por predicar retiros. Bueno, todo esto lo lleva consigo el Papa
Francisco en su formación y en su espiritualidad, pero él ahora es el obispo de
Roma, el sucesor de los apóstoles Pedro y Pablo y –usando la terminología
acuñada por el papa san Gregorio Magno- el servidor de los servidores de Dios
(“Servus servorum Dei”).
Y USTED, ¿CÓMO LO VIVIÓ?
PENSAMIENTOS,
SENTIRES, EXPECTATIVAS
Isabel
Monasterolo
Católica
Practicante
Sentí una gran emoción y la vez incredulidad,
¡nadie esperaba semejante regalo! Fijate que ni él, ya que se despidió de sus
conocidos diciendo “hasta la vuelta”.
Yo comparto lo que dijo su hermana, la Iglesia
somos todos y debemos colaborar.
Los cambios van a ser muchos y lentos, hay
muchísimas cosas que cambiar. ¡Tengo mucha esperanza!
Mariana
Herrera
Centro
Cristiano Familiar - Pastor Juan Carlos Figueroa
Me alegra saber que fue elegido para el
mandato de Papa un hombre argentino, con lo que eso significa.
Su elección y su llegada generó en todos una
revolución, porque no había quien no lo nombrara en estos días.
Creo que cuando un ser humano es auténtico y
tiene humildad (que no tiene que ver con ser pobre, sino con conservar siempre
los valores que hacen a una persona, como la solidaridad, el respeto, el amor
al prójimo), genera adhesión.
Todos tendríamos que unirnos para seguir
luchando por un mundo mejor, desde el lugar que nos toque.
Elizabeth
Sternari
Espiritualista
Desde el sentimiento nacionalista, considero
que en la Argentina tenemos grandes valores, y esto una vez más quedó
demostrado.
Desde lo religioso, me parece que tiene
carisma y grandes valores, no soy una entendida en el tema, pero creo que todo
líder o dirigente necesita de ambos para ser creíble.
Y desde lo personal, Dios quiera que encuentre
eco y apoyo y pueda cumplir con algunas cosas que considera fundamentales, como
la humildad y el amor al prójimo.
Mercedes
Hernández de Orozco
Católica
semi practicante
Sentí una gran alegría con su nombramiento y
la verdad que mucho no me sorprendió porque lo esperaba. Todo lo que escuché
hablar sobre él y lo que ahora escuché que él mismo dijo, me parece muy bueno.
Yo lo que digo es que la gente lo apura mucho, que tenés que hacer esto y lo otro,
pero por más que quiera, no puede hacer todo de golpe, necesita tiempo.
Yo creo que algunos cambios podrá hacer, no
mucho, porque en realidad estamos en todos lados igual, en todo el mundo hay
cosas que andan mal, entonces creo que algunas cosas logrará cambiar y otras
lamentablemente, no…
Estuve mirando bastante todo lo que fueron
dando por tele, y vi cuando el Papa se encontró con la Presidenta. La vi muy
cambiada, muy atenta, no sargenta. Ojo, yo la quiero a la presidenta, pero con
el Papa vi que incluso ella estaba cambiada, con otros modos.
Carlos
Montenaro
Publicador
de Testigo de Jehová
Nosotros no opinamos sobre eso. Tenemos un
esclavo fiel y discreto que es quien opina sobre otras religiones. Nosotros nos
llevamos por lo que dice la Biblia, que no hay que juzgar a quienes estén fuera
de la congregación nuestra. La Biblia dice que el único cabeza de la
congregación es Jesús, no es ningún ser humano. Solamente se puede nombrar un
director que organice, un esclavo fiel y discreto que fue nombrado en 1914 para
que dé el alimento espiritual apropiado, que viene a ser una organización de
ungidos, 144.000 personas. Se empezó a elegir en el año 33 de la era común,
después de que Jesús fue resucitado, se derramó Espíritu Santo y ahí se nombró
ese cuerpo gobernante. Es un cuerpo gobernante que representa a Dios en la
Tierra. Pero el único cabeza de la congregación es Jesucristo.
Nosotros no escuchamos esas otras cosas que
suceden, porque son personas que pueden afectar el modo de pensar de nosotros,
con creencias falsas, que ellos inculcan. Pueden confundirnos, afectarnos en
nuestras creencias, entonces tratamos de no escuchar. Estudiamos lo que nos da
el esclavo fiel y discreto representante de Dios, que es veraz. Nos
concentramos en eso. Asistimos dos veces por semana a una escuela docente
bíblica y aprendemos estudiando. Después también hacemos reuniones para salir a
predicar. Transmitimos la enseñanza bíblica, solamente nos basamos en lo que
dice la Biblia.
Anaclara
Deluca
Atea
Antes que nada quiero saludar y felicitar a
todos los hermanos católicos que se sintieron emocionados y gratificados con la
asunción del nuevo Papa. Soy atea, pero creo que lo valioso de las personas no
depende de la religión que profesen, si creen en un Dios único u omnipresente,
o en varios Dioses que representen las fuerzas de la naturaleza o en la magia.
Desde mi punto de vista, lo que valúa simbólicamente un sujeto es su posición
de solidaridad (o no), de respeto (o no) con el “otro” humano. Con Bergoglio
como Cardenal, tuve coincidencias cuando expresó su preocupación por la pobreza
que atraviesa el país, cuando condenó la corrupción que habilitó la masacre de
Cromagnon y la de Once, cuando hizo público el flagelo de la droga sobre
nuestros jóvenes y cuando denunció la esclavitud moderna en los talleres
clandestinos y a través de la trata de
blancas. En contraposición, tengo un total desacuerdo con sus desafortunadas y
agresivas declaraciones discriminatorias y machistas acerca de la homosexualidad,
la inferioridad de las mujeres y la despenalización del aborto. Por último, en
vista de las críticas que ponen en duda su relación simbiótica con la dictadura
militar más sangrienta de la Argentina, creo que es una responsabilidad ineludible que Francisco apoye y aliente las
investigaciones correspondientes sobre acusaciones que lo comprometen y
vinculan con acciones colaboracionistas para que se efectúen crímenes de lesa
humanidad, esto es, de desaparición, tortura y asesinatos de personas durante
el terrorismo de Estado que se inició en 1976 en nuestro país.
En cuanto a su nombramiento como Papa, lo
sentí como una medida coherente por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica
en consonancia con la dimisión de Ratzinger. Creo que la salida del Papa
anterior fue producto de una necesidad urgente de modificar el rumbo de la Iglesia
que está yendo sobre todo a la zaga del presente del mundo. Como uno de los pilares
institucionales de nuestra sociedad, creo que la Iglesia reflexionó sobre su
desfasaje histórico con respecto a un convulsionado siglo XXI, con
movilizaciones sociales y políticas, con crisis y resistencia, con represión y
rebeldía y en el cual un nuevo sujeto social aflora, demanda, exige
transformación, exige más libertad. En este sentido creo que la figura del
cardenal Bergoglio, de origen latinoamericano, con un perfil ligado a la
austeridad, a la simpleza, a la no ostentación, con un lenguaje pausado,
conciliador y pacifista, puede ser una válvula de escape importante para
descomprimir un espacio apretado. Quizás su imagen más diáfana, más limpia -que
a la vez contrasta profundamente con el anterior Papa, rodeado de escándalos
financieros y judiciales por los crímenes de pedofilia-, que se aleja de la
imagen del intransigente Benedicto al que le achacan relaciones con las
juventudes hitlerianas, es muy conveniente para una Iglesia que quizás busque
reacomodarse con los vientos nuevos que soplan, remendar los errores del
pasado, recuperar la adhesión de sus fieles y recobrar la conexión nuevamente
con su rebaño, para volver a forjar ese vínculo sagrado que quizás estaba un poco deteriorado.
En cuanto a mis expectativas por este
nombramiento… En realidad, a nivel personal,
por mi cosmovisión de los procesos históricos de la humanidad y por no
adherir a ninguna práctica religiosa en particular, no tengo expectativas, si
por ese término entendemos el esperar algo de alguien o algo; más bien tengo
“deseos” para el futuro. En primer
lugar, si el mensaje de Francisco es de unión, de armonía y de confraternidad,
ojalá esos valores puedan calar profundamente en los feligreses católicos para
poder actuar sobre un mundo castigado por la pobreza, el hambre, y herido por la
desigualdad. Ojalá que el discurso de paz se haga carne en la acción, en la
práctica, que no sea sólo una esperanza sin sostén en la experiencia o sólo
una expresión. Que sea una verdadera
meta para que todo el pueblo católico, junto con el de otras religiones y gente
que no posee una, pueda abocarse a la actividad de transformar la situación de desolación,
indigencia y desocupación que hoy se extiende por una enorme parte del planeta,
situación que es fuente de los enfrentamientos, violencia y caos que nos
atraviesan. Por su parte, sería una demostración de nobleza y predisposición a
transformaciones que creo positivas, si esta nueva dirección reviera sus
posiciones de rechazo y virtualmente violentas frente a la homosexualidad, la
utilización del preservativo, los métodos anticonceptivos, el celibato y el
derecho a decidir sobre su cuerpo por parte de las mujeres. Y lo más
importante, si incluyera como punto primerísimo de su agenda la condena
material y espiritual a los responsables de hechos de abuso de niños que formen
parte la familia católica.
Mi más profundo deseo es, que como dirección
de una de las religiones más importantes del planeta, Francisco acompañe los
procesos de liberación de los más pobres y que no sea un marco de contención
para los mismos sino un motivador de la emancipación de los hombres, como lo
supieron hacer los curas Camilo Torres, Carlos Mugica y el obispo Angelelli. Mi
más profundo deseo es que los protagonistas de la historia, los pueblos, unidos
y hermanados, ya sean sus hombres y mujeres católicos, protestantes, judíos, ateos, musulmanes,
budistas, puedan torcer este presente de injusticia teniendo su mirada en la
tierra, en lo hermosa que puede ser la humanidad más allá del cielo.
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