Por Sergio Galarza
sergiogalarza62@gmail.com
Nuestro Sol es una estrella.
¿Significa esto que cada estrella que vemos en las noches sea un Sol? Por
supuesto. Las estrellas son soles lejanos que arbitran la suerte de millones de
otras Tierras allá en lo alto.
La distancia a ellas es lo que
condiciona su tamaño aparente, causa que las veamos como puntos de luz siendo ellas
inmensas. De hecho, al Sol lo vemos como a una moneda en lo largo del brazo y
su tamaño real es inconcebible. Estamos a 150 millones de kilómetros de él. De
la Próxima -y así llamada- dormimos a 40 billones de kilómetros.
Estos números no dicen nada sin
embargo. ¿Qué son 150 millones o 40 billones de kilómetros? ¿Cómo hacernos una
idea de tal magnitud?
En astronomía se usan tres unidades para
medir distancia según sea el caso. La unidad astronómica (UA), el año luz (AL)
y el pársec (pc).
La Unidad Astronómica es la media Tierra-Sol,
se usa en el Sistema solar y equivale a 150 millones de km.
El Año Luz es la distancia que recorre
un rayo de luz en el vacío durante todo un año, se usa para medir distancias a
las estrellas. Equivale a 300.000 km x 60´´ x 60´ x 24hs x 365ds. Es decir: nueve
y medio billones de kilómetros.
El pársec es la distancia desde la
cual la órbita terrestre se ve como un segundo de arco, se usa para distancias
mayores y lo veremos más adelante.
“Voyage, voyage” (viaja,
viaja)
Si por alguna magia pudiéramos viajar
en una nave a velocidad luz, demoraríamos lo que sigue para llegar a los
centros vacacionales que abajo detallo:
Un finde en Luna: 1,25´´ (seg).
Ir a por las Doradas Manzanas del Sol:
8´ (minutos).
Conocer los volcanes de Io, quien da
vueltas a Júpiter: 45´.
Salir de paseo fuera del Sistema
Solar: 1 año.
Ir a por un recuerdo tallado cerca de Próxima
kentauro: 4,5 años.
Esto parece incluso razonable. Veamos
las propuestas más audaces:
25 mil años, al centro de La Vía
Láctea.
150 mil años para bañarse en las
playas de otra galaxia, una muy cercana.
12 millones de años para llegar a las
hermosas nubes de polvo en los brazos de la galaxia del Sombrero o la Moneda de
Plata, galaxias fáciles en nuestros telescopios y binoculares, asequibles a los
ojos de cualquiera que sepa buscarlas.
Hay una opción mayor para este tour,
lo máximo que alguien pueda ofrecer: trece
mil millones de años para llegar al momento en que el Big Bang se hizo visible.
Delay
y perspectivas
Habrán notado que en el Universo las
cosas no son como en casa. Moni me habla y luego dice que no le presto
atención, que no la escucho y la tengo a medio metro de mi oído afortunado. Si
se concreta el reality marciano que a poco se anunciara, hablar con los colonos
nos llevaría en el mejor de los casos, cuando Tierra y Marte coincidan en su
órbita, ocho minutos para una frase y su respuesta. Nueve años para hablar con
alguien en un planeta de Próxima. Veinte millones de años para dialogar con Seres
Luminosos en la galaxia del Sombrero (M104).
En una palabra, los astrónomos miramos
el pasado.
Esta perspectiva siempre me sedujo. Mi
padre me la hizo ver hace tiempo. Me dijo: Sergio, cuando la luz de esa galaxia
salió hacia vos, no había hombres sobre la Tierra.
Así, el día que podamos leer los
mensajes de esas gentes escondidos en tanta luz lejana, estaremos oyendo una
charla que no fue hecha para nosotros. Faltaban diez millones de años para que
naciéramos como especie, cuando fue emitida.
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