Por Sebastián Muape / sebasmuape@gmail.com
El calendario anual nos
regaló Juegos Olímpicos, Copa América del Centenario y casi sobre el final,
disfrutamos la obtención, por primera vez, de la Copa Davis; nada menos. Pero
cuando nos preparábamos para resumir el año en lo deportivo, la tragedia nos
devastó el ánimo, nos aplastó el entendimiento y nos destrozó el corazón. La podredumbre
de CONMEBOL y la desidia de un piloto que jugó a ser dios, truncaron los planes
de un grupo de muchachos que lo único que hacía, era soñar con la gloria.
Indignación
Chapecoense
fue declarado campéon de la Copa Sudamericana; en un gesto demagogo y
tribunero, la CONMEBOL lo distinguió con el logro americano. El mismo estamento
que gana millones de dólares vendiendo traslados a clubes y selecciones en
líneas aéreas prohibidas; obviamente es el responsable del desastre. Ya no sirven
los campeonatos póstumos, las indemnizaciones, ni el supuesto apoyo a las
familias destrozadas. Todo mentira, todo verso, excusas. Las 71 vidas ya se
perdieron en un crimen masivo, perpetrado por los hijos de puta de siempre,
esos que pesan billetes y para los cuales, nada valen esas vidas, ni la suya,
ni la mía. Nuestras más sentidas condolencias a esas familias, nuestro
reconocimiento a esos futbolistas que supieron cosechar simpatías a fuerza de
sacrificio y coraje. En nuestra memoria eternamente, los abrazamos desde donde
sea. Son ellos los campeones que quisieron ganar en la cancha, pero tuvieron la
enorme desgracia de toparse con los dirigentes de fútbol.
Otro tono
Estimado
amigo lector, habiendo mostrado ya nuestra impotencia e indignación y también
el respeto por las víctimas, en adelante intentaremos cambiar la densidad de
nuestras palabras, ya que vamos a repasar alguno de los hechos más salientes
del año, en materia deportiva.
Seguramente
a usted no le va a cambiar la tarde saber que en febrero, se disputó en Oceanía
un campeonato de piragüismo en aguas tranquilas o que el letón Dukurs, es el
campeón mundial de skeleton.
Hechas
estas salvedades, vayamos a lo que realmente nos ocupa. Sin dudas el
acontecimiento deportivo del año, son los Juegos Olímpicos que se desarrollaron
por primera vez en la ciudad de Río de Janeiro. Allí la novedad fue que se
entregaron medallas ecológicas. Fue también la primera participación de una
delegación de refugiados europeos denominada “Atletas olímpicos independientes”.
Otro hecho muy pero muy llamativo, fue el protagonizado por el maratonista
Vanderlei de Lima. Éste recibió la antorcha olímpica y recorriendo los últimos
metros de la pista, encendió el pebetero, completando así su célebre recorrido,
sacándose la espina de Atenas 2004, donde lideraba cómodamente el maratón y
faltando seis kilómetros un ex sacerdote irlandés lo abrazó en plena carrera,
haciéndole perder el primer lugar y el pobre Vanderlei vio destrozado su sueño
de oro, llegando tercero a la meta.
Argentina
fue oro en hockey masculino y en judo con la gigante Paula Pareto; y plata en tenis,
con Juan Martín del Potro. El resto de los juegos es noticia conocida, Michael
Phelps 5 medallas doradas y 3 para Usain Bolt, la única forma de que pierdan,
es que compitan entre ellos.
Otro
sueño de oro destrozado (y van…) volvió a regalarnos la selección de fútbol. La
“generación Messi”, ensañada con el triunfo, sigue llenando la vitrina de medallas
plateadas. Sepa usted que en 357 días, los dirigidos por Gerardo Martino (fracasó
en el Barcelona y le prestamos el seleccionado) perdieron no una, dos finales
con Chile en sendas competencias continentales (2015 y 2016), siendo esta
última un invento de las marcas deportivas llamada “Copa América del Centenario”,
cuyo único objetivo era ver a Messi ganando algo con el equipo nacional, si era
posible contra Neymar. No pudo ser, como pasa siempre, y así se perdieron tres
finales de América y una de Mundial sin marcar goles. Moraleja: si soñamos con
ser campeones de algo, que no participen Alemania ni Chile. Triste.
Se
registraron hechos inimaginables también, a saber: Leicester City, un
modestísimo equipo inglés ascendido un año antes, se consagró campeón de la
Premier League por primera vez en su historia. Con 30 años como DT, Claudio
Ranieri, su entrenador, jamás había ganado un torneo de liga en Primera
División. Por encima de poderosos como Manchester United, Manchester City,
Arsenal o Liverpool; estos muchachos, algunos de los cuales eran empleados en
relación de dependencia para poder subsistir, se dieron el gran gusto de sus
vidas, coronándose campeones. ¿Milagro? No señor, huevos.
En
esta misma tónica se inscribe la consecución de la Euro 2016 por parte de
Portugal, donde para ser campeón venció al anfitrión Francia en la final, por
penales. ¿Sabe quién es el emblema de ese equipo y convirtió además el penal
que le dio al Madrid su Champions número 11? Sí, el antipático para los
argentinos: Cristiano Ronaldo. ¡Ahí tenés Messi, este año el Balón de Oro es
para mí!, pareciera vociferar el portugués más odiado de la historia.
El
alemán Nico Rosberg se consagró campeón mundial de F1, logro que no había
alcanzado hasta ahora. Tenía que ser segundo en Abu Dabi, última del año. ¿Cómo
salió? Segundo cómodo. Antes para ser campeón había que acelerar y ganar las
carreras. Perdonalos Ayrton, jamás habrá otro como vos.
Lanús
campeón del fútbol argentino, en el torneo más raro del mundo. El futsal
campeón mundial por vez primera, venciendo a una potencia como Rusia en la final.
Esto sí que no es broma. (Bauza, ¡juntate con Diego Giustozzi ya!)
Me
despido por este año querido lector, citando la obtención de la ansiada Copa
Davis ¡Por fin, maldita Ensaladera! Maravilloso logro el del conjunto de
Orsanic, consagrándose en Croacia, nada menos. Leo Mayer, Guido Pella, Federico
Delbonis, héroes, héroes, héroes. Reflexión final: qué bien, pero qué bien
juega las finales de Copa Davis Juan Martín Del Potro, claro; cuando va al
frente. Saludos de David Nalbandian. Usted me entiende y si no, tiene mi mail.
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